02

7.9K 300 10
                                    


Un horrible pinchazo justo en el centro de mi cabeza me despierta mareada y confusa.
Abro los ojos lentamente para adaptarme a la tenue luz que entra por la puerta abierta de mi habitación.
Que maldito dolor de cabeza.
Me estiró aún en la cama y tomo el control que está encima de la mesa para abrir las persianas que suben poco a poco dejando entrar al sol.
-No! No! No! Mala idea! -me quejo pulsando el botón de cerrar nuevamente por que la luz me ciega totalmente.
Bajo de la cama para ir a por un caso de agua.
Al entrar a la cocina varias personas están limpiando todo el desorden de ayer.
-¿Necesita algo, señorita Baldwin?- pregunta Gregorio, mi amo de lleves.
-No te preocupes, yo puedo- le respondo.
Tomo el vaso y voy hacia el salón.
-Ya era hora, te creía en coma- dice Robert cuando me ve entrar.
Robert es un gran amigo de la infancia, creció conmigo en Arizona donde viví hasta los 9 años, y desde que nos conocimos hemos sigo inseparables, tanto que lo traje a vivir conmigo.
-¿Se puede saber que pasó ayer?- pregunto confunsa queriendo ordenar mis lagunas mentales.
-Kendall y tu comenzaron un extraño juego que consistía en beber shots si pestañeabas- me cuenta Robert y no puedo evitar reír por la estupidez, que estoy segura fue mi idea.
Me siento al lado de mi amigo que se adentra automáticamente en el libro que tiene en las manos y yo aprovecho para ver mis mensajes desde la computadora.
Abro la Mac, mientras espero a que se encienda observó mi salón, que hoy está como si nada de ayer hubiera pasado.
Una vez encendida la Mac entró en el programa de correos y tengo varios de familiares felicitandome.
El último que leo es de mi padre, y eso me lleva a recordar el gran regalo que me obsequió ayer a la distancia. Estoy segura de que Kendall lo ayudo en todo.
Miro alrededor buscando las llaves de mi hermoso auto sin recordar que hice con ellas anoche.
-Están guardadas en el cajón de entrada- dice Robert cuando me ve observar todo.
-Eres mi heroe- le respondo y no miento, no se que haría sin este chico.
-Lo se, cariño.
Le escribo un correo a papá.

De: Hailey Baldwin
Fecha: 23 de Noviembre
Para: Stephen Baldwin
Asunto: Regalos extremos de padres maravillosos

Estas loco, Baldwin.
Ayer recibí con mucha ilusión tu hermoso regalo, estoy segura de que Kendall fue quien te ayudo y me alegro de que lo haya echo, de no ser por ella me habrías regalado un peluche.
Te amo, papá. Gracias por todo, espero verte pronto.

Le doy a enviar y salgo del correo para entrar a Twitter. Cuando la página se carga veo en el icono de mensajes un número que supera los tres dígitos.
Maldición, ¿que ocurrió mientras dormía?
Doy clic rápidamente en la bandeja y sólo me hace falta leer por encima para saber que ocurre. El nombre de "JUSTIN BIEBER" aparece en todos y cada uno de ellos.
Sus fans, celosas y protectoras ya están al ataque.
Debió de encenderse la llama por todas las fotos y los vídeos que subimos. Pero, ¿por que a mi? Si había más chicas en la fiesta y en las fotos.
A no ser que...
Mi mente trabaja rápido y tecleo rápidamente Justin Bieber en el buscador de Twitter, su cuenta autorizada me sale como primera opción y entro a su página.
Hay esta, claro que si Bieber, tenías que hacerlo.

@JustinBieber:
Feliz cumpleaños @HaileyBaldwin fue genial estar en tu fiesta!

Bieber... Bieber... Bieber...
¿Acaso no sabe que sus fans son muy protectoras con él? Y que a la mínima van y atacan a la chica que está a cinco metros de él como mucho.
Recuerdo cuando comenzó a ser amigo de Kendall y como la atacaron tras unas fotos de ellos cenando.
Aún que en parte las entiendo, Bieber no es ningún Santo.
Tengo que aclarar que no soy un número más en su lista de mujeres.

@HaileyBaldwin:
Muchas gracias @JustinBieber. Por favor podrías aclarar que no existe nada romántico entre nosotros para que las amenazas de muerte dejen de llegar.

© 《Acostúmbrate It ©Where stories live. Discover now