Parte 43 (Oliver)

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Espere unos cuántos minutos afuera del baño, ella se estaba tomando el tiempo necesario ya que decía que le dolía la cintura y la muñeca, abrí un poco las persianas para que mirara un poco el clima que hacía y los pronósticos que había hoy, escuché que abrió la puerta y me dirigí hacia allá para ayudarle a salir y caminar con precaución, la tomé del antebrazo y noté que justo estaba teniendo un mareo un poco fuerte, hice que se apoyará nuevamente en mis hombros con su mano sana y la abrace por la cintura, parpadeó con debilidad durante unos segundos y después soltó un suspiro.
Oliver: ¿listo?- asintió, la solté enseguida y comenzamos a caminar con lentitud hasta su cama, sin embargo ella negó con la cabeza.
Aitana: ya no quiero estar acostada, ¿puedo estar un rato en la ventana?- me parecía tan tierno que ella me pidiera permiso para eso, cómo sí yo fuera su papá o alguien que pudiese regañarla.
Oliver: por supuesto, puedes hacer lo que gustes siempre y cuándo no te lastimes.- asintió sonriendo, le ayude a caminar hasta quedar cerca de la ventana, detrás de ella coloque la silla en la que las visitas se sientan y coloque una almohada para que descansará su espalda adolorida.
Aitana: las nubes se ven muy pesadas.- se apoyó en la parte sobrante de la pared y se inclinó hacia adelante para mirar mejor.- ¿puedes llevarme a casa?
Oliver: lo haré cuándo te recuperes, mientras tanto vendré a visitarte y si es posible me quedaré para hacerte compañía, ¿te parece?- hizo una mueca de disgusto pero al final asintió.- ¿te molesta mi presencia?
Aitana: no, me gusta que estés conmigo, pero tengo ganas de mirar una película mientras estoy debajo de mis sábanas.- suspiró cansada.- ¿puedes platicarme algo de ti?
Oliver: mi vida no tiene mucha relevancia, soy lo que tú conoces.- esta respuesta pareció no convencerle ya que puso los ojos en blanco y frunció sus labios. Se escucharon golpes suaves en la puerta y después esta se deslizó dejándonos ver a la persona que entraba, Camila, nos sonrió a ambos apenada pero eso no la detuvo y entró.
Camila: te miré platicando con Acacia hace un rato y dijiste que visitarias a ¿Aitana?, le pregunté al guardia y me dijo el número de habitación, sinceramente, creí que no me dejaría pasar pero al final lo hizo, era muy amable.- se dirigió a Aitana y extendió su mano hacia ella.- soy Camila White, amiga y ex novia de Oliver, mucho gusto.
Aitana: ehm...- señaló su mano con la férula así que Camila cambió de mano para poder estrecharla con Aitana.- soy Aitana, Aitana Pierce.
Oliver: no entiendo que haces aquí y porque aún no te has ido.- ella no dejaba de mirar a a Aitana, sabía perfectamente lo que le estaba cruzando por la mente.
Camila: bueno, creí que podríamos regresar juntos a casa y así poder platicar de lo que tenemos pendiente.- me sonrió con amabilidad, ojalá le creyera.
Aitana: ve, Oliver, no te detengas.- desvió su mirada y lanzó un suspiro despistado.- quizás mis padres vengan en un rato.
Oliver: Camila, creo que este no es el momento ni el lugar adecuado para tratar temas que ahora en mi vida no tienen importancia.- Aitana me miró.- creo que está muy claro lo que yo prefiero.
Camila: de acuerdo, llámame cuándo estés en tu casa, iré a verte.- no respondí nada, nuevamente miró a Aitana y extendió su mano.- fue un gusto conocerte, espero que te recuperes pronto.
Aitana: gracias, Camila.- estrecharon sus manos, Camila me dió un beso extraño en la mejilla y después salió de la habitación.- me sentaré un poco, me siento algo débil.
Oliver: de acuerdo.- la tomé suavemente de los brazos y la dirigí a la silla, ella pareció relajarse. Me puse en cuclillas frente a ella para poder acomodar su mano lastimada sobre una almohada pequeña.
Aitana: te dejó un poco de labial.- pasó su dedo índice por mi mejilla eliminando cada rastro de ese beso, la observé detenidamente mientras ella intentaba borrar hasta mi piel, sus párpados caían por encima de sus pestañas y sus cejas se arrugaron.- no me habías dicho que tenías una ex novia tan bonita.
Oliver: no creí que fuera algo importante.- hizo una mueca y retiró su mano de mi mejilla.- pero ya no significa nada para mí, es algo que se borró definitivamente de mi vida y no me interesa saber nada sobre ella.
Aitana: no tienes que darme explicaciones.- sonrió, tenía razón pero aún así me nacía dárselas.- a mí me parece que es una chica muy linda.
Oliver: no hablemos de ella ¿quieres?- se encogió de hombros y comenzó a arreglar su cabello con su mano izquierda.- te ves bonita así.
Aitana: ¿desde cuándo eres el señor cumplidos?- burló y se quejó a la vez por el dolor corporal.- y dime, Oliver, ¿para cuántas sorpresas más tengo que prepararme?, te lo pregunto porque dudo mucho que tú quieras contarme algo antes de yo descubrirlo.
Oliver: te contaré sobre mí, solo dime qué quieres saber y yo te responderé con toda la sinceridad posible.
Aitana: el día que fuimos al pueblo, ya sabes, a la ceremonia de los padres de Acacia.- ya sabía lo que preguntaría.- ¿por qué me trataste de esa manera?
Oliver: ¿por dónde empiezo?- me senté en el suelo recargado a la pared y con mis brazos apoyados en mis rodillas.- mis padres me heredaron el club que tengo ahora y el restaurante que le vendí a tus padres, en cuánto cumplí 18 años prácticamente me obligaron a hacerme cargo de sus negocios, ellos se mudaron a Madrid junto a mi hermano Brandon, cuándo se fue tenía solo 10 años, ahora ya tiene 22, mis padres me llamaban de vez en cuando solo para saber cómo estaba manejando sus ingresos, o sea sus negocios, pronto dejó de interesarme si me llamaban o no, incluso quería que no lo hicieran porque ya no necesitaba escucharlos, ya no necesitaba a mis padres conmigo, no puedo decir que los odio porque no es así, les tengo resentimiento, en fin, el punto es que en ese momento los miré llegar como una familia normal, feliz, llena de amor, me afectó tanto que mis impulsos me hicieron tratarte de esa manera, después me sentí asqueado por mi reacción y supe que nada justificaba la manera en la que te había tratado.
Aitana: ¿entonces las personas que discutían contigo en tu habitación, eran tus padres?- asintió, ella me miró tratando de mostrarse empática, extendió su mano sana hacia mí y yo la tomé.- lo lamento tanto, cuando no me duela el cuerpo te abrazaré fuerte.
Oliver: te lo recordaré.- me sonrió, de alguna forma esa sonrisa me dió tranquilidad y me fue más fácil liberarme.

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