Mundos infinitos: Ataque a los titanes

#66 El diario de Levi Ackerman

#66 El diario de Levi Ackerman

Soy hijo de Kuchel Ackerman, viví con mi madre en la Ciudad Subterránea, si te preguntas qué es el verdadero infierno, solo tienes que vivir un tiempo en esa ciudad para descubrirlo. 

Mi madre tiempo después contrajo una enfermedad que la llevó a su lecho de muerte en poco tiempo. En ese momento, me sentí muy solo y todo lo que hice fue esperar mi muerte. 

Entonces conocí a un hombre que se hacía llamar Kenny, simplemente Kenny. Me enseñó muchas cosas para poder sobrevivir en esa desastrosa Ciudad Subterránea. 

No puedo decir que estoy orgulloso de haber aprendido todas esas cosas. El robo, las peleas y cómo manejar un cuchillo para lastimar a las personas es algo que solo quiero dejar en el pasado. 

Después de matar a mucha gente, Kenny desapareció de mi alrededor, dejándome sola de nuevo. Fue entonces cuando conocí a una chica llamada Perla Ambris, una joven que era por lo menos cinco años mayor que yo. 

... 

"¿Qué haces caminando solo?" Perla Ambris miró a un niño bajo que mantenía una expresión fría. Sintiendo que este hermano pequeño era alguien tan similar a ella, preguntó: "¿Ya comiste? Puedo prepararte algo, ¿te gustaría acompañarme?" 

"No." Levi se alejó de esa molesta chica, no podía confiar en nadie en esta grotesca ciudad. 

Perla notó que este chico era alguien muy serio y desconfiado, aun así no se daba por vencida, se le acercó y le preguntó: "¿Vives solo? No, sería imposible que un niño de tu edad sobreviviera en esta pobre ciudad... " 

"No me molestes". Levi rápidamente se alejó de esa molesta chica. 

Tiempo después, en la noche para ser exactos, un grupo de borrachos armaba un alboroto. Solo por curiosidad, Levi se acercó para ver si podía sacar algo de esas desagradables personas. 

Sin embargo, descubrió que la niña llamada Perla estaba siendo golpeada por ese grupo de hombres. 

"Maldita perra, ¿cómo te atreves a tratar de escapar cuando te hemos cuidado bien?" Un hombre corpulento pateó enojado a Perla. 

"¡Malditos bastardos, ni muerta me convertiré en una de sus putas!" gritó Perla enfadada, aún tratando de defenderse de los ataques de esos tres hombres. 

"No, no, ¿todavía te molesta la muerte de ese bastardo? Era un niño, no nos haría ningún bien alimentarlo". Dijo otro hombre con una sonrisa cruel. 

"Ustedes... ¡Los voy a matar a todos!" Perla sacó un cuchillo, atacó al hombre más cercano y le clavó la daga en la pierna. 

"¡Ay!" 

Una exclamación de dolor se escuchó dentro del callejón, el hombre que fue apuñalado en la pierna estaba furioso. Justo cuando estaba a punto de desahogar su ira, se escuchó un sonido desde la entrada del callejón.