Veintitrés - Alexander

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El camino a la casa de Venecia se caracterizó por el silencio que solo era interrumpido por la voz chillona del gps que me daba las indicaciones.

Durante todo el camino podía notar el nerviosismo en su cuerpo, sabía que era ridículo invitarme a un cumpleaños en el que nadie más que ella y Nicolla me conocían, pero Venecia me atraía en la misma forma en la que dudaba de sus motivos para trabajar en la empresa, por otro lado me sorprendía demasiado su inteligencia y la demostración de seguridad que había dado esta tarde. Era un enigma y en algún momento se me ocurrió que conocer a su familia era una buena idea para comprender un poco quien era y, tal vez, descubrir que hacía en Luxure.

─ ¿Aquí? ─ pregunté cuando el gps me indicó que habíamos llegado.

─ Si...─ se quitó el cinturón de seguridad y bajó de la camioneta dando un salto.

Observé todo a mi alrededor mientras bajaba las bolsas que habíamos dejado en el asiento trasero de la camioneta. Era un barrio de clase media, donde la mayoría de las casas eran idénticas y estaban bien cuidadas, pero la casa de los padres de Venecia destacaba por la prolijidad y belleza de su jardín delantero.

─ ¿Asustado? ─ me preguntó con un dejo de soberbia en su voz─ Es un barrio de clase trabajadora tranquilo...

─ La puerta está abierta ─ comenté preocupado de que algo hubiera pasado y levanté mi brazo para impedirle que siguiera avanzando.

─ Por supuesto Alexander ─ bajó mi brazo con fastidió, debía admitir que me gustaba cada vez que me tocaba, así solo fuera un segundo ─ es un cumpleaños ¿Cómo van a entrar los invitados si la puerta está cerrada?

─ Pero es peligroso ¿Cómo sabes quién entra?

─ Bueno no tenemos mayordomos, como seguramente será tu caso, y todo el vecindario está invitado, así es mucho más fácil.

─ Es molesto que siempre estés prejuzgando ─ escupí un poco cansado de su chulería y de suponer que no soy una persona capaz de entender su forma de vida.

─ No hago tal cosa Alexander, es solo que esta claro que vivimos en mundos diferentes ─ Señaló con la mirada la calle, donde un grupo de chicos se acercaban a curiosear mi GMC Sierra 1500 Denali ─ La gente de por aquí no está acostumbrada a gente como tú, por lo que está bien que nuestra forma de vida te llamé la atención.

No respondí, algo me decía que no tenía ningún sentido discutir con ella, por lo que me limite a poner los ojos en blanco y caminar hacia la puerta.

En cuanto entramos un murmullo nos recibió, era un sonido que parecía venir de todos lados y de ninguno a la vez. Miré todo a mi alrededor mientras Venecia se quitaba su chaqueta y me pedía la mía para guardarla en un guardarropa ubicado a la izquierda de la puerta de entrada.

VeneciaKde žijí příběhy. Začni objevovat