Capítulo 91

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Estaba sentada en la banca del parque mientras sostenía un paquete de frituras que recién había comprado, Acacia pidió una semana libre en el trabajo ya que su boda sería la próxima semana y tenía miedo de que algo saliera mal, por lo tanto, quiere perfeccionar los detalles.
Mis padres no saben que mi relación con Oliver terminó, considero que fue así ya que pedir un tiempo solo es una excusa para dar por terminado todo, sin embargo, aún tenía la esperanza de que él me respondiera el último mensaje que le envié pidiéndole hablar con tranquilidad y afirmando lo mucho que le amaba.
Valentín llegó por detrás y me abrazó por los hombros soltando una risita por el susto notorio que me dió, se colocó frente a mí y su sonrisa se borró enseguida al mirarme a los ojos.
Aitana: carajo, me olvidé de que vendrías.- me limpié la comisura de mis ojos y lo atraje hacia mí para darle un beso en la mejilla.
Valentín: ¿por qué estabas llorando?- se sentó a mi lado con toda su atención puesta en mí, jugué un poco con mis dedos y después miré a las personas que paseaban frente a mí.
Aitana: he tenido días muy difíciles, Valentín, afortunadamente tengo salud...se supone que no debo de pedir nada más.- suspiré.- pero siento que algo me falta, me siento exhausta y quiero dormir hasta que mis párpados me duelan.
Valentín: ¿ha pasado algo?- me tomó de las manos, no le dí ninguna respuesta a su pregunta y eso pareció confirmar sus sospechas.- quizás tiene algo que ver con la nostalgia que rodea el cuerpo de Oliver.
Aitana: he terminado con él, Valentín, bueno, él terminó conmigo.- apretó sus labios y me abrazó con fuerza, rompí en llanto, era justamente lo que necesitaba recibir, apoye mi cabeza sobre su hombro y él me dió caricias en la espalda sin decir una sola palabra.- quizás él piensa que no lo amo cómo él me ama a mí, pero sí lo hago, nunca en mi vida creí amar a alguien con la misma intensidad con la que lo amo a él, últimamente tuvimos demasiadas peleas, quizás tontas y un poco infantiles, en París me propuso matrimonio y no supe que decir al respecto, quizás dije las palabras correctas pero de una manera muy equivocada y eso le afectó, lo tomó cómo un rotundo "no"
Valentín: ambos son muy inmaduros, el amor es el causante de ello, no deja que piensen de una manera realista así que dicen lo primero que les sale de un corazón estúpidamente enamorado, dale tiempo para que aclare las cosas y sé dé cuenta de que hizo una tormenta sin razón, claro que no invalidamos sus emociones porque quizás dijiste cosas que no tendrías que haber dicho porque no te nacen, ambas maneras de sentir son respetables, esto se va a solucionar, tenlo por seguro.- me dió un beso en la frente y me dejó acurrucada en sus brazos por un rato más.- la boda de tu mejor amiga está cerca, tienes que estar bien, además de que un par de días después es tu presentación y tienes que lucir despampanante, así que limpiate esas lágrimas y respira hondo, nadie dice que no debe de dolerte, claro que sí tiene que hacerlo, pero también nadie dice que ese amor ya está marchito.- me abrazó con más fuerza y yo le correspondí, sentí una punzada fuerte en el lado frontal de mi cabeza y mis manos comenzaron a sentirse pesadas, las dejé caer sobre las piernas de Valentín y ya no supe nada más de mí.
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Abrí mis ojos con pesadez, el color de las paredes me resultó muy familiar y el olor me confirmó en dónde me encontraba, era la sala de mi casa, mi madre se encontraba sentada a mi lado con una taza de color blanco de la cuál salía vapor, Valentín estaba cruzado de brazos mirando las fotografías que había a los costados de la televisión.
Aitana: ¿qué sucede?- mi voz ronca los hizo girar a ambos y poner su atención en mí.
Valentín: te desmayaste en el parque y no supe que hacer, te lleve en mi auto hasta el restaurante de tu madre y después nos venimos a tu casa...tu padre se quedó a cargo del restaurante.- me froté la frente tratando de desaparecer las molestas punzadas, pero era inútil.
Madre: ven, siéntate.- me ayudó a sentar y me colocó uno de los cojines en la parte baja de la espalda, después me entregó el té.- tómatelo, es para calmar los nervios y relajar tu cuerpo, has estado bajo mucho estrés últimamente, incluso has comido poco estos días.- me acarició el cabello con delicadeza y después apoyó su cabeza sobre mi hombro.- te llevaré al hospital en cuanto te sientas menos mareada.
Valentín: sí gustan puedo esperar un momento para llevarlas al hospital y así traerlas de regreso.- negué enseguida mientras terminaba de darle un sorbo a mi té.
Aitana: no es necesario que vaya a un hospital, mamá, es cierto lo que dices, he estado bajo muchísimo estrés últimamente, además de que la presión que hay en la academia estos últimos días es muy fuerte, no me he podido aprender los últimos tonos de la melodía y me tiene muy estresada.- suspiré.- además, acaba de terminar mi periodo y me siento exhausta.
Madre: eso es aún peor, Aitana, has perdido sangre, no te has alimentado cómo debe de ser, estás bajo mucho estrés y te quedas hasta muy tarde despierta, ¿crees que eso no te ha afectado en tu cuerpo?- me miró, eran las típicas miradas que lanzaban las madres cuándo estaban apunto de ordenarte algo.- iremos a qué te hagan estudios de sangre y así poder descartar que estás anemica, dios mío, esta niña me sacará canas de todos los colores existentes.
Valentín: tu madre tiene razón, Aitana, o al menos prometele que irás al médico cuándo tu agenda se relaje y tu presentación pase.
Aitana: te lo prometo, mamá, iré cuándo ya esté libre de preocupaciones.- le dí un beso en la mejilla, me miró y puso los ojos en blanco.

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