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CAPÍTULO CUARENTA.
El ADN.

Cielo había conseguido la orden del juez para que les hicieran la prueba de ADN a las tres chicas.

El Lunes por la mañana llegó el juez Ra a la mansión Inchausti y les sacó un pelo a cada una de ellas.

Les explicó que esas pruebas iban a determinar tres cosas. "A" si Cielo Mágico, Clara y Luz García eran hermanas, "B" si tenían sangre Inchausti y "C" si Luz era hija de Justina.

Les explicó que los resultados podrian tardar una semana y se fue diciéndoles que volverían a verle para darles noticias.

Fue justo como el juez Ra había dicho, siete días habían pasado, al siguiente Lunes el juez Ra estaba de vuelta.

Cielo tomaba la mano de Luz y Clara. Nico estaba parado a su lado y en la esquina Justina y Bartolomé esperaban a oír los resultados.

La emoción con la que habían amanecido las tres hermanas desapareció de golpe cuando oyeron que no tenían ningún parentesco.

Justina salto de su lugar, alejando a su hija del lado de Cielo, onorgulleciendose de los resultados — viste.

— no puede ser — negó incrédula Cielo, era imposible ella estaba demasiado segura de que tanto Luz como Clara eran sus hermanas.

— solo tiene que mirarlas, son idénticas — dijo Nicolás preguntando si podía haber un error.

— no hay ningún error — negó el juez.

— pero no puede ser yo.... — balbuceo incrédula Cielo, estaba tan segura de que ella Ángeles Inchausti y que ellas eran sus hermanas que no pudo creer los resultados — vos hiciste algo — miró con enojo a Justina.

— no hay ningún error — repitió la ama de llaves las palabras del juez.

Cielo le insistió de que ella sentía que eran hermanas y que seguramente algo habían echo esas dos basuras, pero Clara por primera vez se desilusión tanto que perdió las esperanzas de que fuera así.

— yo te quiero mucho a vos Cielo, pero tenemos que aceptar que solo fueron fantasías nuestras.

— ¡no! — negó — vos no sos así Clara, no dejes que esa gente te quite lo más lindo que tenes, tus sueños, tu fe, tus esperanzas.

— Cielo...

— Clara —interrumpió y se sentó junto a ella — hay algo en lo que yo creo ante cualquier cosa y es en lo que siento acá — toco su pecho — y esto a mi me dice que vos y Luz son mis hermanas, así que me da igual la paparuchada esa que dicen que salió negativa, yo lo siento acá y se lo voy a demostrar a quien haga falta.

— yo también lo siento pero...

— pero nada, esto — toco ahora el pecho de Clara — es a lo único a lo que nunca debemos desobedecer.

Con las pruebas irrefutables de que Luz era una Inchausti y Justina su madre, todo había quedado en manso de la ama de llaves, que tuvo la potestad de echar a Cielo de la mansión.

Por primera vez después de un largo tiempo. La mansión volvía a estar vacía, sin nadie que se entrometiera entre Bartolomé y sus pimpollos que quedaron completamente desprotegidos.

Y esta vez les aseguró que no iban a ser como las otras, les dejo en claro que ya no volverían, esta era la definitiva, Cielo y Nico ya no iban a volver, estaban solos.

— no, Cielo y Nico están en frente, ellos están con nosotros — habló Clara, sorprendiendo al hombre de rizos que abrió los ojos de golpe.

— cuanta ilusión — se acercó a ella — estaban, estaban pimpollito.

Clara Casi AngelesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora