Parte 08

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Era viernes, ya había terminado de arreglarme porque mi padre pasaría por nosotras para ir a ver el local que pensaba comprar, me coloque una tirantera negra acompañada de unos jeans claros y tenis de color negros, me hice una trenza despeinada y tomé mi celular de la mesita de noche para después salir en dirección a la sala.
Mi padre ya se encontraba parado en la sala arreglando los documentos que tenía entre sus manos, Priscila me miró desde el sofá y sonrió con ilusión.
Priscila: listo, vámonos.- tomó su bolso del respaldo del sofá y adelanto a mi padre para abrir la puerta y señalarme.- siento que llegaremos tarde y el dueño se cansará de esperar.
Papá: tranquila, amor, quedamos que llegaríamos a medio día, además de que él me esperará el tiempo que sea necesario, claro, mientras no pase de las 4:00pm.- ella puso los ojos en blanco, sabía que odiaba el lado relajado y confiado de mi padre ante este tipo de situaciones.
Priscila: ¿eso dices en tu trabajo cuándo tienes que asistir una compra o venta?- mi padre burló cerrando la carpeta amarilla y se dirigió a ella para dejar un beso en su mejilla.- vámonos, pequeña.- asentí, bajé el último escalón y salí junto a ellos, mientras mi madre y yo subíamos al auto, mi padre cerraba las puertas de la casa.
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Estuvimos unos minutos en carretera hasta que llegamos a nuestro destino, había un árbol frondoso a un costado del lugar, la pintura exterior estaba desgastada y las ventanas estaban cubiertas con periódico, también las líneas del estacionamiento estaban casi borradas en su totalidad, nos bajamos del auto al mismo tiempo, había otro auto estacionado al otro extremo pero no había nadie, supongo que el dueño ya se encontraba en el interior.
Mi padre tocó un momento la puerta y esta enseguida se abrió dejándonos ver al chico que se encontraba detrás de ella, vestía con un traje de color negro y una camisa blanca, su cabello estaba perfectamente peinado y llevaba puestos unos anteojos.
Xx: adelante, por favor.- mi padre nos dejó pasar primero a nosotras, las luces estaban encendidas aunque la fuerza de la luz era muy baja, todo estaba cubierto con hule negro.
Papá: bueno, antes que todo me gustaría presentarte a mi familia.- mi madre y yo nos dimos la vuelta, él se acercó enseguida.- ella es mi esposa Priscila.
Priscila: mucho gusto.- estrechó su mano con la de él y le dió una suave sacudida.
Papá: y ella es mi hija, Aitana, aunque creo que ya la conociste en mi oficina.- extendí mi mano con educación y él enseguida la tomó sin desconectar sus ojos de los míos.
Aitana: mucho gusto...- hice una pausa para poder escuchar su nombre, él se quedó callado un momento pero después habló saliéndose de su propia mente.
Xx: Oliver, me llamo Oliver.- asentí moviendo su mano de arriba hacia abajo, después nos soltamos. El recuerdo de la noche anterior golpeó mi memoria con brusquedad.

"Oliver: adelante, sí sucede algo más no dudes en reportarlo, mi nombre es Oliver y también hay un chico llamado Axel, él también puede ayudarte, estaremos al pendiente."

Quería preguntarle pero no quería hacerlo delante de mi padre, si sabe que corrí peligro, jamás me dejará salir de casa sin su supervisión, aunque yo ya tenga la mayoría de edad e incluso más. Me mordí el labio inferior conteniendo mis palabras y me entretuve mirando a mi alrededor.
Oliver: pasen, pueden ver con libertad lo que hay alrededor, si necesitan algo o tienen una duda pueden hablarme.- mis padres asintieron y comenzaron a ver a los alrededores.
Priscila: ¿vienes?- me preguntó antes de abrir una puerta con un vidrio circular en el centro.
Aitana: no, revisaré lo demás.- sonreí y ella asintió de la misma manera, después entró junto a mi padre a lo que supongo, era la cocina. Aproveché la distracción de ambos y salí del restaurante en busca de Oliver, se encontraba en la esquina del restaurante encendiendo un cigarrillo y poniéndolo entre sus dedos largos.
Aitana: hey, hola.- me acerque y él comenzó a toser soltando todo el humo que seguramente recién acariciaba su garganta.- oh lo siento.
Oliver: está bien, ¿qué pasa?- tiró el cigarrillo y lo piso con la punta de sus zapatos negros, luego me miró fijamente.
Aitana: ¿tú eres el dueño del club...ah no recuerdo el nombre.- suspiré con frustración.- pero estuve el miércoles en tu club, tú me ayudaste cuándo un chico me molestaba en el estacionamiento, ¿recuerdas?- se quedó en silencio, aclare mi garganta con nerviosismo, quizás me equivoqué de persona.- bueno...quizás no eres tú, perdona mi atrevimiento.
Oliver: no, no, espera.- dijo cuándo dí el paso de regreso, me dí la vuelta y lo miré.- sí, creo que soy yo.- sonrió nervioso.- no sé cómo no te recordé en ese momento, soy un idiota, horas antes habías entrado en la oficina de tu padre.
Aitana: claro.- reí.- y perdóname por eso, no quería interrumpir la plática que ustedes estaban teniendo, pero justo era mi momento de huir.- él burló pero bajo su cabeza en cuánto lo hizo, era lindo.- bueno, solo quería confirmarlo y también agradecerte nuevamente por haberme ayudado.
Oliver: no tienes que agradecer, ¿Aitana?- asentí.- bueno Aitana, a la próxima ten más cuidado con ese tipo de personas y sí sucede en mi club nuevamente, avísame, no acepto esos comportamientos en mi club.
Aitana: de acuerdo, te avisaré.- sonreí.- ahora iré con mis padres.
Oliver: perfecto, estaré aquí para cualquier cosa que necesiten.- asentí y me dí la vuelta para entrar nuevamente al restaurante, mis padres justo estaban saliendo de la cocina mientras se decían sus puntos de vista.
Priscila: ¿qué tal te pareció, hija?- me giré para verla directamente a los ojos, no tenía idea de que decir, así que solo asentí fingiendo estar al tanto de todo lo que había.
Aitana: opino que sí, seguramente después podremos agrandarlo y además aún falta que le demos nuestro toque especial con la decoración y eso.- cruce mis manos frente a mí y suspiré.
Padre: opino lo mismo, tendremos que invertir demasiado tiempo, dinero y esfuerzo, así que espero estén dispuestas y al tanto de todo eso.- asentí y mi madre hizo lo mismo, sus ojos brillaban cómo un par de perlas, estaba ilusionada.
Oliver: ¿Y bien? ¿qué les pareció?- cerró la puerta a su espalda y entró con las manos colocadas detrás de él.
Padre: estoy listo para firmar el cheque y los documentos que faltaron.- mi madre me tomó de la mano y pegó un grito casi silencioso apretando mi piel, yo hice lo mismo que ella, su emoción era contagiosa.

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