• Parte 2

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El día en que se iría a encontrar de nuevo con Colin, dejó preparado el almuerzo antes y salió de la casa con otra ropa y la cartera. La única que estaba en el hogar era su madre y esta no se había dignado a bajar cuando le gritó que se iba.

Como las dos veces anteriores, la recibió el guardia de seguridad, la recepcionista principal y luego Patsy cuando llegó al piso donde trabajaba Colin.

—Entra, te está esperando.

—Gracias.

Golpeó la puerta y entró. Él se levantó de la silla para recibirla.

—Hola, ¿cómo estás? Ayer te envié un mensaje para preguntarte si querías ir a almorzar, pero no lo has visto.

—Hola, estoy bien, ¿y tú?

—Estoy bien también.

—No he visto nada, ayer estuve bastante ocupada y a la noche no revisé el móvil.

—En ese caso, iremos ahora si no tienes nada que hacer más tarde porque quisiera conversar contigo sobre la fecha del casamiento.

—De acuerdo.

—Me gusta cómo te queda la chaqueta, ¿es de la empresa de tu padre?

—No, la compré en otra tienda hace bastante ya.

—Entiendo, sé que tienen un reglamento de no tomar prendas que les gustan, pero no pensé que para las hijas y la esposa fuera lo mismo.

—Summer y mi madre toman las prendas que les gustan, pero yo no porque no hacen de mi talle.

—Creí que habían implementado el tema de todas las tallas.

—No, mi padre y Summer no quisieron, son ellos los que dirigen la empresa, yo no puedo opinar de algo a lo que soy ajena.

—Por eso también es que la empresa de tu padre está en quiebra, no solo por la difamación, sino porque hacen tallas para personas con cuerpos de modelos.

—Es lo que hay —levantó los hombros sin importancia.

—No, no es lo que hay, Autumn. Cualquier empresa de indumentaria pone talles para personas con cuerpos reales. Otra cosa diferente es que la empresa se especialice solamente en talles grandes, pero en general y en su gran mayoría, las empresas de ropas deben tener talles más grandes que un M y un L.

—Pero no es el caso de la de mi padre y Summer.

—Puedes pedirle a mi hermana que te muestre lo que tenemos y puedes llevarte las prendas que quieras.

—¿Por qué harías eso? —le preguntó sorprendida.

—Por una cuestión de ética y porque quiero. 

—Ni tu familia y tampoco tú me conocen de verdad, lo que saben es que vengo de una familia con un apellido que para ustedes es una rivalidad. Si me pides que elija la ropa que tu empresa confecciona, me sentiré incómoda.

—¿Por qué te sentirías así, si yo te las quiero regalar? —La miró con fijeza a los ojos.

—Porque siento que me las dejarás elegir por lástima.

—No pensé que mi prometida me iría a decir algo semejante —levantó las cejas quedándose un poco sorprendido—. No me das lástima y si te estoy diciendo esto es porque quiero que tengas ropa bonita y principalmente de tu talla.

—Te lo agradezco, pero no quiero.

—Una buena razón debes de tener para rechazar el regalo.

Le contestó con seriedad y apretando un poco los labios. 

Otoño 1 y 2 - {Bilogía: Romance Otoñal}Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang