Capítulo 109

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Durante estos meses me había encargado de preparar todo para la boda, prefería que todo se hiciera con antelación antes de que hubiese algún contratiempo económico, faltaba una semana para dar a luz y yo cada vez me sentía más cansada, mi vientre estaba lo suficientemente grande cómo para guardar distancia entre las personas y sentir una enorme piedra en la espalda baja, Oliver había dejado de ir al club para estar durante la noche conmigo y no dejarme sola en ningún momento, mis padres han estado en constante comunicación por si algo se llegase a ofrecer, Acacia dejó de trabajar temporalmente en el restaurante de mi madre para poder cuidar a su pequeño Fabián, cuándo viene a visitarme la paso muy bien al ver a mi sobrino jugar con sus cubitos de goma, aunque probablemente aún no sabe que está jugando, Valentín me ha visitado también y me ha traído detalles para Nadine que él mismo compra o que incluso su madre me envía, estoy agradecida con cada uno de ellos, Noah me había enviado mensajes hace unas cuántas semanas para felicitarme por el embarazo y para recordarme lo arrepentido que estaba, aún así, no me presionó para hablar y arreglar nuestras diferencias, eso me pareció excelente ya que no era una amistad que me interesará recuperar, por muy cruel que eso sonara.
Oliver: te ves tan perfecta.- dijo mientras bajaba las escaleras abrochándose los botones de su pijama.- ¿qué estás tejiendo esta vez?- levanté lo que había logrado hacer, mi madre me había enseñado, bueno, habíamos aprendido a tejer juntas con un tutorial de YouTube, ella le hizo muchas mantitas a Nadine y unas calcetas de tejido rosa.- es un suéter tan pequeñito.- dijo con un tono tierno y lo tomó en sus manos mientras yo guardaba el material en una canasta.
Aitana: me siento tan cansada.- solté un suspiro y baje mis pies adormecidos del sofá, él se sentó a mi lado y comenzó a masajear mi espalda baja.- eso se siente increíblemente bien.
Oliver: escuché que puedo cargar tu panza por un momento y es relajante para ti, ¿lo quieres intentar?- lo pensé un segundo y después asentí mirándolo con súplica, él se puso de pie y me ayudó a levantar sosteniendo mis manos, me impulse y me enderece con esfuerzo, él se colocó detrás de mí y pasó sus brazos por mi cintura hasta situarse debajo de mi vientre, lo levantó cuidadosamente y por un momento me sentí aliviada, incluso lance un suspiro, sin embargo, sentí unas punzadas alrededor del ombligo que se extendieron hasta mi pelvis y rápidamente sentí humedad entre mis piernas, comencé a quejarme mientras me inclinaba un poco, Oliver se situó frente a mí para buscar mi mirada.
Oliver: ¿qué pasa? ¿te lastimé?- ni siquiera podía responder, solo inhalaba y exhalaba, tratando de contener el dolor pero era inevitable no quejarme.
Aitana: Oliver...me hice pipí.- miré fijamente la humedad que corría a gotas por mis piernas y se quedaba estancada en mis zapatos planos.
Oliver: mierda, Aitana, se te ha roto la fuente.- lo miré apunto de entrar en pánico, comenzó a moverse de un lado a otro mientras revolvia su cabello, después comenzó a buscar algo en su pijama.- puta madre, esto no tiene bolsas, ¿dónde deje las llaves del auto?- comencé a reír aún cuándo sentía el dolor recorriendo toda mi cintura y entre mis piernas, me quejé nuevamente y luego reí de nuevo.- te llevaré cargando al auto.- metió sus brazos por debajo de mis piernas y yo rodeé su cuello, él casi corrió conmigo en brazos hasta que llegamos al objetivo, el asiento del copiloto, me sentó y abrochó el cinturón de seguridad.
Oliver: no te muevas, iré por la pañalera y por las llaves del auto, quédate quieta, inhala y exhala.- asentí haciendo lo que me pidió, él cerró la puerta y entró corriendo a casa. Era el momento, así lo sentía, la lluvia comenzó a caer cómo sí pudiera sentir lo que estaba apunto de suceder, pegué un grito cuándo sentí un fuerte dolor en la parte baja del abdomen y encorve mi espalda mientras rasguñaba el reposabrazos.
Aitana: ¡Oliver!- seguí con el ejercicio de respiración pero ya comenzaba a desesperarme, el sudor brotaba en mi frente y humedecia un poco los cabellos cercanos.- ¡Oliver date prisa!
Oliver: ¡Ya estoy, ya estoy!- cerró la puerta de golpe y al bajar el escalón de la puerta se resbaló sobre la banqueta y solo se sostuvo con sus manos, comencé a reír y a llorar al mismo tiempo, él se levantó cómo si nada hubiese pasado y corrió al auto, después comenzó a conducir.- inhala y exhala, cariño, llegaremos pronto.
Aitana: ¿te lastimaste?- negó enseguida, pude notar lo temblorosas que estaban sus manos sobre el volante.- esto duele terrible, Oliver, mierda.- me aferré a mis costados casi enterrando las uñas y solté un suspiro tembloroso.
Oliver: oh vamos, pequeña Nadine, deja a mami en lo que llegamos.- acarició mi panza con delicadeza.- no falta mucho, preciosa, ten paciencia, pronto conocerás a mamá.
Aitana: te amo, Oliver.- sus ojos estaban llenos de lágrimas y su labio inferior temblaba, supongo que estaba intentando controlar su llanto.- quiero golpearte ahora mismo porque esto duele terriblemente, pero también quiero besarte hasta el cansancio, ¡carajo!- él pegó un grito y le piso al acelerador, lo había asustado.
El camino se hizo eterno, miré las puertas del hospital y sentí que mire la gloria, Oliver se encargó de subirme a la silla de ruedas y me metió de inmediato por la parte de urgencias.
Oliver: tiene contracciones y se le ha reventado la fuente, considero que está lista para dar a luz.- se limpió los mechones húmedos de cabello mientras hablaba con el guardia, este anotaba algo en su libreta con una paciencia insoportable.- ¡pero póngale prisa, señor, mi esposa está sufriendo!- el guardia lo miró por encima de sus anteojos y le señaló una puerta larga de color guinda.
Guardia: ahí la atenderán, y modere la forma en la que me habla, recuerde dónde está.- Oliver puso los ojos en blanco y me llevó hasta el lugar que el guardia había señalado, una enfermera deslizó la puerta y me recibió con una sonrisa que ahora mismo no quería ver.
Enfermera: ¿cuál es la emergencia?- yo ni siquiera podía hablar, el dolor cada vez se volvía más insoportable y sentía cierta presión entre mis piernas.
Oliver: mi esposa está a nada de dar a luz, ya se le ha roto la fuente y tiene dolores fuertes.- la enfermera asintió mientras me ayudaba a levantar.
Enfermera: de acuerdo, déjela aquí para poder revisarla y prepararla para la sala de parto, lo vocearemos cuándo sea el momento.- Oliver lo pensó unos segundos y después me dejó un beso en la frente, luego en los labios.
Oliver: estaré aquí afuera, pegado a la puerta, gritame si necesitas algo ¿de acuerdo?- asentí, él le dió un apretón suave a mi mano y acarició mi vientre, después salió cerrando la puerta en su totalidad.
Enfermera: de acuerdo, yo soy la enfermera Elida y te ayudaré a vestir si me lo permites.- asentí sin problema, ella me dirigió al baño y entró junto conmigo.

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