Capítulo 84

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Le había pedido a Valentín que me dejara en la puerta de mi casa, me despedí de él y después pedí un taxi para ir a dónde Oliver, estoy segura de que ahora ya se encuentra en casa, Valentín me dijo que después de dejarme se iría al club para iniciar con su trabajo.
Toqué un par de veces a su puerta y después abrió, sobre su cuello colgaba una toalla pequeña de color blanca, estaba sin camisa y llevaba puesto un pantalón de pijama, su cabello estaba revuelto y olía increíblemente bien, le dí un beso rápido en los labios, intenté pasar pero él me detuvo cuándo cerró la puerta, colocó una de sus manos alrededor de mi cintura y la otra se apoyó en la puerta a la altura de mi cabeza, después me besó más apasionadamente.
Aitana: ¿me extrañaste?- asintió mordiendo su labio inferior y acariciando con su pulgar mi cintura por debajo de mi camisa.- bueno, he venido para hablar contigo.
Oliver: ¿qué pasa?- me tomó de la mano y me llevó al sofá, mientras yo me acomodaba, él encendía la chimenea.- ¿por qué no llevas puesto algo más cálido? está haciendo un frío terrible, no quiero que te enfermes.
Aitana: me encontré con Valentín hoy.- me miró por unos segundos y después se enfocó en la chimenea.
Oliver: ¿ah sí? ¿qué tal está?- lo miré incrédula y él se acercó a mí soltando un suspiro.- escucha, creí que no te lo diría tan pronto y menos que sería él quien te lo dijera, hablamos un rato por llamada mientras que tú dormías en mi oficina, mi intención no era hablar mucho ya que estaba demasiado ocupado y no quería despertarte.- se sentó a mi lado y me tomó de la mano, me parecía increíble que no le prestará atención a la caja que tenía sobre mis piernas.- pero él es una persona con mucho tema de conversación y me dió a entender que esa noche tenía horario libre, nos conocimos un poco, hablamos sobre ciertas cosas que no puedo decirte, después me contó que deseaba trabajar para poder comprarse sus propias cosas y comprarle una nueva casa a su madre, después, te miré recostada en el sofá descansando con tranquilidad y me dí cuenta de que no quería que nuestros encuentros ocurrieran frecuentemente en esa horrible oficina, le ofrecí trabajar para mí, él enseguida aceptó pero después me encargue de explicarle todo lo que se tenía que hacer aquí, y también he buscado formas de no ponerlo en riesgo, antes de que se comprará un auto yo le pedía Uber de confianza para que pudiera dejarlo en la puerta de su casa, le aconsejó frecuentemente que debe seguir con sus estudios y que no deje de hacer sus trabajos escolares, lo mío es temporal, lo prometo.
Aitana: bueno, tengo que admitir que la noticia me tomó por sorpresa, pero también sé que mi hermano es mayor de edad y puede tomar sus propias decisiones.- suspiré resignada.- además, confío en que tú no le darás malos consejos y lo cuidarás.
Oliver: por supuesto, preciosa.- se acercó a mí y me dió un beso en los labios, intenté alejarlo pero estaba empleando demasiada fuerza para no alejarse de mí, su mano comenzó a deslizarse por cintura y nuevamente se metió debajo de mi camisa.
Aitana: ¿qué te pasa?- me alejé un poco y él mordió su labio inferior.- nunca me habías recibido de esta manera tan...candente.
Oliver: no sé que me sucede, desde que desperté me siento con ganas de tenerte entre mis brazos, ¿te quedarás esta noche?- me encogí de brazos y él hizo un puchero, este comportamiento era nuevo en él.- hablaré con tus padres yo mismo.
Aitana: mi hermano me entregó esto.- se alejó un poco de mí y tomó la caja que yo le entregaba, me miró confundido pero después se dispuso a abrirla, lo primero que miró fue los boletos de avión.
Oliver: ¿irás a París?- asentí sonriendo con ilusión.
Aitana: ambos iremos a París, mi amor, mi hermano me dió ese regalo hoy y me dijo que compro estos boletos para mí y para ti.- parecía confundido aún, sus dedos acariciaban los boletos y sus cejas casi se volvían una.
Oliver: debiste rechazarlos, Aitana.- rara vez me llamaba por mi nombre, lo miré desanimada.- pero bueno, después buscaré la manera de recompensar este regalo, te lo prometo.- me sonrió con ternura y tocó la punta de mi nariz.
