Capítulo 82

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Habíamos terminado agotados, después de haber guardado las cosas en la alacena, lavamos el refrigerador para poder meter las cosas que tenían que ir ahí, después llegaron más muebles que Oliver había ordenado en algunas mueblerías y otros más que le pertenecían de su anterior departamento, acomodamos todo lo mejor que pudimos para que ya pudiera instalarse y no tuviera que dejar cosas pendientes para el día de mañana.
Ahora nos encontrábamos en su club, intentó comunicarse con Axel para que se hiciera cargo hoy, sin embargo, este no le respondió, le pedí permiso a mis padres para que me dejarán acompañarle esta noche, fue un poco difícil pero al final accedieron. La oficina de Oliver tenía una ventana que daba vista al estacionamiento del lugar, aunque no creo que la necesite mucho ya que tiene cámaras de seguridad en cada rincón del club, él estaba sentado en su escritorio checando algunos papeles y guardando otros más en carpetas amarillas, las paredes tenían un color oscuro, casi cómo el azúl marino, tenía un sofá de piel con cojines esponjosos, algunos cuadros adornaban las paredes, había también una pizarra blanca con una tabla de porcentajes, tenía un par de plantas a lado de la puerta que le daban un poco de vida a la oficina.
Oliver: estás muy entretenida.- dejé de ver a mi alrededor y lo miré a él, metí mis manos en los bolsillos de mi suéter y suspiré.- puedo llevarte a casa sí tú lo quieres.
Aitana: no quiero ir a casa aún.- me senté frente a él y me apoye sobre su escritorio mirando el monitor con las cámaras de seguridad esparcidas por toda la pantalla.- ¿qué haces ahora mismo?
Oliver: estoy checando las ventas de esta semana, además de lo que invertimos con los distribuidores, entre otras cosas.- asentí, aunque él no podía ver mi asentimiento ya que estaba muy enfocado en lo que estaba escribiendo.- puedes salir, cariño, eso es lo que hago cuándo quiero tomar un poco de aire, me quedo quieto detrás de los barandales y miró a las personas.
Aitana: ¿seguro?- asintió, le regale una sonrisa y después salí de su oficina a paso apresurado, trabajaba en un lugar lleno de oscuridad y silencio, sentía que incluso mi presencia le molestaba y no le dejaba concentrarse. Me recargue en los barandales tal y cómo Oliver me lo había dicho, las luces que viajaban de un lado a otro me mareaban y hacían que cerrará los ojos, por alguna razón aquí arriba se sentía más fastidiante el choque de las luces neón.
Sentí que alguien me tocó el hombro con sutileza, me enderece para ver de quién se trataba, mirar a Dylan parado detrás de mí fue muy inesperado, me quedé estática y él me sonrió.
Dylan: ¿qué sorpresas nos da la vida, no?- no respondí nada y él se cruzó de brazos.- me bloqueaste y no pude enviarte más mensajes, quería buscarte en tu casa pero no quería más problemas con tus padres, y ahora te encuentro aquí, ¿qué andas haciendo?
Aitana: el dueño del club es mi novio ¿lo olvidaste?- por alguna razón tenía miedo, mi corazón golpeaba mi pecho tratando de mandarme una señal de advertencia.
Dylan: ah ya recuerdo, tu novio el impulsivo.- lo miré confundida y él me miró por unos segundos sin decir nada, después continuó.- ¿qué? ¿no te dijo?, el día que terminaste en el hospital nos encontramos en tu casa y me dió una golpiza sin razón aparente, me dejó tirado en el suelo, casi inconsciente.
Aitana: Oliver no es violento sin razón, lo conozco.- se burló irónico y me tomó de la barbilla con brusquedad.
Dylan: quítate esa puta venda de los ojos y deja de creer que ese viejo es tu hombre ideal, te estás equivocando y lo sabes bien, él solo quiere cogerte y dejarte tirada.- su mano fue retirada de mi barbilla por Oliver, me hizo a un lado protegiéndome con la mitad de su cuerpo.
Oliver: te lo advertí.- un par de hombres robustos se colocaron detrás de Dylan y lo tomaron de los brazos, esto resultó inesperado para él ya que nos miró a ambos con sorpresa y rabia.- que no entre nunca más.- los hombres asintieron y lo arrastraron hasta el filo de las escaleras, Oliver se giró y me miró fijamente acariciando mis hombros.
Oliver: ¿estás bien?- asentí, él me sonrió apenado y después me abrazó.- ¿quieres quedarte más tiempo o quieres entrar a mi oficina?
Aitana: quiero estar contigo.- me dió un beso en la cabeza y después me tomó de la mano para llevarme de regreso a ese lugar, cerró la puerta y lanzó un suspiro.
Oliver: no sé que tengo que hacer para que ese niño esté lejos de ti.- se frotó el puente de su nariz y se dejó caer en su silla corrediza.
Aitana: ¿es cierto que lo golpeaste?- se quitó la mano de su nariz y después asintió bajando la mirada.- ¿por eso tenías ese golpe en la mejilla?
Oliver: eso no importa, cariño, ya fue hace un tiempo y no hay necesidad de revivirlo ahora.- me sonrió.- sé que estás cansada, así que sí no quieres que te obligue a ir a tu casa, recuestate en el sofá.- hice lo que me pidió, me quité mis zapatos y subí mis pies para sentirme más cómoda, él se levantó de su silla y se dirigió a mi, se colocó en cuclillas y acaricio el contorno de mi cara.
Aitana: llegaste en el mejor momento, gracias por haberme ayudado.- le dí un beso corto en los labios y él suspiró.
Oliver: tengo cámaras, mi amor, claramente estaría al pendiente de ti.- le sonreí y me besó con delicadeza.- mientras pueda, no dejaré que nadie te haga daño ¿está claro?- asentí y dejó un beso pequeño en la punta de mi nariz.- ahora trata de descansar en lo que termino de organizar mis documentos, yo estaré aquí, ¿quieres quedarte hasta el cierre?
Aitana: ¿no tienes problema?- negó con rapidez.- entonces sí, quiero quedarme contigo hasta que cierres el club e ir juntos a casa.
Oliver: de acuerdo, preciosa, entonces te despertaré cuándo termine y nos iremos juntos.
Aitana: ¿puedo quedarme contigo hoy?- él soltó un suspiro y acarició mi mejilla, después negó.- ¿por qué? ¿no quieres?
Oliver: ¿qué pregunta es esa, eh?- pellizco la punta de mi nariz y después continuó.- sí por mi fuera ya no te dejaría salir de mi casa nunca, no sabes lo mucho que disfruto estar a tu lado, ver qué te despiertas a mi lado y que desayunamos juntos, es sólo qué, no quiero que tengas problemas con tus padres, anteriormente te había dicho que quería hacer las cosas bien...no le pedimos permiso a tus padres y quizás no estén de acuerdo con que tú te quedes conmigo hoy.
Aitana: pero Oliver.- me senté en el sofá y lo miré insistente.- solo esta vez.
Oliver: ¿y que le diremos a tus padres, eh?- me miró fijamente, sentía que su mirada traspasaba mi cuerpo.- ¿les dirás que te quedaste conmigo?- asentí con facilidad y suspiró.- no, pequeña, hoy dormirás en tu casa y después le pediremos permiso a tus padres cómo se debe.- se puso de pie y se dirigió nuevamente a su escritorio para luego sentarse.- ahora intenta dormir un poco.- hice un gesto de disgusto y me recosté en el sofá dándole la espalda.

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