Parte 46

70 3 0
                                    

Estuve toda la tarde comiendo chucherías en mi habitación, las nubes habían oscurecido un poco la tarde y eso me encantaba porque mi habitación se ambientaba para mirar películas, me cubrí con mi manta acolchada y tenía diferentes tipos de snacks a mi costado mientras veía "midnight" una película coreana de suspenso, anteriormente había puesto una película de romance pero me sentía intolerante ante el cliché que en otras circunstancias me hubiese encantado ver.
Mis padres aún no llegaban a casa, creo que mi padre estaba ayudando a mi madre con las cosas del restaurante, también eso me molestaba demasiado, según yo tendría que estarle ayudando pero aquí estoy, acostada, sintiéndome insuficiente por culpa de un imbécil.
Mi celular vibró un par de veces sobre mi almohada y con ello se encendió mostrándome que tenía un mensaje de texto, me limpie los dedos en una servilleta y tomé mi celular para revisar.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Dejé caer el celular a mi costado y trate de concentrarme en lo que estaba mirando en la televisión, ni siquiera prestaba atención, sentía un nudo en el centro del estómago que me provocaba náuseas y desgano, tomé el control remoto y apague la tel...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Dejé caer el celular a mi costado y trate de concentrarme en lo que estaba mirando en la televisión, ni siquiera prestaba atención, sentía un nudo en el centro del estómago que me provocaba náuseas y desgano, tomé el control remoto y apague la televisión, después tomé el tazón de frituras y salí de mi habitación para bajar a la cocina, cuándo baje el primer escalón escuché los susurros de mis padres, bajé unos cuántos más para poder tener visibilidad, ellos se encontraban en la sala, mi padre estaba de pie y mi madre estaba sentada en uno de los sofás con cierta preocupación, él se frotaba el cabello con desesperación.
Papá: ¿por qué creyó que era buena idea reaparecer?- a pesar de que susurraba podía notar cierta tensión en sus dientes y mandíbula. Mi madre se encogió de hombros mientras movía ansiosamente su pierna izquierda.- no lo puedo creer, estamos mejor que nunca cómo familia, no quiero que esto acabe.
Priscila: yo tampoco quiero eso, Gael, he estado pensando en eso desde que me lo contaste, ayer ni siquiera pude dormir bien, he perdido el apetito.- suspiró.- tengo miedo.- decidí bajar las escaleras e interrumpir su conversación, mi madre se limpio una lágrima que evidenció la situación y después se puso de pie sonriendome, mi padre hizo lo mismo.
Aitana: no intenten hacerme creer que todo está bien, hay algo que está sucediendo y ustedes no me lo han dicho.- se miraron entre sí con cierta preocupación.- ¿quién ha decidido regresar?
Priscila: aunque me duela...tenemos que decirle para que esté al tanto y sepa cómo enfrentarla.- mi padre le dió la espalda frotando el puente de su nariz, mi madre se acercó a mi con delicadeza y tomó mis manos.- hace aproximadamente tres días tu padre recibió una llamada de un número desconocido, respondió y era una mujer...- asentí, ella acaricio por encima de mis nudillos y después me miró mordiéndose el labio inferior.- se trataba de Alba, tu madre.- parecía que una enorme piedra me había caído en la espalda, miré a mi padre tratando de confirmar esa información, ni siquiera me miró, esa también fue una respuesta. No conocí a mi madre, pero tampoco había tenido intenciones de hacerlo, sin embargo, saber que apareció me hace tener cierta curiosidad.
Aitana: ¿mi madre? ¿y que quiere?- ella se encogió de hombros y regresó a dónde estaba mi padre.
Papá: ella quiere conocerte, me dijo que estaba muy arrepentida por haberte abandonado en aquel entonces, pero que ahora quiere enmendar sus errores y poder darte el amor que debió de haberte dado desde un inicio.- me acerque a ellos y me senté en el sofá que estaba al costado de mi madre, me froté la frente y suspiré.- cariño, tu madre y yo hemos estado hablando sobre esto durante estos tres días, y aunque nos duela, aunque nosotros tengamos nuestras opiniones, al final la que decide que hacer eres tú y nosotros respetaremos lo que tú decidas.
Aitana: nunca había pensado en que es lo que haría en estas circunstancias, necesito pensarlo, pero mientras tanto, mi respuesta es un rotundo no.- parece que mi madre se sintió aliviada ya que soltó una respiración profunda y miró a mi padre mientras acariciaba su antebrazo.
Priscila: iré a calentar la cena.- asentí regalandole una sonrisa, ella me dió un beso en la frente y después se retiró.
Papá: sé que nunca te he contado sobre ella, sólo sabes lo que hizo cuando tú naciste.- asentí, se sentó a mi lado apoyándose sobre sus muslos.- era una mujer muy bella, la conocí cuándo estudiábamos en la preparatoria, siempre le gustó ser el centro de atención y a mí eso me enloquecía, siempre he sido muy competitivo y competir por robar su corazón era placentero, a tus abuelos no les gustaba que yo estuviera con ella, decían que parecía una mujer interesada y con muy poco que ofrecer, yo no lo entendí hasta que decidí unirme a ella, por fortuna no nos casamos así que la separación fue de inmediata, cuándo vivía con ella discutíamos mucho porque no teníamos absolutamente nada en común, hay personas con las que puedes no tener nada en común pero aún así se complementan, con nosotros fue diferente, a mi me gustaba trabajar pero a ella solo le gustaba recibir, no me ayudaba en las cosas del hogar, cuándo yo salía del trabajo llegaba a casa y encontraba todo desordenado, ella ni siquiera preparaba la cena, yo llegaba y tenía que cocinar para ambos, claro que me encantaba complacerla, pero eso poco a poco me hizo perder muchas cosas, perdí mi casa, vendí mi auto, caí en la ruina y entonces ella se alejó de mí, pasó un tiempo y regresó solo para decirme que estaba embarazada y que sería una niña, en ese momento yo estaba solo y me encantaba la idea de ser padre.- sonrió con ilusión.- la cuide, le ayude con absolutamente todo durante el embarazo, cumplí cada uno de sus antojos y espere con ansias tu llegada, cuándo eso sucedió, salimos del hospital contigo en brazos y me dijo que ella no podía cuidarte porque en sus planes no estaba ser madre, al principio creí que estaba bromeando, pero un día, fue hasta mi casa para dejarte en mis brazos e irse con otra persona que también le había bajado las estrellas, nunca supe si tenía derecho a juzgarla porque quizás no fui lo suficientemente bueno para ella, pero tampoco puedo justificar su abandono, por eso cuando apareció me llené de coraje e incluso le reclamé el porque de su regreso, pero ella insistió en verte...y me gustaría poder decirte que no la veas, que estás mejor así, incluso decirte que fue una mala persona conmigo, pero sería muy egoísta de mi parte, al fin de cuentas ella es tu madre y la decisión final es tuya.
Aitana: les agradezco que no me prohíban verla, pero como dije antes, por el momento no quiero saber nada más de ella.- acaricié su hombro y le dí un beso en la mejilla.- Priscila es mi madre y nadie cambiará eso.
- me sonrió, quizás sintiéndose aliviado por mis palabras, mi madre se recargó en el umbral de la puerta mostrándonos la lasaña que había preparado para nosotros, estuve tan perdida en mis pensamientos mientras estuve en mi habitación, que ni siquiera escuché cuándo ellos llegaron.

I'M YOURS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora