1x37

198 19 5
                                    


CAPÍTULO TREINTA Y SIETE.
Vuelta a los inicios.

"Mis chiquitos, mi don Indi..., a la parapapila que los voy a extrañar, me fui así, a las apuradas, porque encontré algo de mi pasado, y me fui a buscarlo, les pido que no se preocupen, confíen en mí... fui a investigar... y necesitaba hacerlo sola, espero que no se enojen, me voy tranquila porque ahora están con don Indi, y en menos de lo que canta un gallo pego una doble mortal y vuelvo, los quiero, los amo, no me bajen los brazos, che..."

Terminó de leer Nico, Clara mostró su preocupación, no era propio de Cielo irse sin avisar.

— bueno, técnicamente avisó — dijo Nico.

— Cielo se despediria, nunca se iría así — insistió Clara.

— técnicamente se despidió, no dejo la carta.

— no es de Cielo.

— es su letra, son sus palabras, ¿de quién más iba a ser? — pregunta Nico y Clara pensó en la obra de ayer.

— no se, pero Cielo nunca nos abandonaría, nunca me abandonaría.

— hace poco me dijo que estaba buscando algo tal vez necesitaba hacerlo sola.

— nunca me hubier abandonado — negó Clara incrédula a creer que Cielo se había ido así sin más después de sus descubrimientos.

— eu linda mirame, no te abandonó, va a volver, solo necesita tiempo  — insistió Nico tranquilizandola.

— ¿cómo anda mi director suplente? — preguntó con una gran sonrisa Bartolomé, entrando en la cocina, interrumpiendo la conversación — ¿vos preparando el desayuno? ¿y Cielo?

— ella tuvo que salir...

El cambio de autoridades y el calorcito del verano que se acercaba habían relajado mucho a los chicos, que de pronto se sentían con derecho a comportarse como adolescentes de quince y dieciséis años, Mar y Thiago estaban en el patio cubierto esperando a los chicos para pintar, Nico les había comprado la pintura, y ellos se ofrecieron a hacer el trabajo, Mar rasqueteaba las paredes, Thiago se acercó por detrás, le tomó la mano en la que ella sostenía la lija, y la ayudó a hacerlo, mimoso.

En ese momento entraron Tacho y Jazmín, con rodillos en las manos, besándose. Y de la habitación salieron Rama y Clara, que había estado intentado sacarle de la cabeza la idea de que a Cielo le había pasado algo. Convenciendola para disfrutar de su paz. Cuando se encontraron los seis se miraron y se rieron.

— está llegando el veranito y estamos todos a full ¿no? — comentó Tacho.

— ¿podríamos hacer algo los seis, no? — propuso Rama.

— tenemos que pintar — les recordó Mar.

— ¿todos? — se fastidió Tacho.

— si todos — afirmó Clara

— hagamos una cosa... — propuso Jazmín — hacemos un juego por parejas... la que pierde pinta y los que ganan se toman el día libre.

— ni a palos — dijo Mar.

— ¿qué juego? — se interesó Thiago.

— concurso de besos — propuso Tacho.

— ¡amm, cualquiera! — dijo Mar — ¿cómo sería?

— el beso más largo gana... — dijo Thiago, y la miró — juguemos, trompita, ganamos seguro.

Todos, menos Mar, se rieron del trompita, Clara avergonzada negó, pero cuando Tacho hizo la cuenta de tres, junto a las otras dos parejas, Rama dio la iniciativa y beso a Clara.

Clara Casi AngelesWhere stories live. Discover now