Epílogo

42 5 3
                                    

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Ocho meses después - Alexander.

Seis meses. Ese fue el tiempo que pasé antes de pedirle casamiento a Venecia. Como ella dijo en esa carta que me escribió desde México, lo nuestro siempre fue rápido, intenso y mucho, nuestra boda no podía ser menos.

Fue la boda perfecta, ella era la novia perfecta. Mi hijo estaba a mi lado y aunque nunca lo hubiera imaginado, mi ex también estaba allí acompañada del que tiempo después se convirtió en su esposo. Mike era un buen tipo, no éramos amigos, pero era lo suficientemente bueno como para que le confiara la vida de mi propio hijo.

─ ¡Ey guapo! ─ Venecia chasqueó unos dedos frente a mi rostro y me sacó de mis pensamientos.

─ ¿Qué? ─ pregunté acomodándome en mi asiento.

─ ¿En que piensas?

─ En nosotros ─ acaricié su muslo porque en ese momento ella se había sentado en mis piernas.

─ Gracias por esto ─ Susurró sobre mi cuello ─ Es el viaje perfecto.

Nuestra luna de miel había sido pospuesta ya que a mi esposa se le ocurrió un plan diferente, para el que tuvimos que esperar que Leo saliera de vacaciones.

Habíamos rentado una casa rodante, nada similar a la pequeña Van que ella aún conservaba en el garaje de nuestra nueva casa. Este era un vehículo enorme donde podía vivir una familia completa durante meses. Recorrimos casi tres mil millas y finalmente llegamos a Cancún.

─ Lo que sea por ti ─ respondí besando sus labios.

Nuestros besos seguían siendo tan pasionales e intensos como lo fueron desde el primer día, aunque en este momento con un perro y un niño al que vigilar todo se hacía mucho más breve.

Tostada llegó mojado y con una pelota en su mano, saltó sobre nosotros provocando que Venecia cayera al piso y un Leo histérico de risa se descostillara a su lado.

─ Pequeño malcriado...

Mi esposa se levantó, sacudió la arena de su trasero y sin previo aviso comenzó a correr a Leo por la playa, mientras Tostada los perseguía ladrando.

Había estado reacio a la idea de viajar tanto con Leo, era un chico muy bien portado pero no dejaba de ser un niño y temía que se aburriera o de pronto extrañara a Sara y tuviéramos que suspender un viaje que Venecia había planeado con tanto detalle. Pero claro, estaba subestimando a mi esposa y el amor que ella y mi hijo se tenían mutuamente.

Mi hijo la quiere tanto que en la escuela la conocen como "mama dos". No era extraño que si Sara, o yo, no podíamos asistir a alguna reunión de padres o evento específico sea Venecia quien vaya en nuestro lugar, aunque tratamos de estar todos presentes para él.

Venecia fue fundamental en el proceso de adaptación de Leo a su nueva vida, va a tener un hermano y no, no crean que es por nuestra parte. Venecia no se siente preparada aún y yo no tengo apuro alguno, aunque todo el mundo cree que en cuanto nazca el hijo de mi hermano y Nicolla eso nos hará querer agrandar la familia.

VeneciaWhere stories live. Discover now