• Parte 4

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Fue en aquel momento cuando Autumn aprovechó para decirle lo que sabía sobre ella misma.

—No habrá nada de eso si divulgo que soy adoptada —la rabia la embargó de tal forma que los dientes le rechinaron—. Y no puedes negar algo que averigüé con una fuente confiable y segura. Si quieres que lo divulgue, pues a mí no me importa lo que pasará luego, de lo contrario, vas a tener que cerrar la boca y que este casamiento continúe, ¿o me equivoco? —su modo de hablarle fue tan segura que hasta Heather se quedó petrificada al saber la verdad—. Te conviene para que tú y mi hermana sigan teniendo lujos.

—¡Eres una hija de puta! ¡Estúpida e inservible! —le gritó sacudiéndola de los pelos ante un arrebato de nervios por parte de Heather.

Autumn como pudo se soltó, pero no dejó que la callara de nuevo.

—Como no sé quién es mi madre, lo de puta te lo dejo a ti —le escupió con rabia sintiendo cómo se le aguaban los ojos y con las manos en puños.

—¡Desgraciada! Te hemos dado un techo, todo, ¿y nos dices esas cosas? —le dijo indignada.

—Sí, ¿por qué? Porque nunca tenían que haberme hecho las cosas que me hicieron de chica y ahora.

—Habría sido mejor dejarte en calle —le respondió con altivez sin reconocer los errores.

—Puede que sí —sonrió sin emoción—, por lo menos no era maltratada y humillada como siempre lo fui y lo sigo siendo. 

Con aquellas palabras, Autumn se dio media vuelta y subió las escaleras para entrar a su cuarto y tranquilizarse. 

🍁

Durante una semana la joven quedó dentro de la casa realizando la misma rutina de siempre, mientras que Colin trabajaba y se preocupaba un poco más por ella cada vez que no le respondía sus llamadas y mensajes. Hasta que se le ocurrió una idea para ir a verla y comprobar que estuviera bien.

La visitó el octavo día y una hora posterior de que se retirara de la empresa junto con bastantes bolsas.

Autumn se encontraba dentro de su dormitorio, intentando recomponerse de dos golpes que su madre le había dado en la semana y teniendo que soportar los maltratos y las tareas del hogar aun cuando no se sentía bien a raíz de los golpes. Sin contar con que Colin todos los días la llamaba y le enviaba mensajes, llamadas que no le contestaba y mensajes que no le respondía tampoco, hasta que le envió un mensaje de voz y ella lo escuchó después de que él le enviara un mensaje diciéndole que estaba cerca. 

«Colin, será mejor que regreses a la empresa o a tu casa.»

«¿Por qué?»

«Porque no quiero verte.»

«Yo sí. Hace una semana que no sé nada de ti y tampoco nos hemos visto. Quiero verte.»

«¿Por qué eres así de insistente? En serio, no tengo ganas de verte.»

Él metió el móvil en el bolsillo del saco y tocó timbre con constancia hasta que se cansara del sonido y no tuviera más remedio que abrirle la puerta.

Otoño 1 y 2 - {Bilogía: Romance Otoñal}Where stories live. Discover now