125

4.2K 264 22
                                    


Me detengo automáticamente, como si una gran piedra hubiera caído sobre mi y respiro tratando de no perder el control.
"No te comportes como una maldita perra, Baldwin".
Esa frase se repite en mi cabeza una y otra vez.
-Hailey... yo... lo siento- su voz no se escucha tan cerca así que tengo tiempo de huir.
-Ni se te ocurra venir detrás, Bieber- reclamo antes de salir- no quieres perras cerca.
Salgo corriendo fuera de casa y me siento en el muro de la entrada, mirando hacia el mar.
¿Debería llorar?
La verdad es que no tengo ganas de hacerlo, al fin y al cabo es algo que yo mismo me busque por actuar de forma tan estúpida en las últimas veinticuatro horas.
-No lo defiendas, pase lo que pase no tiene el derecho de tratarte así- me reclama mi subconsciente.
Ruedo los ojos con frustración y cuando miro hacia la puerta si me dan ganas de llorar.
No a salido a buscarme.
-Tampoco te hagas la mártir que fuiste tu quien le dijo que no lo haga- vuelve a atacar mi subconsciente.
¿Por qué tenía que pasar esto ahora? Justo cuando todo era perfecto.
Regreso mi mirada al frente, dejando de esperarlo.
-¿Buscabas a alguien?
Me sobresalto al escuchar su voz y salto del lugar donde estaba sentada.
-Diablos, me has asustado- reclamo sin mirarlo a los ojos.
-Hailey- su voz es un susurro e intenta acercarse pero se lo impido levantando las manos y dando dos pasos hacia atrás- lo siento.
¿Sólo eso? ¿Un simple lo siento?
-Se que por nada del mundo debo tratarte de esa forma pero llegó a un punto que colmo mi paciencia- se explica- no se que diablos te pasa desde ayer, sólo buscas y buscas un motivo para entrar en conflicto, quizás son tus hormonas, yo no tengo ni idea de eso pero debes de entender que la paciencia que yo tengo contigo no la tengo con nadie.
-Eso no justifi...- reclamo pero no me deja terminar.
-Se que eso no justifica nada- culmina mi frase- pero tus ganas de discutir tampoco.
¿Y ahora que debo de hacer?
No puedo discutir con él ahora mismo, tengo muchas cosas en la cabeza y sería empeorar todo.
Y como un ángel caído del cielo, Corina, la chica de la limpieza que me dijo sobre las trenzas aparece.
-¡Corina!- llamo su atención- ¿puedes llevarme a donde hacen las trenzas de las que hablamos?- le pregunto cuando regresa a mirarme.
Asiente con una bonita sonrisa y veo a Justin mirarme con ambas cejas enarcadas.
-Si hablamos ahora será otra discusión de la que quizás no salgamos, iré a despejarme un rato y luego regreso para hablar- le explico.
-¿Vas a huir?- pregunta dejándome helada.
-Si, Bieber, voy a huir- confirmo pensando en que él no tiene remedio.

Dos horas después regreso a casa totalmente arrepentida de haberme puesto el pantalón de Justin, es de algodón y el sol lo hace un horno totalmente.
Y todo por hacerle caso a él.
Llegó lista para enfrentar cualquier culpa que quiera lanzarme, tengo la cabeza fría y las ideas claras.
No voy a dejar que arruinemos esto, no después de días infinitos de felicidad.
Cuando estoy decidida a entrar mi teléfono suena en el bolsillo.
Es papá.
Salgo de casa para responder y que nadie me escuche.
-¿Hola?- contesto confundida.
-Hola, cariño- responde- ¿te has olvidado que tienes familia?
Sonrío rodando los ojos.
-No, papá sólo que el lugar donde estoy no tiene mucha señal- miento pero no se porque otro lado salirme.
Se ríe descubriendo mi mentira pero no dice nada.
-¿Todo va bien?
-Si, papá- vuelvo a mentir.
No le voy a contar lo que a pasado a mi padre o tomaria un avión para venir a asesinar a Justin.
-Eso espero cariño- amenaza de forma sutil.
-Papá, estamos a punto de salir, te llamo en otro momento, cuidate mucho ¿Si?
Debo de arreglar primero las cosas con Justin y después tendré tiempo para todo lo demás.

