Cuarenta y seis - Nicolla

21 4 1
                                    


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


─ Quédense quietos ─ insistí golpeando a Bianca en la mano que intentaba robar un bocadillo de la mesa.

Habíamos planeado todo a la perfección durante semanas. El pastel, bebidas, comida y las pancartas. Papá me había escrito para decirme que estaban llegando, había sido un viaje largo desde Nueva Jersey y también sabíamos que el ánimo de mi hermana no era el mejor, pero no lo era hace semanas, desde que ella y Alex habían terminado. Pero esto era algo especial, finalmente se había recibido. Intento tirar la toalla, pero no se lo permitimos, no se lo debía a Alex ni a nadie mas que no fuera ella. Se debía ese pedazo de papel que demostraba al mundo que era un genio a la que le gustaba ocultarse como una chica rebelde.

─ ¿Por qué esta todo apagado? ─ preguntó mi hermana pulsando el interruptor.

─ ¡SORPRESA! ─ gritamos todos al unisonó.

Mi hermanita sonrió, su mirada recorrió la sala. Allí había amigos y familia, pero me di cuenta cuando un poco del brillo de sus ojos se apagó al no encontrar a la persona que ella deseaba.

─ ¡Bienvenida Ingeniera Química! ─ Luciano y yo corrimos a abrazarla.

─ No voy a llorar, no voy a llorar ─ repitió ese mantra en un abrazo triple, uno que habíamos repetido tantas veces en esas semanas. ─ Los amo.

─ Nosotros a ti tontita.

─ ¡Finalmente soy Ingeniera! ─ gritó y todos los presentes la vitorearon.

Mientras mi hermana saludaba a todos me acerque a mi novio, que en ese momento tenía un brazo sobre los hombros de mi madre que lloraba como una Magdalena: Carmina y sus dramas.

─ Mamma, es un momento de felicidad, no llores así ─ susurré.

─ Son lagrimas de felicidad ─ aclaro Carter que en pocas semanas se había ganado a mi madre de una manera envidiable.

De hecho, creo que ella nunca nos ha mimado tanto como lo hace con él.

Carter y yo comenzamos nuestra relación de forma seria en el momento uno, de hecho, un día se presentó solo en casa de mis padres, yo no lo sabía y tuvo una conversación con mis padres. Por supuesto que evitó mencionar pequeños detalles, como que había estado comprometido durante años o que habíamos tenido algunas citas durante su compromiso. Lo sé, hice eso que se supone no se debe hacer, pero no pude evitarlo. La realidad de toda esta historia es que no soy tan perfecta como todo el mundo me ve, soy un ser humano que se equivoca y se arrepiente. Aunque no, no me arrepiento de Carter, puedo decir que una mujer plena y feliz y hasta me sorprendo de estar sonriendo una buena parte del día. La cuestión es que mis padres adoraron esa forma tan caballerosa que tuvo Carter de formalizar nuestra relación, la realidad es que mamá sintió como si le pidiera permiso y eso a ella le encanta. Carter sabe leer a las personas y está claro que leyó en el segundo uno a mi madre.

La familia de Carter es increíble, sus padres son amorosos y me recibieron muy bien. Aunque su padre sigue mortificado por como terminaron las cosas entre Alex y Venecia. Alex, bueno... Alex es un desastre caminando. Poco queda de mi jefe amable, ese que sonreía siempre, hacia chistes y los viernes invitaba a todos con café y donas para desayunar. Alex ahora era un tipo frio, distante y casi parecía estar calculando cada paso que daba.

Alex dejó la casa de sus padres días después de haber terminado con mi hermana. Según dijo todos le habían mentido, estaba particularmente enojado con el señor Evan y Venecia, aunque seguía visitando a su madre. Claro, estaba enferma y el quería acompañarla. Fue Ezra quien nos conto detalles mas profundos de su nueva vida, una que no compartía casi con sus amigos ya que todos estaban en pareja. Las mujeres eran una constante, siempre una nueva y para lo único que parecía ser el de antes era para Leo, ese niño era un cascabel caminando. Las veces que visitaba la casa de los Murray todo eran risas y diversión, aunque estoy segura que mi madre opinaría que lo mimaban demasiado, pero ¿Quién los culparía? Se perdieron los primeros seis años de un hijo, nieto y sobrino precioso por culpa de una mujer que ni siquiera pensé en su hijo.

