Autumn Allister y Colin Evanson deben casarse para fusionar las empresas de sus familias a pesar de que ambos apellidos son rivales.
Colin cree que Autumn es una niña mimada, pero lo que comenzará a ver dista de ser lo que siempre creyó.
Autumn quie...
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Autumn se enteró que tenía que casarse con un hombre que ni siquiera conocía y ante la furia que sentía se dio media vuelta y subió las escaleras para entrar a su cuarto.
Su madre la siguió para intentar hablar con ella.
—No te pongas así, recuerda que es el honor de la familia lo que está en juego —le dijo un tanto enojada con la actitud de la joven—, debes casarte con él sino estaremos arruinados —terminó de manera tajante.
—¿Por qué soy yo la que debe mantener a la familia en el honor? —cuestionó irritada—, Summer es la mayor, tendría que ser ella la que se casará con ese hombre —tiró sin más.
—Summer está en el extranjero y tampoco sabe que te casarás —expresó con neutralidad.
—¿Y por qué no lo sabe? —recalcó apretando los dientes.
—Porque tu compromiso ha sido repentino y ella todavía no se ha comunicado con nosotros para avisarle de la nueva noticia —respondió sin tener muchas intenciones en decirle algo más.
Madre e hija no se llevaban del todo bien y eso, casi siempre se notaba, sobre todo la muchacha se daba cuenta de la forma en cómo su progenitora la hacía a un lado cada vez que podía.
Con un suspiro de resignación, la joven retomó la conversación.
—Después de todo... —contestó con la cabeza gacha—. Siempre soy la que sale perdiendo.
Heather ni siquiera abrió la boca ante las palabras de su hija.
—O te sacrificas por tu familia o caemos en la ruina, querida —le dijo con seriedad, remarcando la última palabra.
Autumn la miró y volvió a hablar:
—Solamente lo conozco por nombre —emitió sin tener idea de quien era él—, no se estilan más los matrimonios por conveniencia o para salvar algún negocio. —Remató con pesar—. Pero, aunque me queje, no me harán caso, ¿verdad? —habló intentando no angustiarse.
—Claro que no, ya está todo arreglado, tu padre y yo ya hemos dado tu aprobación para que te cases con el hijo mayor de la empresa rival —le comunicó con la frente en alto.
—Siendo una empresa rival, ¿cómo aceptan un matrimonio por odio? —formuló con el ceño fruncido e indignada—. Sabes bien lo que pienso de sus empresas, ¿verdad? —arqueó una ceja.
—No hay nada más que objetar al respecto Autumn —le zanjó su madre—, es una obligación casarte con él, por el bien de la familia —contestó intentando que la conversación derivara a lo del honor para que su hija terminara por ceder— y por el bien del repunte de nuestra empresa —terminó por responder.
