• Parte 3

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Aquella confesión por parte de Autumn los dejó en silencio y un fotógrafo aprovechó el momento para acercarse a ellos.

—Disculpen que los moleste, ¿sería mucha molestia tener un par de fotografías de ustedes? —les preguntó con una sonrisa—, me presento: soy Josh Clint —comentó mientras estrechaba la mano de cada uno—, estoy cubriendo el desfile para la revista «Moda y Estilo».

—¿Es necesario? —cuestionó Colin.

—Necesario para mi trabajo, señor Evanson.

—De acuerdo, supongo que la señorita no tiene ningún problema tampoco —contestó sin dejar que ella dijera algo.

—Se los agradezco.

El fotógrafo realizó su trabajo y luego se retiró para continuar con su labor. Ellos quedaron a solas nuevamente y Colin al mirarla no pudo evitar pensar en que era de pocas palabras con él. La chica giró el rostro en su dirección y se extrañó de la manera en cómo la estaba observando.

—¿Qué sucede? —cuestionó incómoda.

—Nada... —respondió—, bueno estaba pensando en que eres de pocas palabras conmigo.

—Tú no quieres hablar y yo no puedo obligarte a que hables conmigo si esa no es tu intención. El matrimonio que vamos a tener es con acuerdos y principalmente de negocios, pero creo que no estaría mal que hablemos.

—Si te soy sincero, yo prefiero evitar tener que hablar contigo.

Autumn quedó sumamente incómoda ante la respuesta que le había dado, no solo porque no esperaba eso, sino que también él mismo se contradecía.

Colin procuró no hablarle más, no por el hecho de que le desagradara, sino porque le estaba interesando cada vez que se veían, era como el polo opuesto de su familia, no tenía el carácter de sus padres y el modo en cómo se mostraba frente a él, sabía que iba a ser un problema.

Las luces se apagaron de a poco y la pasarela se iluminó dando comienzo al desfile. El mismo duró media hora en donde la última modelo que cerraba con un vestido de noche le entregó una rosa al dueño de The Privilege.

Él le agradeció el obsequio y miró a Autumn que prestaba atención a la tela del vestido.

—Pensé que te ibas a poner celosa —le comentó cuando la modelo se había retirado.

—¿Por qué lo creíste? Te contradices cada vez que me dices algo, ¿y encima me preguntas si estoy celosa? Sería medio tonto ponerme celosa porque alguien te regala una flor.

—¿En qué me contradigo?

—Por ejemplo; ahora, me has dicho que preferías no hablarme, sin embargo, lo estás haciendo. Sé que arreglamos algo que es estrictamente por negocios, beneficios y todo lo que tenga esa lista del poder, pero hablar entre nosotros no significa que debamos tener algo más.

Colin creyó que en eso ella se equivocaba y demasiado, porque verse seguido a partir de aquel momento y hablar se iba a hacer rutinario, la relación se iba a forjar más, los negocios iban a quedar en un tercer plano y ellos terminarían gustándose y, para él eso no era bueno y dudaba que para ella tampoco lo fuera.

Otoño 1 y 2 - {Bilogía: Romance Otoñal}Where stories live. Discover now