Otoño 1 y 2 - {Bilogía: Romance Otoñal}

• Parte 2

Para finales de noviembre Heather salió del hospital después de dos semanas recuperándose mientras que en aquel tiempo Summer aun vivía en el motel y Anthony a pesar de todo la iba a visitar. El novio no había aparecido más luego de que en las noticias apareciera su nombre y el robo que había hecho a pedido de dos mujeres mas no se habían nombrado, pero la mayoría sabía de quienes se trataban.

Anthony buscó un lugar para que pudieran vivir su exesposa e hija, no en el centro de la ciudad, pero sí alejado de esta como se los había notificado. La imprudencia que había cometido Heather no afectaba en nada a lo que el hombre ya había decidido la noche de la reunión, que era divorciarse de ella.

Por otra parte, Autumn todavía no tenía malestares y su barriga ni siquiera se le notaba, por lo que por el momento no habían dicho nada con respecto al embarazo.

Antes de que finalizara la primera quincena de diciembre, Anthony y Heather se divorciaron, y fue Richard quien le prestó el dinero para las primeras rentas del departamento en donde se instalaron a regañadientes, sobre todo, Summer que aun no aceptaba lo que le había tocado.

El lunes poco después de la primera quincena, Anthony citó a su hija mayor en la compañía para hacerle firmar un papel en donde se desligaba de la marca Allister para darle lugar a otra persona. Los dos habían discutido, pero la mujer tuvo que cerrar la boca porque sabía que iba a ser peor para ella.

Por otra parte, Colin había regresado a la empresa mientras que Autumn seguía trabajando en el estudio de maquillaje del departamento.

La joven comenzaba a tener más clientas, principalmente en diciembre cuando tenían eventos sociales y festividades. Una de ellas era la primera vez que se iba a atender con la joven, había pedido una cita para una prueba de maquillaje social y si estaba conforme con el estilo, la contrataría para el día del evento.

Aquel día la recibió a las cuatro de la tarde y la invitó a pasar al estudio.

—¿Qué lindo? Te identifica muy bien.

—Muchas gracias, Avalon —le regaló una sonrisa—. Siéntate, por favor. ¿Quieres un café antes de que empecemos?

—Te lo acepto, gracias.

Se acercó a la cafetera que estaba en un rincón detrás de su escritorio y se lo preparó mientras la mujer le preguntó por su padre.

—Me enteré lo que sucedió con tu familia.

—¿Respecto a qué? —Levantó las cejas quedándose sorprendida.

—El robo salió en las noticias y supe que tus padres se divorciaron —comentó—, conozco a tu padre porque compartimos algunos eventos sociales.

—Entiendo. Supongo que mi padre tiene mucha gente conocida, la verdad es que no te puedo decir mucho.

—Nunca te vi en alguna de esas reuniones —giró la cabeza para mirarla con atención.

—No me invitaban, mi familia y yo tuvimos varios problemas.

—El robo que se supo que fue por ambición.

—Sí y otros percances más —respondió y le acercó la taza de café.

—Gracias.

—Disfrútalo. Y dime, ¿cómo quisieras el maquillaje? ¿Tienes algo visto? ¿Qué tipo de evento es? Podríamos realizar dos pruebas de maquillaje una en cada mitad del rostro.

—Es una fiesta de la empresa de cosmética. Trabajo allí y me gustaría que resalte.

—Puedo probar con brillos, un delineado muy fino en el párpado móvil con glitter.

—Prueba, uno así y el otro simple, boca roja siempre.

—¿Te gustaría que probemos glitter en los labios? Puedo maquillarla con la mitad con glitter y la otra mitad con el labial nada más.

—Sí, confío en ti, pedí la cita porque me contaron que estabas realizando unos maquillajes sociales muy bonitos y vi las últimas campañas publicitarias de The Privilege. Esos maquillajes no se consiguen solamente con un buen fotógrafo.

—Te lo agradezco mucho —le expresó con una gran sonrisa.

Ambas se metieron en las pruebas de maquillajes y a medida que pasaban los minutos charlaban de belleza y de temas de la vida misma.

—¿Cuál te parece el más indicado para el evento?

—Me ha gustado mucho el delineado con glitter. ¿Tú qué opinas?

—La verdad es que me gusta más también, a la noche una buena mirada que echa destellos queda más linda que una boca con glitter, aunque eso depende del gusto de cada mujer.

—Entonces será este —le señaló la derecha de su cara.

—Perfecto, ¿te molesta si te saco una foto para subirla a mi perfil?

—Para nada.

Cuando pasaron varios minutos en quitarle con cuidado el maquillaje, la joven se acercó al escritorio para abrir su agenda.

—¿Te reservo la cita para el evento?

—Por supuesto.

Autumn le pidió la dirección y anotó también la fecha, y el horario.

—Fue un gusto haberte conocido, Autumn. Nos vemos pronto —le dijo con una sonrisa y se despidieron con un beso en la mejilla.