🍁Capítulo 7 • Parte 1🍁

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Una vez que llegaron al departamento de Colin, él la llevó al cuarto de huéspedes y dejó sus pertenencias en un lugar para que ella no tuviera que agacharse para buscar sus cosas

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Una vez que llegaron al departamento de Colin, él la llevó al cuarto de huéspedes y dejó sus pertenencias en un lugar para que ella no tuviera que agacharse para buscar sus cosas.

—Es el dormitorio de huéspedes, pero puedes instalarte en el mío.

—No, está bien este. Gracias.

—Tienes todo al alcance de tu mano, la cocina tiene muchas cosas y el refrigerador también, usa lo que quieras.

—Bueno.

—Yo necesito salir un momento, pero primero te ayudaré con la faja.

—Puedo esperar.

—No, prefiero que la tengas puesta.

—De acuerdo.

Colin la ayudó a quitarse el saco y el suéter quedándose en ropa interior, el hombre sacó del envoltorio la faja y la desprendió.

—Vas a sentir presión en el momento en que comience a abrocharla.

—Me lo imagino —hizo un mohín—. ¿Tiene ganchos? Pensé que dijo que se podía con abrojo.

—No, ganchos, no entiendo de esto, pero supongo para que sujete mejor la zona afectada.

—Lo supongo yo también.

Cuando llegó a los primeros ganchos de arriba, sus dedos rozaron la parte baja de las tasas de su corpiño.

—Puedo abrocharlos, no te preocupes —comentó intentando quitarle las manos.

—Necesitas hacer demasiada fuerza para poder engancharlos, tranquila.

Apenas quedó enganchado el último, Colin tomó el suéter y con su ayuda se lo puso de nuevo.

—Gracias.

—¿Cómo te sientes?

—Apretada —rio un poco—. Pero parece que no siento tanto dolor.

—Bien, ¿podrás arreglarte sola por una hora y algunos minutos?

—Sí, ve tranquilo a hacer lo que necesitas.

—Perfecto. Nos vemos más tarde, pero sabes que puedes llamarme si precisas algo.

—Está bien.

🍁

Pasó media hora para que Colin llegara a la empresa de Anthony y pidiera hablar con él.

El dueño de la empresa al principio no quiso atenderlo porque no esperaba su visita, pero quiso saber a lo que se debía su presencia, por lo que, al pensárselo mejor, aceptó recibirlo. 

—Es una sorpresa verte por aquí, ¿necesitas algo?

El dueño de The Privilege se plantó frente a él con las piernas separadas y las manos por delante, una encima de la otra.

—Sí, necesito decirte algo y quiero que me escuches bien.

—Soy todo oídos.

—A ninguno de ustedes tres les conviene que la boda se cancele, ¿o sí? —Anthony negó con la cabeza—, pues entonces a partir de ahora yo pongo las reglas. La primera advertencia tu esposa me la pasó por alto y lamentablemente como es una mujer no puedo golpearla, diferente hubiera sido si tuviera testículos. Y como ahora mismo van a seguir mis reglas, esta es la primera: sé que es adoptada, por lo tanto, si no quieren que abra la boca y le pida a un periodista que publique la noticia, se van a tener que meter esa lengua que solo sirve para humillar e insultar en el trasero. Regla dos —le mostró dos dedos—: Autumn vivirá conmigo, no están en condiciones de quejarse, ella estará conmigo, porque después de todo, dentro de un mes nos casamos —el hombre levantó las cejas quedándose sorprendido—, ¿no lo dijo verdad? —Anthony negó de nuevo con la cabeza—, bueno, te enteras ahora, el quince de octubre nos casamos, ¿te suena esa fecha? Yo creo que sí —sonrió de lado y levantó las cejas—. Regla tres: como esto cambió y hay un contrato prenupcial, todo estaría dependiendo sobre el comportamiento de ustedes tres hacia ella o no. Digo, nadie sabe que es adoptada y que están intentando obtener una ventaja a través de una persona que si bien es su hija de manera legal no lo es del todo, porque ustedes nunca la consideraron parte de su familia, parte del apellido. Jamás la trataron bien, como se merece ser tratada, así que el contrato es lo único que los mantiene a ustedes en conexión con ella —su voz sonó demasiado seria y fría.

—No te tengo miedo —le respondió el hombre.

—Y yo tampoco, Allister, pero si te lo piensas bien, ustedes salen perdiendo y sé que harían lo que fuese con tal de que su orgullo no termine pisoteado, sobre todo el orgullo de esas dos serpientes que tienes en tu casa —declaró con énfasis—. Yo no necesito golpear para destruir porque lo puedo hacer con las palabras. 

Colin se giró en sus talones y caminó hacia la salida.

Otoño 1 y 2 - {Bilogía: Romance Otoñal}Where stories live. Discover now