Parte 10

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El restaurante estaba casi listo, los muebles que mi madre había ordenado por fin llegaron y los acomodamos en los espacios elegidos por ella misma, de vez en cuándo la orientabamos pero casi siempre opinabamos lo mismo y teníamos gustos similares, habíamos comprado una caja registradora nueva, decoraciones para las paredes, centros de mesa con flores artificiales pequeñas, servilleteros, entre otras cosas, las paredes las habíamos pintado de colores oscuros y apasionados, el piso era de madera resistente, cada mesa tenía un mantel blanco que resaltaba entre los colores oscuros del interior, además, habían colocado los candelabros que le daban un toque más elegante al restaurante, mi madre ya había publicado un anuncio en los periódicos para solicitar personal por inauguración, ahora solo quedaba esperar el momento de por fin abrir el lugar.
Mi padre había contratado a un grupo de personas para pintar las líneas del estacionamiento, además arreglaron el pavimento de este y colocaron pancartas en las paredes invitando a la gente para la próxima apertura, mi padre ha estado trabajando muy duro por cumplirle el sueño a Priscila, y es que ella parece una niña pequeña con juguete nuevo, está más feliz de lo habitual y prepara platillos de muestra para anotar la receta y así los próximos cocineros puedan hacer los platillos tal y cómo ella los prepara.
Aitana: ¡por favor, papá!- iba casi corriendo detrás de él, suplicándole que me dejara asistir a la celebración de los padres de Acacia por su aniversario #30.- será en una terraza o algo así, por favor, por favor, solo me quedaré ahí 2 días.
Papá: sabes mi respuesta, Aitana, no cambiare de opinión.- se detuvo mirándome fijamente, junte mis manos frente a mis labios en forma de súplica.
Aitana: también Dylan estará ahí, además de que el chico que te vendió el restaurante es primo de Acacia y también asistirá, no estaré sola.- suspiré.- te mandaré mensajes a cada momento, igual a mamá, incluso les enviaré un vídeo en dónde me vean sobria y completamente bien.
Papá: esta decisión es muy complicada, hija, nunca has salido de la ciudad, ni siquiera cuándo tu abuela vivía en Estados Unidos.- frotó sus ojos y después colocó sus manos en la cintura.- sé que eres mayor, así que no tienes que recordarmelo cada vez que quieres pedirme un permiso, pero para mí sigues siendo una niñita que necesita estar bajo el cuidado de sus padres.- me deje caer en el sofá, sintiéndome derrotada, él se sentó a mi lado y tomó mi mano para acariciar sobre mis nudillos.- te amo y no soportaría que algo malo te sucediera.
Aitana: no me sucederá nada malo, afortunadamente mi padre me enseñó algunas cosas sobre defensa personal y puedo defenderme.- suspiré.- además que, cómo te digo, mis mejores amigos estarán ahí, es una fiesta familiar, no mentire diciéndote que no habrá bebidas alcohólicas porque sí habrá, pero sabes que no me gusta beber y menos sí estoy lejos de casa, ¿puedes confiar en mi?
Papá: me lo pones tan difícil cuándo te conviertes en la niña que me pedía un helado a media noche de una forma tan insistente.- suspiró dándole un suave apretón a mi mano, después asintió.- está bien, puedes ir, pero tienes que estar acá para la celebración del restaurante ¿está claro?, tu madre ha soñado con esto y si le fallas te castigare muy feo.- asentí emocionada dejándole un beso fuerte en la mejilla.- además tienes que responder todas mis llamadas, sin excepción Aitana, nada de bebidas alcohólicas ni de encuentros con chicos que apenas conoces.
Aitana: te lo prometo, papá.- levanté mi mano derecha, no podía dejar de sonreírle emocionada, él sonrió derrotado y me dió un beso en la frente.- subiré a dormir, mañana tengo que levantarme temprano y preparar mi equipaje.
Papá: de acuerdo, descansa y cierra la ventana antes de dormir.- me besó la frente por segunda vez y yo su mejilla, después subí corriendo las escaleras rumbo a mi habitación. Ahí estaba mi madre acomodando las sábanas limpias de mi cama, la miré con admiración y abrí mis brazos para que ella me abrazará, enseguida lo hizo, llevaba puesta su pijama color lila que tanto le encantaba y su hermoso cabello colgaba en una trenza húmeda.
Priscila: ¿que pasa, cariño?- le dí un beso en la mejilla y me aparte de sus brazos.- ¿tu padre te dió permiso?
Aitana: ¡Sí! fue difícil al principio pero después logré convencerlo, claro que me puso condiciones.- reí.- pero sí, mañana me voy a medio día, los padres de Acacia pasarán por mí, será un viaje en auto.
Priscila: entonces ya duerme, mañana te voy a preparar un aperitivo por si el camino es largo, no olvides poner tu cepillo de dientes en la maleta ¿de acuerdo?- asentí emocionada.- buenas noches, amor, descansa, ya cerré tu ventana.
Aitana: gracias, ma.- dejó un beso en mi mejilla y después salió de mi habitación con una sonrisa dibujada en su rostro. Encendí mi celular y le mande mensaje a Acacia confirmando mi asistencia, Dylan también lo hizo en el grupo que teníamos en común, solté mi celular sobre las suaves sábanas y saque mi maleta pequeña para comenzar a empacar algunos vestidos de noche, ropa interior, maquillaje, mi cepillo de dientes y algunos para el cabello, también acomodé un par de zapatos y mis pantuflas.
Revisé detalladamente que no me faltará nada escencial y cerré la maleta, luego la coloque a un lado de mi cama y me recosté cubriendome con las sábanas hasta el cuello, extendí mi brazo a la mesita de noche y presione el botón de la lámpara para que esta se apagará.

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