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Mike abre mi puerta después de dejar la maleta en su lugar y se que debo de entrar rápido para que ninguna de las personas que pasa por el lugar vean a Justin.
Subo y lo veo pendiente en su teléfono con los audífonos puestos hasta que levanta la mirada sin darse cuenta de que ya estoy dentro.
Me deleito con su belleza, y de la misma forma sigo diciendo que es ilegal.
Aún más cuando me sonríe y se acerca a rodear mi cuerpo y yo hago lo mismo, aspiro su aroma, el que tanta falta me a echo y lo abrazo perdiendo todo mi orgullo.
-Te extrañé- susurra aún en mis brazos.
-Gracias por venir a por mi- respondo tratando de ignorar lo que a dicho.
Me mira sonriendo cuando se separa y vuelve a su lugar, guardando distancia como sabe que debe de hacer.
-Es todo un placer- murmura.
-¿A la oficina entonces?- pregunta Mike desde el asiento delantero mirando su teléfono.
Justin niega pero se da cuenta de que Mike no lo está mirando.
-Vamos a dejar a Hailey en casa, él ya sabe que llegaré un poco tarde.
Mike asiente y el coche se pone en marcha.
-¿A que casa?- pregunta de nuevo saliendo del aeropuerto.
Justin me mira, esperando mi respuesta.
-Debo de ir a una reunión de última hora- me avisa rodando los ojos. Odia las cosas imprevistas- en cuanto me desocupe iré a buscarte y podremos hablar y dependiendo de eso decidiras si quieres acompañarme junto con Maejor al desfile de la nueva línea de Khalil.
Quizás necesite más tiempo y no quiero que este preocupado por que yo este sola en su casa.
-A mi casa- digo entonces.
Él asiente y mira por la ventana, dándome la oportunidad de poder observarlo sin limitaciones.
Y me doy cuenta de que no es la sonrisa, no es el beso, no es la mirada. Es quién te sonríe, quién te besa, quién te mira. Siempre la magia está en esa persona.
Y mi magia está justo en frente de mi pero la pregunta es ¿Yo soy su magia?
Con ese talento que siempre a tenido de leerme el pensamiento regresa a mirarme y me sonríe.
-¿Qué piensas, cariño?- pregunta como si nada hubiera pasado.
Lo miro mal.
-Lo siento- se disculpa bajo mi mirada.
-No puedes tratarme de esa forma cuando lo nuestro cuelga de un hilo.
-¿De un hilo?- pregunta sorprendido.
Asiento, sintiéndome incómoda.
-Ahora mismo tu eres la culpable de todo- me lanza y es mi turno de sorprenderme.
-¿Qué?- pregunto atónita.
-Si hubieras decidido escucharme desde el principio...
-No voy a permitir que intentes que me arrepienta de mis decisiones.
-No pretendo eso- suspira mirando sus manos- pero voy a decirte algo...
Un escalofrío me eriza la piel, avisandome de que algo malo va a suceder.
-Adelante- susurro atragantandome.
- Te juro que te quiero, te he querido y te querré siempre, pero ya no voy a intentarlo más si tu así lo quieres...
Pienso en sus palabras.
¿se esta rindiendo?
Pero a dicho si yo no quiero, y yo si quiero, quiero que siempre trate de intentarlo.
-¿Por qué me lo dices?- me atrevo a preguntar.
-Porque parece que ya no me quieres en tu vida.
Espera, ¿qué?
¿En que momento intercambiamos papeles?
-Eso jamás- respondo- yo siempre voy a querer tenerte en mi vida, de la forma que sea.
-Chicos- nos llama Mike algo incómodo de interrumpir la conversación- hemos llegado- nos dice cuando ambos lo miramos.
Es cierto, ya estamos en casa.
-¿Te veré luego?- me pregunta Justin.
Asiento agarrando mi bolso.
-Llámame cuando estés desocupado- le pido.
Me bajo del auto antes de que diga nada y corro dentro de casa, confundida una vez más.
Un momento.
Mierda.
Mi maleta.
Abro la puerta y veo aún el coche, Mike a bajado y habla con Justin atraves de la ventana, cuando me ven sueltan una carcajada y a mi no me queda más que regresar con la cabeza abajo.
-Si se vuelven a reír los asesino- amenazo y arrastro mi maleta.
Me saco la chaqueta cuando ya estoy dentro y noto el aroma de Justin en ella.
Abrazar a la persona que quieres y que su perfume quede en tu piel, es lo mejor que existe.
Un ruido proveniente de las escaleras me asusta haciéndome saltar.
-¿Kendall iba dentro de ese coche o sólo venía ese niñato?- Robert baja cruzado de brazos.
No lo miro, sigo caminando hasta la sala.
-Hola, Robert estoy bien ¿y tu?
-Guarda tu sarcasmo conmigo, Baldwin.
-Deja de meterme en mis asuntos, Dallas- musito.
Se forma un silencio y se que está por darse la tercera guerra mundial.
-¿No te vas a retractar?- pregunta al rato.
Suelto una risa.
-Jamás...
-¿Entonces vamos a iniciar una discusión por tu estúpido ex novio?
-Si eso es lo que quieres- lo enfrento.
Observa todos mis pasos desde la puerta y ahora mismo está impactado.
Se que me voy a arrepentir después pero no soy de las que se quedan calladas, ya no.
-No puedo creer lo ciega que estas.
-¿De que estas hablando ahora?
-De que te dejas manipular por él.
Me rio.
-¿Es por que piensas que me fue infiel?
-¡No lo pienso!- grita- ¡esta en Internet!
Si esto fuera una pelea de boxeo esto contaría como golpe bajo.
-Yo sólo veo a un cantante cantando una canción...
Si, estoy defendiendo ese acto.
Robert suelta una carcajada del todo hipócrita.
-No lo puedo creer...
-Solamente quiero que entiendas que todo lo que hago lo hago por mi- bajo la guardia un poco.
-Yo no veo que sea por ti.
-¿Entonces que ves?
-Veo a una chica totalmente cegada por el amor que hace lo que su estúpido Príncipe azul le dice.
Otro golpe bajo.
-Es duro saber que pienses así de mi.
-Tu me das los motivos.
Si eso es lo que piensa mi mejor amigo no me quiero imaginar el resto del mundo.
-Robert...- murmuro- se que él a cometido muchos errores y me a echo mucho daño, soy la primera en aceptar eso pero nunca lo a echo a propósito, con venganza o físicamente...- camino hasta quedarme cerca- necesito que entiendas que lo amo, de verdad lo hago, y no creo que esto sea tan grave como para dejar de intentar ser feliz con él el tiempo que nos sea posible...
-Yo te he visto llorar por él- lanza sin mirarme.
-Los humanos siempre lloramos por las personas que amamos.
-Tu teoría es basura.
-Puede que si pero no la voy a cambiar y necesito que tu lo entiendas.
-Yo amaba a ese chico hasta que te rompió el corazón.
Oh, cariño...
-Pero él es el único capaz de reconstruirlo es decir, que debes volver a amarlo.
Me mira desde donde está con una pequeña sonrisa.
-Prometeme que jamás vas a volver a llorar por él.
Lo pienso por uno segundos y levanto mi dedo meñique.
-Lo prometo- sello el trato.
Nos abrazamos y subimos hasta mi habitación de esa forma.
Jamás podré enojarme con Robert, al final siempre terminamos en un acuerdo y pienso que eso es lo que hacen los verdaderos amigos.

