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-Cariño- su hermosa voz suena lejana en mis sueños hasta que agita mi cuerpo suavemente para despertarme- iremos a despertar a Johnny- me informa.
Es cierto, hoy es su cumpleaños.
Le pido que me de unos minutos para un que sea lavarme los dientes.
Sale hacia el balcón con un cigarro en la mano.
Tengo que hacer que deje eso.
Me levanto y entro al baño para salir cinco minutos después.
-Vamos- lo llamo asomandome por el balcón.
Sonríe mirándome y apaga el cigarro en el cenicero de la mesa, sale para entrelazar nuestras manos y vamos en busca del cumpleañero.
-Sabes- comenta Justin en el pasillo- no tengo ni idea de cual es su habitación- rie avergonzado- así que tendremos su probar con todas.
-Ni que fueran muchas- digo sonriendo.
Vamos habitación por habitación hasta que damos con la de Johnny, donde el duerme plácidamente sin enterarse de nada.
Adam llega con un pastel en la mano y yo me pregunto donde está nuestro regalo.
-Se lo daremos esta noche- susurra Justin como siempre leyendome la mente.
-¿Le estampamos el pastel en la cara?- pregunta Adam emocionado.
Justin rie negando y entra corriendo para subirse a la cama donde comienza a saltar.
Veo en el rostro de Adam las ganas infinitas de hacer lo mismo así que le quito el pastel y le doy vía libre para que vaya.
Comenzamos a cantar el cumpleaños feliz cuando Johnny se despierta sonriendo.

-Me gustaría que compartieras tu secreto de la ebriedad nula conmigo- le digo a Justin cuando nos estamos vistiendo.
Hoy saldremos a cenar por el cumpleaños de Johnny a la playa, han reservado un espacio privado sólo para nosotros.
-¿Eh?- pregunta confuso mientras se mira al espejo.
-Ayer bebieron hasta el cansancio y hoy de nuevo.
-Tenemos razones- bufa.
Ruedo los ojos molesta.
-No lo digo por eso, idiota- respondo y el abre la boca fingiendo dolor- pero yo también quiero hacerlo sin entrar en coma.
-Oohh- murmura comprendiendo- son años y años de experiencia, cariño- responde acercándose.
-De Johnny puedo creer eso, de ti no- respondo.
-De todas forma tu no debes hacer eso.
-Eso es muy machista- me quejo.
Sonríe y se rasca la nuca incómodo.
-No lo digo por eso, si no porque llega un punto en el que te haces dependiente de ello y no me gustaría que eso te pase a ti- murmura- aparte, tu debes de cuidarme a mi.
-Siempre- sello esa palabra confiada.
Se levanta para volver al espejo y de camino levanta el volumen al reproductor de música, yo lo observo practicar pasos de baile mientras encuentra que ponerse.
Esa noche decido usar un vestido negro y el cabello suelto, cuando salgo del baño me encuentro a mi príncipe vestido de blanco totalmente.
-Que bien te queda ese color.
Acepta el cumplido con una sonrisa tímida.
Aún que no lo parezca, Justin Bieber también se avergüenza con los cumplidos.
-Parece que hemos cambiado de papel- comenta mirando mi atuendo.
-¿Qué?
-Se supone que tu eres el lado bueno de esta relación- dice y lo entiendo todo, habla del blanco y el negro.
-No soy un ángel.
-Pero te acercas.
Sonrio colocandome los zapatos.
¿Tacones en la playa? Jamás, mejor deportivos bajos.
Agarro mi maleta de maquillaje, renovada con todo lo que Justin me regaló en Navidad y le doy un ligero empujón con la cadera para que me de un espacio.
-¿Me puedes peinar?- pregunta cuando estoy aplicandome rimel.
Lo miro desde mi punto bajo con interrogación y sonrio.
-Claro- respondo levantándome.
Su cabello es lo más parecido al paraíso, tan lacio y rubio que me da envidia.
-¿Un moñito?- pregunto.
Asiente.
Lo peino y agarro el poco de cabello que tiene en una liga negra.
-Listo- digo cuando termino.
Tampoco es nada del otro mundo.
-Gracias, princesa- responde dándome un beso.
-Iré a ver si ya están todos- le digo cogiendo mi teléfono para salir.
Encuentro a Jazzy corriendo por el jardín envuelta en un bonito vestido rosado pastel.
-Que guapa estas- le digo cuando me ve.
Sale corriendo hasta mi y salta a mis brazos cuando está cerca.
-Quiero tu cabello- dice acariciandolo.
-El tuyo es mucho más bonito- respondo caminando con ella en brazos hasta las tumbonas enfrente de la piscina.
La siento entre mis piernas y peino el cabello alborotado debido a su inquietud.
-Hola pequeño- la voz de Justin se escucha dentro y Jazzy se desespera en mis manos.
Justin entra con Jaxon en brazos y el corazón se me acelera.
¿Podría algún día suceder eso de verdad?
¿Ver al hombre de mi vida tener a nuestro hijo en brazo?
Pienso que Justin sería un estupendo padre, no ahora mismo porque falta mucho por vivir pero estoy segura de que en el futuro si que lo será.
Sonrio volviendo al presente y verlo me choca de nuevo con la ilusión.
-Cariño, ¿quieres tener hijos en algún momento?- pregunto y parece sorprenderse por que frena en seco y me mira.
-Claro que si- responde rápidamente- ¿luzco bien?- pregunta modelando con Jaxon.
-Arrebatador- confieso embobada.
Es la verdad, verlo vestido de blanco, con camiseta y encima con un niño idéntico a él en brazos es la imagen exacta de perfección.
-Deberían tomarse una foto- les digo soltando a Jazzy que corre hacia sus hermanos.
Me levanto y me acerco a ellos, Jaxon se lanza a mis brazos y es el turno de Jazzy en brazos de su hermano mayor.
-Ustedes lucen exactamente como una familia- Adam nos sorprende desde detrás.
-Sería imposible- respondo- hubiera tenido a Jazzy muy joven.
Justin rie dejando a su hermana en el suelo y agarra la mano de los dos para caminar hasta la pared donde posan para la cámara de mi teléfono.

© 《Acostúmbrate It ©Where stories live. Discover now