Capítulo 90

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*2 semanas después*

Faltaba muy poco tiempo para que la boda de Acacia llegará y también para el día de mi presentación, estaba muy nerviosa por ambos eventos y también me llenaba de mucha ilusión, tenía mi vestido de dama y también el vestido que usaría para la presentación, Acacia se encontraba a mi lado mientras hablaba con mi madre sobre la comida de ese día, habían acordado hacer la fiesta en una terraza que estaba en el centro de la ciudad, mi madre prepararía la tarta y también la comida a elección.
Con Oliver he hablado muy poco estos días, intenté sobre todos los medios pasar tiempo con él pero parece que necesita un poco más de tiempo para aclarar lo que estaba sintiendo ante mi respuesta neutral, lo extrañó y mucho pero tampoco quiero hacerle sentir incómodo, le he enviado mensajes de buenos días y también le he llamado unas cuantas veces, siempre me dice que está ocupado con los detalles finales de la boda por parte de Axel, lo entiendo y es por eso que no quiero presionarlo a que pase tiempo conmigo, aunque yo misma me contradigo con frecuencia ante lo que quiero y lo que no.
Acacia: bueno considerando que tú serás mi madrina de lazos, supongo que Axel le pedirá lo mismo a Oliver.- se encogió de hombros con emoción y le regaló una sonrisa a mi madre.- señora Priscila, ¿podría usted y el señor Gael ser los padrinos de anillos?, los quiero a ambos.
Madre: por supuesto que sí, estoy segura de que Gael se sentirá complacido de entregarte los anillos.- mi mejor amiga la tomó de la mano con fuerza y después anotó el nombre de mis padres en su libreta.
La campana que colgaba encima de la puerta comenzó a moverse con el movimiento, me giré y miré a Axel acompañado de Oliver, sentí mi corazón latir cómo un completo estúpido pero también me sentía un poco extraña ante nuestra situación actual, sabía que él estaba un poco cabizbajo.
Axel: cariño, he terminado de entregar la mayoría de invitaciones, estoy demasiado agotado.- Acacia le dió un beso fugaz en los labios y después sonrió.
Madre: ¿por qué no aprovechan la llegada de sus amores y van a comer?, faltan 5 minutos para el descanso.- me guiñó un ojo y después de despedirse con la mano de todos, entró a la cocina.
Axel: bueno, teníamos pensado comer aquí pero ya que la situación lo amerita, vayamos a dar un paseo, vida mía.- Acacia dejó su mandil sobre el mostrador y tomó del antebrazo a su novio.- ¿vienen?
Aitana: ¿vamos?- traté de calmar un poco la incomodidad que había entre Oliver él y yo, lo tomé del brazo con ilusión y lo miré con una sonrisa.
Oliver: vayan ustedes, regresaré al club.- sacó su brazo de mi agarre y le dió unos golpecitos en el hombro a Axel en forma de despedida.
Acacia: ¿así son las despedidas de ustedes dos?- miré a Oliver sintiéndome avergonzada por la mirada de mi mejor amiga. Él me dió un beso corto en los labios y después me acarició la mejilla, dejé el mandil sobre el mostrador y salí del restaurante para tomar un poco de aire, ellos me siguieron, después de un susurro proveniente de Axel, Acacia me acarició el hombro y se fue con su novio en dirección opuesta.
Aitana: ¿estás demasiado ocupado o solo es un pretexto para no hablar conmigo?- él soltó un suspiro y después me miró.- desde que llegamos has estado tan distante conmigo, he intentado relajar la situación entre ambos pero si tú no me ayudas es completamente imposible.
Oliver: ¿por qué pierdes el tiempo tratando de suavizar las cosas, Aitana?- lo miré sin saber que decir al respecto.- he pensado mucho últimamente, sobre nosotros más que nada, me gustaría preguntarte ¿te ves en un futuro a mi lado?
Aitana: por supuesto que sí, y si te refieres a la propuesta que me hiciste en París, te he dicho muchas veces que si deseo casarme contigo pero no sé si ese momento sea ahora.- él frotó su frente y después golpeó uno de sus muslos al bajar la mano.- quiero que sigamos disfrutando de nuestra relación, cumplir mis sueños o al menos la mayoría de ellos, que nuestro amor crezca aún más, no sé, seguir así.
Oliver: queremos lo mismo pero en términos completamente diferentes.- se bajó de la banqueta que daba entrada al restaurante y me miró.- lo mejor es que nos demos un tiempo, para que aclares tus pensamientos y dejes de decir "no sé" cuándo te pregunto ese tipo de cosas.
Aitana: ¿estás...terminando conmigo?- se encogió de hombros y segundos después asintió.- no puedo creer que me estés pidiendo esto, Oliver, solo porque mis deseos no son los mismos que los tuyos.
Oliver: he tenido mucho tiempo para pensar últimamente, llegué a la conclusión de que la diferencia de edad si afecta de cierta forma, soy un adulto que quiere formalizar su vida, casarse y tener una familia, tú eres una joven que apenas está entrando en la edad adulta, claramente tus metas e ideas son distintas.- mi barbilla comenzó a temblar y ya no lo veía a él, solo a su silueta borrosa. Comencé a sentir la debilidad en mis latidos, pero era doloroso, mi garganta me dolía cómo si tuviese mil navajas cortándome por dentro.- sé que me amas, pero no con la misma intensidad con la que yo te amo a ti y quizás no soy la persona con la que tú quieres vivir el resto de tu vida, solo soy la persona con la que quieres experimentar cosas nuevas, hacer el amor cómo adolescentes, despertar al día siguiente y marcharte, por supuesto que yo también lo quiero, pero quiero despertar al día siguiente y no saber que tienes que irte, tenemos que aclarar nuestra mente, Aitana, hemos discutido mucho las últimas semanas y nos estamos haciendo daño, no quiero hacer o decir algo que te termine lastimando, tampoco quiero que me preguntes si ese tiempo es para siempre...porque yo deseo que no sea así.
Aitana: estás tomando una decisión muy precipitada, Oliver, ni siquiera te has detenido a pensar en que es lo que yo quiero.
Oliver: creeme que sí, es por eso que opté por pedir un tiempo para ambos, no quiero que te sientas forzada a estar o incluso a casarte conmigo si no es lo que deseas, ¿de acuerdo?- no respondí nada, tenía el llanto atrapado en mi garganta y eso me dolía, me besó la frente y después caminó rumbo al estacionamiento, quería detenerlo pero mis pies se habían clavado en el duro pavimento, apreté mis puños a mis costados y comencé a llorar sin poder detenerme.

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