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(Capítulo dedicado a TellMeLunar porque con cada uno de tus comentarios me haces correr a mi habitación y escribir un capítulo más.)

Llevamos un día en Canadá y estoy completamente enamorada de este país.
Nos estamos alojando en casa de Jeremy, el padre de Justin y ya he conocido a casi toda la familia que es completamente encantadora.
-¿Seguro no quieres intentarlo?- me pregunta Justin entrando a la habitación encima de unos de esos aparatos que se mueven solos.
Niego y el ríe.
Le regalo uno a Jaxon el día que el pequeño llego a Los Angeles y desde entonces no han dejado de usarlos, pero a mi me da un poco de miedo, parece fácil pero creo que es muy difícil.
-¿Tienes miedo?- pregunta acercándose.
-Tengo pies- respondo con una sonrisa.
Se acerca mucho más, hasta que lo tengo delante y levanto la mirada del libro que estoy leyendo para ver su rostro.
Me encanta, es hermoso.
-¿Qué lees?- me pregunta moviéndose hacia atrás y luego hacia adelante consecutivamente.
Miro mi libro y no se si decirle.
-Un libro- respondo y el rueda los ojos molesto- se llama "Hermoso desastre".
-Gracias- dice con una sonrisa.
Si tu supieras.
-¿De que trata?- sigue preguntando para mi mala suerte.
-De dos mejores amigos que se enamoran- respondo sin mirarlo, temo ver si reacción.
-Hey- me llama y al ver que no le hago caso se acerca y levanta mi cabeza apoyando sus dedos en mi mentón- dame un beso- me pide.
Maldición, lo amo, de verdad lo amo demasiado. Me levanto de golpe y beso sus labios extasiandome de él.
-No puedo escribir un libro, pero soy bueno escribiendo canciones- murmura aún en mis labios y retrocede con su juguete para salir de la habitación dejándome a mi con ganas de más.

A las once de la mañana la casa comienza a llenarse de niños y personas que van llegando al cumpleaños de Jazzy, han lanzado la casa por la ventana y me sorprende que Justin no haya ordenado que trasladen Disneylandia al jardín de su casa.
Han contratado inflables para los niños, máquinas de algodón de azúcar, máquinas de palomitas, payasos y dos chicas disfrazadas de princesas de Disney.
Aparte de la enorme mesa llena de dulces y una enorme tarta de tres pisos.
Estoy sentada en un silla con Jaxon en brazos.
-Hay muchas niñas- me dijo cuando se acercó.
-¿Quieres jugar con mi teléfono?- le pregunté sonriendo por lo tierno que es y él asintió sin duda alguna.
Veo a los niños correr de un lado para el otro, con algodones de azúcar en las manos y helados.
Alguien coloca un enorme algodón de azúcar delante de mi y regreso a mirar de quien se trata para encontrarme con la gran sonrisa de Maejor.
-Un poco de dulce para la vida- dice sentándose a mi lado.
-¿Y para mi?- pregunta Jaxon y Maejor saca uno más pequeño de detrás de su espalda ganándose la sonrisa más grande de Jaxon.
-¿Ya has visto al más niño de la fiesta?- me pregunta Maejor, muevo la cabeza para que me diga de que habla y el señala hacia donde están los inflables, Justin está en el más grande saltando de la mano de Jazzy, se a quitado la camiseta y sonríe como si fuera un niño.
Me enamoro más.
Jeremy camina hasta la entrada del juego y lo llama para decirle algo, el sale del juego agitado y cuando comienza a hablar con su padre se lanza a su espalda.