"No juzgues un libro por su portada" Esa frase parecía funcionar bien para todo; menos para Venecia.
Todo el mundo la veía como un desastre y cuando terminó volviendo a la casa de sus padres y a vivir bajo la sombra de sus perfectos hermanos, todos...
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La mañana siguiente me desperté más temprano de lo necesario, no hice ruido para no despertar a mi hermana y salí del departamento como si fuera una vulgar ladrona.
La noche anterior llegué justo cuando mi madre llamó y cuando terminé de hablar con ella Nico se había quedado desmayada en la cama leyendo una novela, por lo que me limité a acostarme junto a ella sin más.
─ Venecia ─ la voz de mi madre me llamó en cuanto puse un pie en la entrada.
─ Buen día mamma ─ pasé a la cocina donde mis padres desayunaban.
─ ¿Por qué no viniste a dormir anoche? ─ preguntó mi padre mientras me entregaba una tostada con mermelada que acepté encantada.
─ No van a creerlo ─ me acomodé en mi asiento para contar parte de la verdad y adornarla con una fantástica mentira piadosa ─ Resulta que el señor Murray, mi jefe, me pidió ideas para remodelar la cocina del piso ¡Y al parecer le encantaron!
─ ¡Ay mi niña! ─ exclamó mi madre alegre ─ Siempre se te dieron bien esas cosas. Es bueno que vean tu potencial.
Asentí en agradecimiento mientras tragaba la tostada ─ la cosa es que me tuve que quedar embalando todo porque esta noche hay una fiesta y toda la oficina se va temprano, entonces el arquitecto quiere comenzar hoy con la reforma.
─ ¿Qué tiene que ver esto con que no hayas pasado la noche en casa? ─ Mi padre estaba confundido.
─ Déjala Massimo ─ mamma palmeó su mano y me sonrió orgullosa ─ Nuestra hija ahora tiene otras responsabilidades.
¿Qué estaba pasando aquí? ¿Desde cuando mi madre salía en mi defensa?
─ Terminé muy tarde y para no viajar a esa hora en el bus, Nico me ofreció quedarme a dormir.
─Me encanta lo bien que se están llevando ─ Comentó mamma ─ ¿Tienes una fiesta?
─ Si ─ respondí con la boca llena de comida y bajándola con un sorbo de té caliente ─ Nico me prestará un vestido ─ me puse de pie ─ y seguramente duerma con ella, para compartir el taxi.
─ Puedo ir por ustedes ─ se ofreció papá.
─ Buena idea, cuando definamos algo te avisaré. No se ni siquiera donde es la fiesta ─ Levante el jugo de mi padre, le di un sorbo y me alejé de la mesa tirando un beso al aire a cada uno ─ tengo que ducharme, ¡los amo!
─ ¿Crees que se terminará mudando de casa? ─ escuché que mamma le preguntaba a mi padre ─ ¿Cómo Nicolla?
Me detuve al pie de la escalera para escuchar.
─ Es una posibilidad...
─ No creo estar lista para eso...─ la escuché suspirar ─ esa chica sigue siendo mi pequeña revoltosa ─ la voz de mamá parecía emocionada.