Por otro lado, la nueva obsesión de Alex era Boris. Eso no me molestaba, aunque habíamos tenido diferentes charlas con respecto a ese tema y ya teníamos algunos indicios de que el tipo era quien había montado un negocio paralelo donde se vendían copias exactas de los productos Foley, pero nos faltaban pruebas concretas. Necesitábamos vincularlo a todo esto, pero era listo. En realidad, creo que no lo hacía por dinero, no le hacía falta. Estaba obsesionado con Alex y con Carter, estaba dispuesto a arriesgas a toda la compañía con tal de destruirlos. Pero no creía que los chicos se lo pusieran tan fácil.

─ Creo que es mi turno de saludarla ─ dijo acomodando su camisa.

─ Vamos, te acompaño ─ respondí tomándolo de la mano.

Mi hermana no guardaba ningún rencor con Carter por como la había tratado. Habían tenido algunas charlas y el le explico que sentía un poco de envidia de la relación que tenían con Alex. Él quería eso y sabía que con Michelle no podría ser jamás así de espontaneo, de demostrarse cariño en público y olvidarse del que dirán. Pero mi hermana no era una persona rencorosa y lo silencio con un abrazo, eso sí mientras lo amenazó con caparlo si no hacía bien las cosas conmigo.

─ Felicitaciones ─ dijo mi novio.

Venecia se dio vuelta y sonrió al vernos tomados de las manos.

─ Gracias ─ respondió mi hermana antes de abrazarlo ─ ¿Cómo está Ainé?

─ Ella está mejor, al parecer el tratamiento que le aplicaron en Italia si funciona.

─ Me alegro mucho Carter, envíales mis saludos.

─ Papá quiere que sepas que hablo con Alex y le explicó...

Mi hermana lo silencio levantando su mano.

─ Lo que paso no fue culpa de nadie, mas que mía.

Carter asintió. Aunque sabía que él no estaba de acuerdo, había discutido mucho con su padre. Mi novio pensaba que el señor Evan había puesto en una posición horrible a Venecia y aunque el hombre lo admitía y se sentía sumamente culpable por ello, no dependía de nadie mas que de Alex entender eso. Algo que parecía no querer hacer.

Las horas pasaron y la fiesta de mi hermana estaba en su plenitud cuando Minerva tomo el micrófono, con el que Donato hacia un karaoke horrible, y con ayuda de Ezra, su novio, se paró sobre una silla.

─ Hola, hola ¿Me escuchan? ─ preguntó llamando la atención de todos ─ Cantas tan mal Donato querido que pensé lo romperías ─ bromeó ─ tengo una noticia muy importante.

─ ¿Estas embarazada? ─ gritó Ava por algún lugar del fondo, lo que provocó que Ezra escupiera lo que fuera que estaba bebiendo y Venecia tuviera que asistirlo golpeando su espalda.

─ Muy graciosa Ava ─ agregó Minerva ─ Abuela tranquila que no estoy embarazada ─ aclaró, mientras todos reíamos divertidos.

Todos menos la abuela de Minerva.

─ Ustedes saben que Necia y yo nos criamos juntas y vivimos muchas aventuras ¡Dios no puedo creer lo que voy a decir! ─ miro a Ezra y este negó con la cabeza.

Mi hermana la observó con curiosidad y preocupación.

» hace un tiempo Necia me convenció de jugar a la lotería ─ Mi hermana soltó una carcajada ─ y lo hicimos. Jugamos juntas un billete de lotería, la cosa es que algo me dijo que siguiera haciéndolo y lo hice.

─ ¿Qué? ─ preguntó mi hermana sorprendida.

En cuestión de segundos todos estábamos prestando atención a la chica de pelo rojo parada en una silla.

─ La cosa es que ¡Venecia ganamos! ─ gritó sacando del bolsillo de su falda un billete de lotería.


VeneciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora