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CAPÍTULO CUARENTA Y CUATRO.
La felicidad.

Rosarito, que ya se llevaba a las mil maravillas con Bauer, que la hacía reír con sus piropos, y el juez Re, acudieron una mañana con dos hermosos regalos.

— aveces en esta profesión tan hermosa, pero corrompida que elegí sucede que se hace justicia, se revela la verdad y uno puede ayudar, restituir, sanar un poco, en el dia de hoy, por pedido del señor Bauer, acá presente — señala al arqueólogo — y por resolución del ministerio de justicia en carácter del juez de la nación, entregó a Luz, Clara y Angeles Inchausti los documentos nacionales que certifican de manera irrevocable su verdadera identidad — entrega a las chicas unos sobres, las tres hermanas se miraron abriendo aquellos sobres encontrándose con sus nuevos DNI's, en los que se veían las fotos de sus rostros sonrientes y se leía "Ángeles Inchausti", "Clara Inchausti" y "Luz Inchausti".

— apartir de hoy, para ustedes tres comienza una nueva vida.

El juez Re le permitió a Cielo conservar el viejo DNI, el de Cielo Mágico. Que quería guardarlo para recordar todo lo que había vivido hasta llegar hasta allí.

— son las herederas de los bienes de la familia, y reconocidas legalmente como hermanas.

— Clara Inchausti — lee una y otra vez incredula, le parecía increíble poder llegar a tener un apellido, pero más increíble le parecía tener una familia, hermanas, era todo con lo que había soñado.

— ahora si — afirma Cielo mirando a las dos chicas a su lado, ya legalmente, hermanas — si lo dice el juez.

Las dos chicas se miraron para repetir los mismo — si lo dice el juez, hermanas — dicen las tres a la vez uniéndose en un abrazo.

— señoritas Inchausti — llama Jasper haciéndole señales para que les siguiera. Las llevo hasta el cuarto secreto escondido tras la gran biblioteca del despacho. Era un lugar curioso, lleno de colores y con el juego de Simon en el centro — son las dueñas así que no está de más que sepan que este lugar es parte de ese loco mundo del loco lindo de don Inchauti, su abuelo.

— ¿pero como?, ¿usted sabía de nosotras y no nos dijo nada? — pregunta Cielo.

— todas las cosas tienen un tiempo, nada sucede antes ni después, y este ahora es el momento de ustedes.

— no me venga con más secretismo por favor se lo pido Jasper.

— ¿hay más secretos? — pregunta Clara recibiendo la divertida negación del jardinero.

— lo que hay son recuerdos, que es lo que ustedes más necesitan, din Inchausti puso cámaras por todas partes y con ellas tomó momentos familiares y yo busque... busque y vi algo, algo que..., miren... — propone encendiendo el viejo computador.

— mama — dice Cielo viendo en la pantalla, en ella aparecía una linda mujer, a sus pies estaba una joven Ángeles y al otro lado una pequeñisima Clara, las dos tocaban la ya grande barriga de embarazada de Alba — esas somos vos y yo linda.

Carlos María le hacia una propuesta a su embarazada mujer — ¿bailamos? — pregunta recibiendo la afirmación de su mujer, a un lado imitando la escena estaban las dos hermanas, la música era un canto que salía de la boca de Alba, el hombre explicaba que había tallado un árbol con sus nombres, en la plaza de la esquina — queria dejarles un mensaje a nuestras hijas, algo para que sepan que sus padres se amaron mucho.

— ¿que será de la vida de ellas? — pregunta la madre viendo a sus dos hijas bailar siguiendo sus pasos.

— seran.... van a ser, van a ser almas libres como nosotros, Ángeles, yo creo que Ángeles será artista, tiene esa gracia, esa chispa, esa mirada y nuestra pequeña Clarita es tan dulce y linda que no me extrañaría que pudiera hacer cualquier cosa y la más chiquitita no importa donde esté, ella va a radiar luz, siempre.. ¿y vos...?, ¿qué te imaginas...?

— lo más importante para mi es que crezcan felices, sobretodo seguras... seguras y juntas, y si algún día ellas son las dueñas de esta casa me gustaría que la transformen totalmente que la llenen de alegría y conviertan esto en un hogar mágico — las tres chicas se miraron al ver la pantalla apagarse aún con aquella imagen en la cabeza, con aquel recuerdo que Jasper les había dado, el mejor de los recuerdos.

