Otoño 1 y 2 - {Bilogía: Romance Otoñal}

• Parte 2

Theory Bar

Dos días después de Navidad, Avalon y Anthony se encontraron en aquel bar que una vez frecuentaron a pesar de que había sufrido cambios a lo largo de los años, pero el nombre seguía intacto.

La mujer lo encontró sentado en la barra, en uno de los dos asientos que estaban en el rincón mirando hacia la pared, ella se acercó a él, le dio un beso en la mejilla y se sentó frente al hombre, dando la espalda contra la pared.

—Me llamó la atención que hayas querido reunirte en el mismo bar que acostumbrábamos a vernos.

—No está mal a veces recordar viejos tiempos, me ayudó con la amistad de Richard en encontrarnos en la cafetería de Yorkville a la que íbamos y nos reunimos el mismo día, espero que pase lo mismo.

—No tenemos una enemistad de por medio, ¿o tú crees que sí? —Quiso ver cómo venía la situación.

—No, pero me debes varias explicaciones, ¿no te parece? —La miró directo a los ojos—, te he pedido lo mismo que bebías antes.

—Paloma —lo nombró con algo de nostalgia en su voz—. Está bien, lo suelo beber.

—Puedes pedir otra cosa si quieres.

—No, está bien, lo bebo, no te preocupes, bebo en reuniones otros dos cócteles más, Francés 75 y Sidecar, dependiendo la ocasión.

—Lo tendré en cuenta.

—¿Piensas invitarme otra vez?

—Depende de cómo salga todo esto.

—Anthony, solo te pedí para reunirnos porque necesito hablar contigo.

—Lo sé, pero tú estás soltera y yo divorciado.

—¿Qué te hace pensar que estoy soltera?

—En los eventos no te he visto acompañada de alguien y yo sí iba con mi exesposa.

—Pero eso no tiene nada que ver.

—Avalon —la miró con atención a los ojos—, no nos hagamos los tontos, ninguno de los dos está joven como para continuar soltero, podríamos vernos más seguido y yo no te tengo ningún rencor u odio, pero sí me gustaría saber el porqué desapareciste de mi vida.

—¿Te consideras un viejo con cuarenta y nueve años?

—No, pero no soy un hombre para estar soltero.

—Anthony, yo me hice una vida alrededor de la marca de cosméticos, no necesito de un hombre para que me mantenga —le dejó claras las cosas.

—De no saberlo no te estaría diciendo eso, Avalon. Eres más rica que yo, has hecho de Avalon un reinado, pero eso no quita que podrías conocer más gente.

—¿Piensas que debo tener una pareja? ¿Y después qué? —Alzó las cejas esperando una respuesta.

—Y después veremos, ninguno de los dos está atado al otro, pero sí me gustaría saber más de ti, qué fue de tu vida luego de que desaparecieras, me lo debes —le dijo con seriedad.

—Te lo estaría debiendo si tú no hubieras embarazado a otra mujer también —con aquello que le confesó esperaba que él se diera cuenta.

—Avalon —susurró su nombre—, me enteré pocas semanas después de habernos conocido aquí.

—Pero no hiciste nada.

—Te insistí en que te quería a ti y no a Heather, que podía reconocer al bebé, pero no seguir con ella.

—Si fuese otra te lo habría exigido, pero no soy esa clase de mujer que con tal de tener a un hombre rompe un vínculo parental, por eso decidí desaparecer.

—El bebé no podía ser un obstáculo entre nosotros, hay muchas personas que tienen hijos con otros y forman una relación con quien ellos quieren.

—Anthony, después de que me dijeras que ibas a tener un hijo con ella, salió en la prensa que te ibas a casar con Heather, eso ya era otro problema y no iba a meterme en el medio de ustedes por un capricho mío.

—¿Por qué crees que lo nuestro fue un capricho?

—Porque yo era muy chica, tenía dieciocho años cuando te conocí, tú ya tenías veinticuatro.

—Estaba por cumplir los veinticinco.

—Sí, meses después de haberte casado y de haber recibido a tu otra hija —comentó.

Avalon no quería extender más aquella situación, quería que Anthony se diera cuenta que todo lo que le estaba intentando decir era relacionado a que era el padre verdadero de Autumn.

—¿Cómo sabes de eso? —cuestionó mirándola con fijeza—, la prensa no sabe ese detalle.

—Quería decírtelo de manera más sutil para que lo entendieras, pero creo que esto se va a alargar un poco más.

—Avalon —la nombró y sus ojos cayeron en el colgante de su cuello, era uno idéntico al de su hija—, ¿eres la madre de Autumn? —su pregunta fue sorpresiva.

—Y tú el verdadero padre, Anthony —le respondió con énfasis en su voz.

Los dos quedaron mirándose, la mujer no le habló más hasta que él lo hiciera, quería que supiera que tenía una hija biológica y no adoptada como siempre pensó.