Entro a la sala donde todos están sentados sobre los sillones, riendo y bebiendo cerveza mientras Justin toca la guitarra.
Cuando me ven todos guardan silencio y miran a Justin.
Que obvios.
-¿Podemos hablar?- le pregunto mirándolo pero me arrepiento al instante.
Es demasiado guapo.
Asiente con una sonrisa escondida y deja la guitarra con cuidado sobre el sillón.
Camino hacia nuestra habitación tras sonreír con vergüenza a los chicos que siguen todos nuestros pasos y cuando nos encontramos solos me pongo nerviosa.
Justin me abraza por la espalda rápidamente, con fuerza y aspira mi aroma haciéndome estremecer.
-Ya no quiero discutir contigo, te amo y te pido perdón por haberte tratado de esa forma. A veces los demonios se apoderan de mi trasladandome al pasado y no puedo controlarlos...
Lo escucho con atención, cerrando los ojos intentando no mandarlo a la mierda por resguardarse en eso.
-No, Justin, basta ya de eso- reclamo haciendo que me suelte- yo tampoco quiero discutir pero quiero decirte primero que basta de eso, los demonios no existen, eres tú y sólo tu puedes detener esos pensamientos que se apoderan de ti, yo confío en ti y te conozco y se la gran persona que eres y por eso te amo con todo mi corazón, así que basta de eso, si no lo haces por ti hazlo por mi o vas a destruir esto.
En toda la conversación estuve dándole la espalda y cuando por fin lo enfrento tiene la mirada en el suelo, partiendome el corazón.
-¡Hey!- llamo su atención pero no me hace caso, doy dos pasos hacia el y elevo su rostro empujando suavemente desde su mentón- levanta la cabeza príncipe o se te va a caer la gorra.
Una pequeña sonrisa ilumina su rostro pero se esfuerza por que no salga.
-Sonríe o me vas a hacer sentir mal- le pido.
Por fin lo hace y acaricia mi rostro con delicadeza, yo descanso sobre su mano disfrutando del momento.
-Lo siento, perdóname por favor- insiste.
-Todo está olvidado, yo también me porte como una idiota así que tranquilo.
-De verdad no se que haría sin ti a estas alturas, me volvería loco y el mundo dejaría de importarme.
Me quedo helada.
¿Habla en serio?
-Tienes muchas cosas por las que preocuparte aparte de mi- susurro confusa.
-No- niega rotundamente.
¿Y ahora que debo decir?
Prefiero no decir nada y guardo en mi mente hablar de esto con la persona que más lo conoce.
-Me gustan tus trenzas- cambia de tema agarrando una de ellas- ¿crees que a mi me queden bien unas?
Lo miro boquiabierta y sonrío como estúpida.
¿Justin con trenzas? Debe de ser algo digno de ver.
-Creo que deben de quedarte estupendamente- gageo emocionada.
Niega cerrando los ojos, dejando esa escena como la más bonita.
-Creo que ya me arrepentí.
Abro la boca formando una perfecta O.
-Que forma de jugar con mis sentimientos- bufo sentándome en la cama de brazos cruzados.
Justin rie mirándome.
-Iré a ponerme una camiseta entonces- confirma.
Me lanzo a sus brazos emocionada de nuevo.
-¿En serio?
-Lo que sea por mi chica- responde dejándome en el suelo y desaparece tras la puerta del baño.
Me miro en el espejo que tengo enfrente, la sonrisa se va a salir de mi rostro al saber que todo sigue igual que siempre. Miro mi atuendo, debo de deshacerme de este osito de peluche que tengo como pantalón o terminaré asada.
¿Quién trae uno de estos pantalones a una isla del Caribe?
Exactamente, Justin el normal Bieber.
Una vez enfundada con un short no tan corto para la suerte de Justin me lanzo en la cama a esperar que salga.
Pero no, el niño se a puesto a tomarse fotos en el espejo y por eso tarda tanto.
Sonrio al ver la foto.

© 《Acostúmbrate It ©Where stories live. Discover now