Aitana: hoy estás demasiado bipolar.- reí mientras guardaba los boletos dentro de la caja y la colocaba en la mesita de centro.
Oliver me recostó en el sofá sorpresivamente, él se colocó en medio de mis piernas y comenzó a besarme el cuello cómo sí se tratara de vida o muerte.
Aitana: oye.- reí acariciando su espalda y tratando de ver su rostro, se separó un poco, tenía ambas mejillas ruborizadas y sus labios demasiado húmedos.- ¿qué pasa, eh?
Oliver: quiero hacerte el amor, Aitana, hasta que ambos quedemos exhaustos sobre el sofá, claro, sí tú quieres.- solté una carcajada y él sonrió apenado.- mierda, no debería de hacer este tipo de cosas, lo lamento, cariño, quizás te estoy haciendo sentir presionada.- intentó alejarse pero enredé mis piernas en su cintura para evitar que se alejara, también rodeé su cuello y atrapé sus labios con los míos en un beso apasionado, él comenzó a deshacerse de su ropa con rapidez y después me quitó la mía de la misma manera, pude sentir su piel acariciar la mía con deseo, un escalofrío me recorrió el cuerpo entero al sentirlo tan cerca de mi. Bajó a mi cuello con delicadeza dejando un camino húmedo y relajante, sus manos entraron por debajo de mi camisa y rodearon mis senos, hacia un movimiento circular con sus pulgares que le causaban escalofríos a mi cuerpo.
Oliver: ¿puedo quitarte esto?- me señaló el suéter y la camisa, asentí con una sonrisa para después ayudarle con su petición, quedé completamente desnuda, solo entonces él se alejó de mí y acarició mi cuerpo entero con la punta de sus dedos, me sonreía y me miraba de una forma muy tierna, le sonreí mientras acariciaba sus manos mientras estaban a mi alcance, estas se detuvieron en mi vientre y una sonrisa se le dibujó en los labios. Poco a poco entró en mí, cerré mis ojos disfrutando de lo que ese inicio me hacía sentir, él se apoyó sobre sus codos a mi costado y comenzó a besarme el pecho dejando suaves mordidas en este, comencé a sentir calor pero no era molesto, esto me excitaba cada vez más.
Escuchaba sus gemidos en mi oído, acariciando el lóbulo de mi oreja y erizando mi piel en el proceso, no pasó mucho tiempo para que yo comenzará a gemir, hundió sus labios en mis clavículas y comenzó a succionar en repetidas ocasiones haciendo un camino desde mi cuello hasta debajo de mis senos.
Oliver: tus gemidos se convirtieron en uno de mis sonidos favoritos.- sonreí acariciando sus brazos desnudos.- te amo, Aitana, hoy, mañana y siempre.- le respondí con un beso apasionado, intenté tomar el control cambiando de posición, sin embargo, ambos caímos al suelo, él intentó protegerme pero fue en vano, soltamos una carcajada que resonó en la casa, me abrazó sin poder dejar de reír.
Oliver: mierda, se me fue la inspiración.- su voz sonaba temblorosa y entrecortada, además de que su rostro se había tornado rojo por la risa incontrolable.- ¿no te pasó nada?
Aitana: no.- reí.- pero vaya que fue algo inesperado, por cierto, sigues dentro de mí, ¿quieres continuar?
Oliver: ¿por qué preguntas lo obvio?- me tomó de las caderas acomodandome encima de él, elevó sus piernas y comenzó a levantar su cintura con lentitud, coloqué mis manos a los costados de su cabeza y comencé a moverme de arriba hacia abajo. Las risas desaparecieron y los gemidos regresaron, se aferró a mi cintura con uno de sus brazos manteniendome inmóvil, entró y salió de mí juguetonamente, metió dos de sus dedos en mi boca jugando con mi lengua y humedeciendo mis labios, después los metió a su boca.
Aitana: ¿por qué estás siendo tan considerado conmigo?- lo miré con un poco de molestia, una sonrisita se le dibujó en los labios, me besó salvajemente mordiendome el labio inferior y succionando repetidamente la lengua, mientras lo hacía, me daba nalgadas que yo podía disfrutar sin necesidad de dolor y me penetraba con rapidez, me sentía en el cielo, recostada en una nube esponjosa.

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