Parte 30 (Oliver)

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La observé dormir plácidamente sobre mi cama, enredada en las sábanas y abrazando una de mis almohadas, su cabello descansaba sobre el cojín más pequeño y su respiración parecía calmada, enredé mi cabello húmedo entre mis dedos, maldiciendome una y otra vez por lo que hice, afortunadamente en la planta baja ya no estaba Axel y mucho menos mi prima, lo que me hacía sentir un poco tranquilo, no tendría cara para enfrentarme a ellos.
La ropa de Aitana seguía en el suelo, confirmandome nuevamente lo que había pasado anoche, ella comenzó a revolcarse en la cama tratando de cubrir su pierna desnuda, después frotó sus párpados avisándome que estaba despertando, se acomodó en la cama cubriendo su pecho, pude notar que había algunos chupetes en su piel y sentí vergüenza.
Aitana: dios, que dolor de cabeza.- se sentó en la cama cubriendo su cuerpo y su mirada se clavó en la mía, sonrió con pena.- buenos dias, Oliver.
Oliver: Hola Aitana.- no sabía cómo empezaría esa conversación pero tenía que hacerlo cuánto antes.- lamento todo esto.
Aitana: ¿qué lamentas?- suspiré antes de seguir hablando.- no tienes que hacerlo, Oliver, yo estuve de acuerdo con esto.
Oliver: pero yo no, Aitana.- escupí sintiendo coraje por mi.- esto no tendría que haber pasado y sé que lo sabes, estaba ebrio y tú también lo estabas, lo de anoche no tuvo que haber sucedido.
Aitana: ¿entonces te arrepientes?- asentí tensando mi mandíbula.- woah, no sé que decir realmente.- burló y cubrió sus labios parpadeando un par de veces seguidas.- creí que tú también lo deseabas, jamás pensé que me dirías algo cómo eso.
Oliver: lo lamento pero tenía que decirlo.- intenté ser sincero aunque sentía que yo mismo me apuñalaba el alma.- y te voy a pedir que olvidemos lo que sucedió anoche y nos mantengamos alejados, no quiero que haya más encuentros entre nosotros.
Aitana: ¿por qué me haces esto, Oliver?- sus ojos comenzaron a cristalizarse, demonios, me dolía verla así.- no puedes meterme a tu cama y después hacer que desaparezca así cómo así.
Oliver: es lo correcto, y no quiero ser más duro contigo de lo que ya lo he sido.- suspiró jugando con sus dedos.- te llevaré a tu casa y después de eso no habrá más nosotros.
Aitana: ¿puedes salir?- su tono era seco, ni siquiera me miraba.- voy a cambiarme.- me levanté y camine hasta la salida, cerré la puerta a mi espalda y escuche sus sollozos.- tonta, tonta, tonta, no aprendes, eres una estúpida.- sentí un dolor terrible en el pecho, no me arrepentía de haber estado con ella, pero sabía que no era lo correcto. Lance un suspiro, ella salió de la habitación, solo me miró por un doloroso segundo.
Aitana: adiós.- se dió la vuelta dándome la espalda y caminó con rapidez hasta llegar a la orilla de las escaleras, entonces la seguí.
Oliver: te llevaré a casa, Acacia se fue hace rato junto con Axel.- suspiró y negó enseguida.- por favor, no dejaré que te vayas sola.
Aitana: no es de tu incumbencia.- ahora estaba siendo fría conmigo, sus ojos me transmitían el peor de los sentimientos.- compermiso.
Oliver: ya te dije que no dejaré que te vayas sola, solo tomaré las llaves de mi auto y nos iremos, espera aquí.- corrí nuevamente a mi habitación para buscar en el pantalón que ayer traía, estoy seguro de que ahí las dejé, lo saqué del cesto de la ropa sucia y efectivamente, ahí estaban. Sobre el buró que se encontraba a lado de la cama miré la pulsera que le había regalado a Aitana, la tomé en mis manos y la acaricie con dolor, se la regresaría, era un regalo. Abrí la puerta y baje las escaleras, ella ya no estaba ahí, salí apresuradamente a la carretera pero ya no la ví, solo alcance a ver un taxi que desaparecía en una de las calles, seguramente se subió ahí.
Saqué mi celular del bolsillo de mi pantalón y le llamé a Acacia, timbró un par de veces y escuché su voz adormilada del otro lado del teléfono.
Acacia: ¿qué pasa?- no sabía cómo decirle, no encontraba las palabras correctas.
Oliver: solo quería saber si llegaste bien a casa.- escuché un suspiro del otro lado y después un "uhjm".- bien, te dejaré dormir ahora, descansa.- colgué y me dejé caer en el sofá, sobre la mesa de centro se encontraba el regalo que ella me había dado ayer, le quite el nudo y saque lo que había adentro, una camisa de vestir color celeste y una pijama negra con rayas finas delgadas, al final de la bolsa había una pequeña tarjeta decorada con osos y tenía su letra.
"Feliz cumpleaños, gruñón, deseo que sigas cumpliendo muchos años más hasta que seas un viejito lleno de canas, me agradas <3"
Sentí un nudo en la garganta al leer la nota, me sentía el hombre más miserable de la tierra por la forma en la que la trate, tomé mi celular y marqué el número de Axel, este timbró un par de veces y después escuché su voz ronca.
Oliver: Axel la cagué...- me froté el puente de mi nariz y suspiré.- hice algo que claramente no tenía que hacer.
Axel: a ver más lento, ¿de que estás hablando?- vacilé un poco antes de decir algo.- de acuerdo, me daré una ducha e iré a casa para hablar sobre esto que dudas tanto en decir.
Oliver: te espero aquí...- dicho esto ambos colgamos, entré a mi galería de fotos y encontré lo que había tomado ayer, capturas de la decoración, de los postres, de Axel y un sin fin de fotos que le tomé a Acacia, ella sonreía con franqueza y parecía estar disfrutando del momento, maldita sea.

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