Parte 40

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Él me miraba detenidamente, seguramente buscando alguna respuesta para la pregunta que de repente solté, quería tratarlo con frialdad, rechazar su preocupación y correrlo de aquí, pero mi corazón tenía tanto poder sobre mí que en estos momentos no podía pensar en nada más que en lo que sentía por él, me gustaba y eso no lo podía cambiar aunque hablara de mil formas con mi corazón para hacerle ver qué él no es.
Aitana: dímelo porque sinceramente yo no entiendo.- lo presioné, él se colocó las manos en la cintura mirando hacia el suelo.- ¿te has puesto a pensar siquiera cómo yo me siento?, sé que no somos nada y que quizás tú quieras que esto siga así, pero solo quiero que me digas porque me trataste así, ¿por qué me usaste para tu propia satisfacción?- comencé a llorar, odiaba no poder controlarme en este tipo de situaciones.- sé que no soy lo suficientemente bonita, tampoco tengo el mejor cuerpo, pero no voy a dejar que me destruyas.
Oliver: Aitana sé que tengo muchas cosas que aclararte, tenemos que sentarnos a platicar sobre lo que ha sucedido entre nosotros desde que nos conocimos, pero siento que el momento correcto no es este.- baje mi mirada evitando tener contacto visual con él.- mi intención no es seguirte lastimando y tampoco llenarte de dudas, cuando salgas de aquí y estés recuperada hablaremos sobre esto y responderé cada una de tus preguntas.- coloque mi mano sobre mi abdomen, llorar me dolía.- veo que tienes dolor, no te muevas y no llores más ¿de acuerdo?- la puerta se deslizó, entró un hombre vestido de blanco, era como el uniforme de un cocinero, traía una mesa corrediza con algunos platillos.
Xx: ¿Aitana Pierce?- Oliver asintió abriéndole paso.- he traído su comida, pasaré en un rato por los recipientes.
Aitana: muchas gracias.- el hombre asintió, le sonrió amablemente a Oliver y después salió de la habitación.- ¿puedes pasarme la mesita?- él asintió y fue a por la mesa para colocarla sobre mis piernas, presionó un botón para que mi asiento comenzará a acomodarse para poder comer.- ahí, ya no le muevas, siento que mi cuerpo se hará pedazos.
Oliver: lo siento...- asentí tragando saliva con dificultad, abrió los platillos y los colocó sobre la mesa, le quitó el empaque a los cubiertos y destapó el vaso con limonada. Era arroz blanco con espárragos y pollo cocido, no se miraba nada antojable.- ¿no te gusta?
Aitana: es bastante malo, además no soy zurda.- suspiré fastidiada removiendo el arroz con dificultad.- me tomaré solamente la limonada.
Oliver: no, estás recibiendo medicamento y no puedes tener el estómago vacío.- se sentó en el borde de la cama y tomó el tenedor para quitar un trozo de pollo y revolverlo con el arroz, después lo dirigió a mi boca. Lo pensé un momento pero al final accedí, abrí la boca recibiendo lo que Oliver me dió.- frunces la nariz cómo un gato gruñón.
Aitana: no tienes que hacer esto.- termine de masticar todo y lo pasé con un sorbo de limonada.- seguramente mi madre está en la sala de espera, dudo mucho que mi padre esté ahí porque tiene que trabajar, pero ella puede ayudarme.
Oliver: ¿me dejas hacer lo que me nace, por favor?- no respondí, cortó otro trozo de pollo y nuevamente tomó un poco de arroz para después dirigirlo a mi boca.- ¿por qué aceptaste ir a ese campamento? ¿tus padres saben?
Aitana: no saben nada.- pase la comida y tomé un sorbo de limonada.- Acacia le dijo a mi madre que yo me quedaría con ella por dos días y aceptaron, yo no sabía nada hasta que ya íbamos por Acacia a su casa, ya tenían todo listo en el auto de Dylan, la única que no sabía nada era yo, y es que todo estaba yendo bien, comimos, jugamos, nos contamos cosas vergonzosas, todo iba de maravilla, claramente no esperábamos nada de esto.
Oliver: ya veo.- por algún motivo arrugó ambas cejas y vaciló un poco antes de hablar.- esto es solo curiosidad, ¿entre tú y Dylan hay algo especial?
Aitana: no, solo somos amigos.- asintió no muy convencido.- nos conocimos hace un tiempo, aunque al inicio él tenía otras intenciones conmigo pero yo tenía pareja en ese momento y le dejé en claro lo que yo quería con él, aceptó y ahora somos mejores amigos.
Oliver: bueno, yo creo que eso no le ha quedado muy en claro aún.- burló irónico y volvió a meter más comida en mi boca.- ¿no te das cuenta en la forma en que te mira?- lo pensé un momento y después lo miré.- quizás eres muy despistada y no logras darte cuenta de lo que sucede con él.
Aitana: quizás.- suspiré.- ya no quiero comer más, Oliver, esto sabe a cómo huele el pelo del pollo cuándo está vivo y lo duchan.
Oliver: mierda.- miró el platillo con asco y después tomó la gelatina para quitarle el empaque.- comete esta, estoy seguro de que sabe mejor que lo demás.
Aitana: sólo quiero irme a casa.- llenó una cuchara con gelatina de limón y la empujó hacia mis labios, la comí sintiéndome molesta.- estoy cansada de estar aquí, el olor de los medicamentos me tiene asqueada, además de que ya quiero ver a Acacia, estoy muy preocupada por ella.
Oliver: fui a verla hace un rato, ella está bien, quizás está un poco molesta conmigo pero de salud se encuentra bien, al parecer podrá salir del hospital en un rato más, no está tan mal cómo tú.- pasó su dedo índice por mi frente y acarició el moretón por encima del parche.
Aitana: eso duele.- él quitó su mano con sutileza y me miró, fue la conexión más larga que hemos tenido desde que él entró a la habitación.

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