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Las luces del lugar están apagadas y las cosas son obvias solo cuando varias voces gritan juntas.
-¡Sorpresa!
Mis pies echan raíces en el suelo.
-Sorpresa- susurra Justin a mis espaldas, poniendo sus manos sobre mis hombros y empujandome hasta entrar.
Mis amigos sonríen desde la entrada.
Kendall, Kylie, Robert y Maejor son las únicas personas que están.
-¿Se puede saber que celebramos?- pregunto confunsa cuando recuperó la voz.
Todos levantan los hombros y clavan sus miradas en Justin.
-Tu cumpleaños- responde él mirándome- soy el culpable de que ese día haya sido arruinado así que preparé esto para recompensarte en cierta forma...
Aparta la mirada tras recordar aquel momento.
-Gracias- susurro sinceramente.
Esto no va a traer de regreso aquel día pero es un detalle muy bonito.
-Hay pizza, tus hamburguesas favoritas, helado de crema y muchos dulces- dice Maejor acercándose hasta nosotros.
Esperen un momento.
Miro a mis amigos y cruzo miradas con Robert a quien asesino con la mirada automáticamente.
-Tenía que mantenerlo en secreto y la única forma de que no te metas en mis asuntos- sonríe tras decir eso- es discutir contigo para que estés tan enfadada que te alejes- explica detenidamente.
Justin suelta una carcajada desde su lugar.
Malditos.
-¿Entonces tu estabas al tanto de todo?- pregunto aún que está claro que si.
Robert asiente.
-Pero el culpable es Justin- culpa rápidamente señalandolo.
-Pero...- esta a punto de responder el señalado.
-Disfrutemos de esto y luego tendrán tiempo de hablar- interviene Kendall poniéndose entre los dos.
La miro sonriendo y me lanzo a sus brazos.
Justin se sienta en la encimera mientras habla con Maejor y Robert.
Hay música sonando en algún lugar y aún que no podría llamarle a esto una fiesta, es la mejor reunión que he tenido en mucho tiempo.

Canto junto a Kylie canciones en el karaoke que han comprado para la ocasión, supongo que no tenemos las mejores voces del mundo por que los chicos no dejan de reír desde el sillón donde nos observan. Mi plan con Kylie es no darle el micrófono a Justin jamás, porque seamos realistas, el karaoke de toda la vida a sido para los fracasados en la música.

-¿Estas feliz?- me pregunta Maejor.
Estoy apoyada en la pared leyendo algunas cosas en el teléfono.
-Me siento bien- respondo.
No se con seguridad lo que es felicidad ahora mismo.
Y decir que soy feliz sería para que a los dos segundos todo se arruine, así es mi suerte.
-¿Y que con él?- pregunta mirando al otro lado de la habitación donde Justin pelea con Kendall por la última hamburguesa.
Niego.
-Aún no hemos hablado del tema...
-¿Te hace falta?
Regreso a mirarlo, sin entender por donde quiere ir.
-¿Te hace falta que te diga algo para que creas en él? Es decir, una explicación.
Oh, ya lo entiendo.
-No se trata de eso, Maejor- murmuro- obviamente yo ya he tomado mi decisión.
-¿Y cual es?
-Estoy aquí, ¿no?- respondo.
Él sonríe y me rodea con sus brazos de lado.
-Pase lo que pase siempre serás mi pequeña hermana.
Que hermoso.
-Siempre- confirmo pegandome más a su cuerpo.
Las personas siempre dicen que los desastres siempre dejan algo bonito en el camino y para mi, lo más bonito que dejan aquellos desastres son las personas que se unen en el camino y que a pesar de lo malo siempre permanecen a tu lado.
Y sin duda alguna, mi desastre más bonito es él.
-¡Hails!- me llama.
Lo miro bajo la sonrisa de Maejor que seguramente le a causado mi rostro al escuchar a Justin decir mi nombre.
-Ven a ver como le doy una paliza a Robert.
Maejor se va hasta la cocina con Kendall y Kylie y yo voy hasta Justin y Robert que están sentados ambos en un sillón con las palancas de la consola en las manos.
Justin a puesto un pie sobre el hombro de Robert que parece no importarle para nada.