Autumn Allister y Colin Evanson deben casarse para fusionar las empresas de sus familias a pesar de que ambos apellidos son rivales.
Colin cree que Autumn es una niña mimada, pero lo que comenzará a ver dista de ser lo que siempre creyó.
Autumn quie...
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El martes le tocó a Autumn realizar las tareas de la casa, como un castigo por haber desobedecido a sus padres por ir al desfile. Siempre era ella la que se movía para ellos y ponía en condiciones la casa. Si hubieran sido más amables, la cosa sería diferente, pero no lo eran, la única que hacía las tareas hogareñas era ella porque su hermana Summer no estaba para cosas así.
Durante todo el día trabajó sin descanso, ni siquiera cuando le suplicó cinco minutos a su madre para poder sentarse un rato y continuar con las labores. Su expresión en el rostro fue tajante y le dijo que no estaba en condiciones de pedir nada. Pero aquello no fue todo, cuando metió la ropa en la lavadora, por error mezcló una blusa clara con ropa oscura y se llevó una cachetada cuando sacó la ropa recién lavada y su madre vio su blusa favorita de color gris.
—¡¿Qué mierda hiciste, Autumn?! ¡No sirves para una mierda! —le gritó ardida—. Estropeaste mi blusa favorita, ¡eres una inservible!
—Te compraré otra, no te preocupes —le dijo.
—¿Con qué dinero? —inquirió con sorna.
—Le pediré a papá.
—No seas ridícula. La blusa es de la colección pasada, no está más en venta y era la última que quedaba en la tienda en el momento en que la compré, yo creo que lo has hecho a propósito —se acercó a ella y la chica negó con la cabeza.
—No, no me di cuenta de que estaba con la ropa oscura.
—Mucho cuidado con hacerte la viva con nosotros.
—¿Por qué a Summer no le piden que haga estas cosas también?
Heather se rio a carcajadas.
—¿Crees que mi hija se rebajaría a lo que haces tú? —su voz sonó con sarcasmo—. Estás equivocada, está para otras cosas, por ejemplo; para el viaje en el que está.
—Yo también soy tu hija.
—Pero una de las dos tiene que hacer el trabajo duro. La hija menor para todo, trabajar en la casa y sacrificarse por la familia casándose con el hijo mayor de la empresa rival.
—Eres mala —le contestó negando con la cabeza.
—Puedo ser peor si me sigues contestando como lo haces —le dijo con sequedad—. Cuelga la ropa y vuelve a trabajar que ya estuviste charlando demasiado.
—Si quieren que haga las cosas de la casa, entonces quiero que me paguen —la enfrentó con enojo.
—Agradece que vives en el mismo techo que el nuestro, tienes comida y algo de ropa con la que vestirte, si piensas que te daremos dinero por las cosas que haces, eres una ilusa —le respondió de espaldas a ella y girando la cabeza para mirarla de reojo.
—¡Lo exijo! —le gritó con los puños a los costados de su cuerpo.
Heather no le devolvió la contestación con palabras, sino con una fuerte cachetada que la hizo caer.
—Te rebelas una vez más frente a mí y me conocerás de verdad.
La mujer salió del cuarto de lavado y dejó a Autumn llorando y con la mejilla pulsando de ardor.
No solo hizo labores, sino que también preparó la cena y acomodó todo cuando se fueron a dormir. El cuerpo de Autumn estaba cansado y necesitaba dormir cuanto antes. Lo hizo media hora después cuando se terminó por duchar.
