Capítulo 65

60 3 0
                                    

El turno terminó cómo siempre, con exceso de trabajo, mi padre ya había llegado por nosotras y le estaba ayudando a mi madre a bajar la cortina metálica del restaurante, al parecer no tenía intenciones de hablar conmigo, aún cuándo sé que quería regañarme por las decisiones que había tomado.
Me subí en la parte trasera de su camioneta y abracé mis piernas sobre el asiento, después se subieron ambos en total silencio, mis párpados ya me ardían y lo único que quería hacer era llegar a casa y dormir por horas hasta que ya no me queden ganas de tener los ojos cerrados.

Pasamos al rededor de 30 minutos en carretera y llegamos a casa, mi padre metió su camioneta en el garage y después nos metimos, mi estómago rugía pero nada de comida se me antojaba, tenía náuseas.
Papá: ¿por qué lo hiciste?- sabía que me preguntaría eso en cualquier momento, dejé mi suéter en el respaldo del sofá y entonces el me empujó con brusquedad para que me sentara.
Mamá: cariño, por favor.- lo tomó del antebrazo pero parecía que mi papá estaba demasiado molesto como para escucharla.
Papá: te di la confianza, Aitana, ¿y así me pagas?- no respondí nada, tenía toda la razón en estar molesto conmigo y no iba a contradecirlo.- ¡Me lleva la mierda, Aitana!- me estremecí al escucharlo gritar, mis piernas comenzaron a temblar y me fue inevitable no comenzar a pellizcar mis dedos.- te dije que no te metieras con Oliver, y fue lo primero que hiciste, todas las putas veces que decías que te quedarías con Acacia era una maldita mentira ¿verdad?- bajé la mirada y él se frotó la frente con desesperación.- claramente es un hombre experimentado, sabe lo que está haciendo contigo y lo está disfrutando, quiero que termines esa jodida relación ya.
Aitana: ya terminó, papá.- me tomó de los brazos con fuerza causandome daño, ahora mismo lo desconocía, jamás me había tratado de esta manera.- papá, me lastimas.
Papá: ¿cuántas veces te acostaste con él, Aitana?- las lágrimas comenzaron a acumularse en mis ojos y lo veía borroso por un par de segundos.- pasaste tu cumpleaños con él, ¿dónde cenaste, eh? ¿en su casa? ¿sabes por qué te llevó a su casa?- ni siquiera me dejaba responder nada y tampoco quería hacerlo, tenía un nudo doloroso en mi garganta.
Mamá: ya basta, Gael, la estás lastimando.- mi papá nuevamente la ignoró, sus ojos estaban llenos de coraje, estoy segura de que ni siquiera me veía cómo su hija.
Papá: te llevó a su casa para acostarse contigo, ¿por qué eres tan estúpida, Aitana?- me dejó caer nuevamente en el sofá, quería salir corriendo, mi pecho comenzaba a doler.- ¿no aprendiste aquella vez?, ¿creíste que esta vez sería diferente?, es un hombre mayor, maldita sea, ¿qué esperabas? ¿un futuro feliz en dónde tú seas su único amor?- burló, me estaba haciendo demasiado daño pero eso parecía no importarle en lo absoluto.- ¡te pedí una puta cosa, Aitana, sólo una, y te fue imposible obedecer!
Aitana: ¿por qué me culpas por haberme enamorado, papá?- mi voz sonaba temblorosa y las ganas de llorar me impedían respirar con normalidad.- él es...fue una persona buena conmigo desde que nos conocimos, me trató increíblemente bien y me hizo sentir de maravilla, ¿te molesta que tu hija haya sido feliz?- al parecer su molestia era mucha ya que me dió una bofetada, mi madre se sentó a mi lado y me abrazó por los hombros mientras yo lloraba.
Mamá: ¿qué te pasa, Gael? ¿te estás dando cuenta de lo que estás haciendo?- me sentía a salvó en los brazos de ella pero aún así me seguía doliendo, mi mejilla me ardía pero creo que esa no era la razón por la que lloraba con tanta intensidad. Me separé de mi madre y subí a mi habitación corriendo, cuándo por fin entre, me deje caer en la cama con fuerza y hundí mi rostro en la almohada, ahogue un grito y apreté las sábanas sintiéndome impotente.
No entendía el giro tan inesperado que había dado mi vida en los últimos días, mi cuerpo se sentía débil desde ayer y no tenía ánimo de hacer absolutamente nada, me quedé recostada en la cama, las lágrimas resbalaban por encima de mi nariz y caían sobre la almohada, escuché unos suaves golpes en la puerta y la dulce voz de mi madre.
Mamá: pequeña, ¿puedes abrirme?- me levanté desgranada de la cama y me dirigí a la puerta, giré el pomo de esta y mi madre me sonrió, me hice a un lado para que pudiera entrar.- ¿quieres que te suba algo de cenar?- negué mientras regresaba a la cama, ella se acostó también y me abrazó por los hombros manteniendo mi cabeza en su pecho.- lamento tanto que estés pasando por esto, cariño, sé que te duele lo que tu padre te hizo pero tratemos de entender su reacción, él solo te quiere proteger.
Aitana: ¿esa es su mejor manera de protegerme? ¿haciéndome daño él?- negué enseguida y me separé para limpiarme las lágrimas.- ¿puedes quedarte conmigo esta noche?
Mamá: por supuesto, princesa, me quedaré contigo hoy y las veces que sean necesarias.- levantó las sábanas para meternos debajo de ellas, estando ahí me abrazó y me dió un beso en la frente.- está bien si quieres tomarte el día de mañana y descansar.
Aitana: me aceptaron en la academia de música, mamá.- ella se apartó un poco de mi, sonrió con mucha ilusión y nuevamente me abrazó pero ahora con la intención de felicitarme.
Mamá: sabía que te aceptarían, siempre has sido muy apasionada al momento de tocar el piano, recuerdo cuándo recién descubriste lo mucho que te gustaba ese instrumento, querías un piano marrón con un banquito acolchado, no pudimos comprarlo pero tu padre te inscribió en una escuela para que recibieras clases de piano, eras la adolescente más feliz, regresabas a casa con una sonrisa brillante y me contabas las cosas nuevas que habías aprendido, me siento muy orgullosa de ti, corazón.- me dió un beso en la frente y me arrulló en sus brazos.- todo pasa por una razón, pensemos en que se trata de algo positivo, te amo, pequeña.
Madre: gracias por estar, ma.- sentí un suspiro y después cerré mis ojos tratando de conciliar el sueño.

I'M YOURS Where stories live. Discover now