Luego, viendo como aún compartían su emoción por lo que habían visto les confesó algo.

Las llevo hasta el jardín, a una esquina que bien conocía Clara — enteré las fresias, las flores favoritas de Alba — Ahí tras las flores, bien escondida había una tumba, bajo una figura de una hermosa hada, ahí era donde estaba enterrada Alba, su madre.

— ¿y porque no nos dijo antes esto? — preguntó Clara.

— quizá, recién ahora ustedes pueden reencontrarse con su madre.

Nico observó con un amor infinito y una enorme compasión cómo Cielo, Clara y Luz dejaban unas flores sobre la tumba de Alba, Nico se acercó a ellas y las abrazo, Cielo lloraba en silencio, todo lo contrario a Clara que no podía esconder su llanto, eran un río, un río que liberaban, y Nico notó, por primera vez desde que había conocido a Cielo, que esa vez no llovía, sino que las pocas nubes que había en el cielo desaparecieron, y el cálido sol del atardecer tiñó sus rostros de dorado.

Clara y Luz fueron a la plaza de la esquina y buscaron el árbol tallado por su padre.

— acá — dice Luz al encontrarlo.

Clara se acercó y leyó lo que ponía : " para ustedes hijas amadas, el amor vence el tiempo" estaba firmado por Alba y Carlos Maria.

Clara estaba redescubriendo a sus padres y Luz los estaba descubriendo por primera vez. Y cada cosa nueva que conocían de ellos no podían evitar verle el parecido con ellas.

Mas abajo Luz y Clara decidieron tallar sus iniciales. "A" de Ángeles, "C" de Clara y por último la "L" de Luz.

— así estaremos para siempre con ellos — dijo Luz y Clara asintió.

Cielo como nueva directora de la fundación su primera decisión fue el cambio de nombre. Ya no sería la fundación Bartolomé Bedoya, BB, ahora y en adelante sería El Hogar Mágico.

Esto era como el inicio del verdadero cambio. Les aseguro a los chicos que esta solo era una pincelada de lo ella quería que fuera el hogar y también les dijo que para que lograra conseguir llegar ahí a donde quería los necesitaba a todos.

Ese no era más que el principio de un sueño.

Las tres hermanas Inchausti colgaron en la puerta de la mansion el futuro nombre de aquel lugar, Hogar Mágico, aquella mansión se iba a convertir en lo que su madre habría querido que fuese, un lugar lleno de felicidad, y a la vez el sueño de Cielo, que aquel lugar fuese un lugar donde los chicos pudieran ser lo que quieran, un lugar en el que el amor es el dueño, un lugar en el que nadie se esconda, y que todo sea solo luz. Querían que la luz, la paz el amor y la esperanza fueran los que reinaran en aquel lugar. Eso era lo que querían, ese era el sueño de las tres chicas que orgullosas miraban la pancarta que habían puesto.

— esto es por sus sueños, que aunque ustedes sientan que cada día se los roban, nunca nadie se los va a poder sacar del corazón y tarde o temprano los van a poder cumplir porqué cuando uno da, la vide se los devuelve

— es verdad, es difícil completar lo que dijo Cielo porqué fue muy lindo, pero yo también pienso como ella, si ustedes desean algo mucho... mucho... mucho... no importa si sean ricos o pobres lo importante es que lo deseen muchos con el corazón, están en el lugar indicado porqué acá les vamos a cumplir todos esos deseos, vamos a tratar de que todos esos sueños se hagan realidad.

— y eso es lo que va a ser el Hogar Magico — señala la gran puerta con el nuevo nombre.

— hay que festejar — propuso Rama y tomó a Clara de la cintura moviéndola de un lado a otro al ritmo de la música que sonaba.

La gente no se da cuenta de cuando es feliz, porqué están acostumbrados a tener a su lado la felicidad, pero aquellos chicos que disfrutan bailando hoy podían decir que eran felices, porque ellos sabian que era vivir sin felicidad, y ahora que la tenían la estaban disfrutando como nunca, sintiéndose libres, lo que ahora por fin podían decir que eran.

Clara Casi AngelesWhere stories live. Discover now