Después de dormir por más de ocho horas me levanto en mitad de la tarde.
Tengo diez llamadas de Justin, cinco de Kendall, dos de papá y cuatro de Maejor.
Eso me pasa por dejar el teléfono en silencio.
Leo los mensajes.

Biebs:
Llevo libre desde las once de la mañana pero resulta que ahora la ocupada eres tu...

Hailey:
Me quedé dormida, lo siento.

~

Kendall:
¿DÓNDE DIABLOS TE METES?

Hailey:
¿Ahora no puedo dormir?

~

Maejor:
¿Vendrás?

Hailey:
Iba a ir con Justin pero dame la dirección por si ocurre cualquier cosa...

~

Biebs:
¿Paso por ti en treinta minutos? Iremos a buscar a Kendall.

¿No se suponía que íbamos a hablar?

Hailey:
Claro

~

Maejor:
Duston 24-6 y 34 a las diez.

Hailey:
Perfecto, te veo allí.

Dejo el teléfono en la cama y me levanto para cambiarme.
Si la felicidad tuviera una forma, ¿cómo sería? Podría ser algo parecido al cristal. Porque, normalmente no te sueles dar cuenta. Pero, no hay duda de que está ahí. La prueba es que, si lo observas desde un ángulo diferente, el cristal reflejará luz. Manifestará su presencia y su existencia de un modo más elocuente que cualquier otra cosa en este mundo.
Entonces, veamos si recuperar el cristal es fácil.
-Esas botas me asustan- comenta Robert cuando bajo.
Esta sentado con Telana viendo televisión y me recuerdan a todas las veces que Justin se quedó dormido en mis brazos en ese mismo sillón.
-No son tan tormentosas como aparentan.
-¿A donde vas?- me pregunta.
-A casa de Kendall.
No es ninguna mentira.
-Ok- murmura no creyendome del todo pero si es así no vuelve a preguntar.
La bocina de un coche resuena fuera y yo salgo "corriendo" para que Robert no me alcance.
Es el conocido furgón gris.
-Wouu- murmura Justin cuando subo mirando mis piernas.
Ignoro su comentario y me acomodo en el asiento sacando mi teléfono del bolso para dejarlo sobre mis piernas.
-¿Estaba Robert está mañana?- me pregunta sorprendiendome.
¿Para que quiere saberlo?
-Si- digo esperando que siga hablando.
-¿No te dijo nada?
-Discutimos- admito.
-¿Por mi?
-Más bien por mis decisiones pero eso no importa.
-¿Decisiones que me involucran?
Asiento.
-¿Podrías contarme un poco más y no ser tan cortante?-
Lo miro, sorprendida por sus palabras y me arrepiento al instante, mirarlo me deja sin respiración.
-¿Por qué quieres saberlo?
-Él siempre me agradó, llegue a cogerle bastante cariño y saber que ahora me odia es complicado...
-No le agrada la idea de que después de todo siga queriendo verte e incluso volverlo a intentar y no por ti si no por lo que pasó.
-Si supiera la verdad quizás lo entendería...
-Quizás- lo apoyo- yo podría contárselo si lo supiera- lanzo.
Justin sonríe.
-Sólo iremos a por algo donde Kendall y después podremos hablar- me dice...
El trayecto se hace corto, vemos un documental de vida animal en la televisión del furgón.
Mike abre la puerta cuando hemos llegado y entramos al edificio rápidamente.
Justin me deja salir primero del ascensor cuando estamos en el piso y camino hasta la puerta de Kendall que está entrecerrada, cuando empujó la puerta para poder entrar encuentro algo que me deja de piedra...

© 《Acostúmbrate It ©Where stories live. Discover now