🍂Capítulo 7 • Parte 1🍂

56 24 2
                                    

Departamento de los Evanson

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Departamento de los Evanson

Dos días posteriores de aquel encuentro, Anthony fue al departamento de su hija para hablar con ella, sobre todo para saber lo que opinaba acerca de que se empezara a ver con Avalon sabiendo que era posible que trabajase con ella.

—Hola —le dijo su hija haciéndolo pasar.

—Hola, ¿todo bien?

—Sí. ¿Y tú?

—Bien también. Quería comentarte algo —le respondió sentándose en la silla que estaba en la mesa de la cocina.

—Dime —habló mientras prendía la cafetera eléctrica para calentar el café y darle una taza.

—¿Te molestaría si te digo que me vi antes de ayer con Avalon?

—¿Por qué tendría que molestarme? —cuestionó mirándolo y luego continuó poniendo unas masitas en un plato.

—Porque estoy seguro de que aceptarás el trabajo.

—¿Cómo sabes que me lo ofreció?

—Porque dio la casualidad de que cuando vine a visitarte, la maquillaste y me la encontré en la entrada, charlamos y me dijo que te iba a ofrecer ser parte de su empresa.

—Ya veo, ¿te gusta?

Anthony quedó petrificado con lo que le preguntó.

—No es que me guste, solo te lo preguntaba porque si comienzas a trabajar con ella, no quiero ponerte en un compromiso.

—¿Desde cuándo te preocupas por mí?

—Desde que nos estamos llevando bien, por eso quiero saberlo.

—No me molesta, tranquilo. Tampoco me parece mal que te veas con ella, es una mujer muy bonita e intelectual por lo que pude apreciar con las dos veces que la vi.

—¿Me estás diciendo que te gustaría que salga con ella?

—Estás divorciado, con todas las cosas que te pasaron, porque de alguna manera tú también has sido engañado, no vería mal que salgas con alguien, tú también tienes que ser feliz.

Anthony no sabía cómo decirle algo más a su hija con respecto a lo que los unía, porque si bien no quería decírselo de golpe, quería que ella se diera cuenta de a poco lo que estaba frente a sus ojos.

—Veo que te has puesto el colgante.

—Sí, pensé que me lo habías visto en Navidad.

—Lo hice, pero no quise decírtelo para no contar a los demás algo que posiblemente no querías que supieran.

—No me hubiera molestado, pero habría sido un poco triste sabiendo que todos estábamos felices por el pronto casamiento de April y Oliver.

—Lo supuse. ¿Te gustaría saber de ella si tienes la posibilidad de averiguarlo?

—Antes me has dicho que tú y Avalon se conocían, ¿tuvieron alguna relación?

—Sí —le afirmó sin poder mentirle porque sabía que luego se lo reprocharía.

—Antes de conocer a Heather —confirmó.

—Sí —respondió de manera escueta.

—¿Y por qué rompieron?

—Porque Heather resultó embarazada y sus padres para evitar las habladurías, me exigieron que me case con ella.

—Por lo menos no fuiste un cobarde.

—No, pero sí dejé ir a quien en verdad me gustaba, yo quería a Avalon.

—¿Y no te parece que ahora es una buena oportunidad para que tengas algo con ella?

—Es ella quien tiene que decidirlo, aparte no sé lo que opinaría sobre estar en pareja de nuevo conmigo.

—Es cuestión de que se lo preguntes, creo que harían una linda pareja.

—Creo que sí.

—¿Y por qué quisieras saberlo?

—Para preguntarle cosas, lo primero que le preguntaría sería por qué hizo lo que hizo.

—¿Y después?

—Y después no sé, intentaría saber más cosas de ella.

—¿La odiarías o la odias por haberte dejado en mi casa?

—No creo, de seguro tuvo sus razones para dejarme, ¿no?

—Sí, supongo.

—¿Tú tienes idea de quién es? Digo, ¿nunca averiguaste quién pudo haberme dejado en tu casa?

—No —negó con la cabeza y le mintió—. Y aparte de eso, a Heather no le gustaba el tema de la policía porque creía que era una mancha en su apellido.

—Ya entiendo, las veces que la amenazamos con ir a la policía, se quedó quieta y no intentó hacernos nada, así que, veo que ese tema viene desde que llegué a tu casa.

—Ese tema es desde siempre, no solo desde que tú llegaste a mi casa, para ella su apellido y la policía son sinónimos de escándalo, por eso siempre evitó conflictos y si los hubo, sus padres y ella trataron de que se arreglara a puertas cerradas.

—Nunca me hablaste de esto.

—Nunca lo hice porque me preocupaba por otras cosas y no por lo primordial, por algo que todos veían menos yo, defenderte de esas dos arpías —admitió con sinceridad.

—Bueno, cómo te he dicho antes, por lo menos reconociste que te equivocaste y estás tratando de ser un buen padre para mí. Es lo único que quiero de ti, papá, que me trates bien y tengamos una relación de padre e hija como corresponde.

—Sí, Autumn, lo haremos —le respondió—, ¿puedo darte un abrazo?

La chica se quedó un poco sorprendida de nuevo.

Otoño 1 y 2 - {Bilogía: Romance Otoñal}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora