Capítulo 81 (Oliver)

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Después de entregarle las llaves del departamento a mi tío, me dirigí a mi nueva casa para comenzar con la mudanza, hasta el momento se habían llevado los muebles que me pertenecían y los habían traído para acá, ya había acomodado algunos, sobretodo los que tenía que subir a las habitaciones, acomodé el armario dentro de mi habitación y le encontré lugar a los muebles restantes, había comprado una cama matrimonial, un escritorio con un ordenador y un tocador de color blanco con franjas negras, aunque ahora que lo veo, primero tendría que haber retocado las paredes, los colores oscuros quedarán descartados, también tengo que comprar cortinas nuevas y una alfombra más cómoda, quiero que todo quede a la perfección.
Regresé a la planta baja, las personas de mudanza me ayudaban a meter los muebles en el espacio que había debajo de las escaleras, yo me encargaría de acomodar lo demás, les entregué el pago final y ellos se retiraron enseguida, había pensado en contratar a personas que me ayudarán a acomodar los muebles y hacer de esto un lugar familiar, hablando materialmente, sin embargo, llegué a la conclusión de que quiero hacerlo con mi propio esfuerzo.
Deslicé el refrigerador nuevo por toda la planta baja hasta que llegue a la puerta de dos sentidos, le dí un leve empujón y esta se abrió dejándome entrar con el refrigerador, era un espacio bastante grande para hacer una cocina cómoda con todo lo escencial, tenía una barra central con un jarrón que contenía flores marchitas y marcas de agua seca, tengo que ordenar todo muy bien antes de invitar a mi chica.
Mi celular vibró un par de veces en mi bolsillo, me encargue primero de dejar el refrigerador en su lugar y encenderlo para luego limpiar el interior, saque mi celular y lo encendí, tenía un mensaje de Acacia, era una foto en dónde Aitana se encontraba frente a un espejo, llevaba puesto un vestido blanco que se ajustaba a su cuerpo, un velo del mismo color que se deslizaba por su espalda y finalizaba en el suelo, sentí cómo mi corazón comenzó a latir cómo un tonto y mis ojos comenzaron a sentirse húmedos, sonreí cómo un tonto, después me llegó un mensaje de ella.
"Amooor, ¿puedes abrirme la puerta?" y lo acompañó con un emoji de carita sonriente, vacilé un poco, miraba del celular a la puerta y viceversa, caminé hasta la puerta principal y gire el picaporte solo para confirmar que ella me estaba gastando una broma, no había forma de que supiera dónde vivo.
Para mí sorpresa, Aitana estaba del otro lado, traía unas cosas entre sus brazos que prácticamente me impedían verle la cara, solo podía ver una parte de sus ojos, además de unas bolsas de supermercado que descansaban en el suelo.
Oliver: vida mía, ¿qué haces aquí? ¿cómo supiste la dirección?- le ayude a cargar las cosas y ella soltó su cuerpo cómo un globo desinflado en el viento, sus cachetes estaban rosados y la punta de su nariz me confirmaba que tenía frío, le abrí la puerta para que pudiera entrar, caminó de espaldas con una sonrisa y dijo.
Aitana: siempre existen formas cuándo se trata de sorprender a quien amas.- ladeó un poco su cabeza tocando por encima de su hombro con su mejilla y se dió la vuelta de un salto. Entre a la cocina y dejé las cosas encima de la barra, ella se sentó frente a mí colocando sus manos alrededor de sus mejillas.
Aitana: ábrelo.- sonrió entusiasmada. Abrí una de las bolsas blancas, había una caja con una licuadora de color roja y vaso de cristal, la saqué de su empaque y la miré.- quería traerte todo, pero llegué a la conclusión de que de nada te serviría un conjunto de ropa, algún perfume o cosas así, le pedí consejos a mi madre y me dijo que lo mejor sería regalarte cosas para el hogar, así que te compré una licuadora, una tostadora de pan...- se inclinó sobre la barra para ayudarme a sacar todo lo que había en las bolsas, yo no podía dejar de mirarla.- también te compre unos cuántos platos, en esta otra bolsa hay algunas cosas para que acomodes en la alacena y algunas frutas.- sacó todo mientras que yo seguía parado acariciando el vaso de la licuadora con mis ojos clavados en ella.- te ayudaré a acomodar, claro, si no tienes problema.- negué atontado, sacó algunas cosas de la bolsa y se dirigió a la alacena que se encontraba detrás de mí, mi corazón latía cómo un loco, era increíble la manera en la que ella convertía cada parte de mí, me sentía en una nube, me dí la vuelta y me acerque a ella, la tomé de la cintura para que poder mirarla a los ojos.
Aitana: ¿qué pasa?- sus cabellos rebeldes estaban por encima de sus pestañas, los retiré con delicadeza y le dí un beso corto en los labios.
Oliver: ¿te he dicho lo enamorado que estoy de ti?- hizo una mueca y colocó su dedo índice debajo de su barbilla.
Aitana: todos los días.- me sonrió y nuevamente rodeó mi cuello con sus brazos.- ¿me llevas a tu habitación?- arqueé una de mis cejas y ella sonrió apenada.- lo siento, sólo quiero conocer cada parte de tu nueva casa, no deseo hacer nada malo, aún.- soltó una risita que me hizo sonrojar y se dispuso a terminar de acomodar las cosas en la alacena, decidí ayudarle con la fruta, la coloque en un tazón y le coloque desinfectante, las seque y después las pase a una canasta, tenía que lavar el refrigerador aún, así que no podía acomodarla dentro de los cajones de este.
Oliver: Acacia me envió una foto.- dije tratando de controlar mi sonrisa y saque el primer cajón del refrigerador.- ese vestido te quedaba perfecto.
Aitana: ¿qué foto?- me miró desde arriba de la silla con ambas cejas arrugadas.- ¿con el vestido de novia?- asentí, ella lanzó un suspiro y después negó sonriendo.- no me dí cuenta de que lo hizo.
Oliver: le dije que le compraría una cubeta de nieve por haberme enviado esa foto, ya la puse de fondo de pantalla, ¿quieres ver?- asintió y se bajó cuidadosamente de la silla para dirigirse a mí, saque mi celular del bolsillo de mi pantalón y lo encendí, sus mejillas se pusieron rosadas y cubrió sus labios con su suave mano.- te ves hermosa, mi amor, prométeme que vas a elegir este vestido cuándo nos casemos.
Aitana: no.- me miró fijamente.- no puedo elegir el mismo porque ya lo viste, dicen que es mala suerte que el novio vea a la novia antes de la boda, así que olvídate de eso.- se dió la vuelta y regresó a la silla para terminar de acomodar la despensa.
Oliver: ¿entonces te casarás conmigo?- se encogió de hombros y burló.- cuando me dijiste que estabas frente a mí puerta, no podía creerlo, Acacia me acababa de enviar esa foto y creí que aún estaban en la tienda.
Aitana: uhm no, ya teníamos mucho de haber terminado, eligió un vestido precioso.- me sonrió con ilusión.- estoy segura de que Axel se enamorará el cuádruple de ella.

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