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Solamente falta un mes para que la gira comience y no hay cosa que me ponga más nerviosa que eso.
Una vez más hemos regresado a mi casa, Kendall solucionó las cosas con su familia y regresó a su departamento, Telana está de gira y Robert va con ella cada vez que puede.
Justin si soporta convivir con Robert y eso lo tiene más tranquilo aún que para decir verdad, no pasa mucho tiempo aquí.
-Cariño- entra a la habitación tomándome de sorpresa.
-¿Qué haces aquí? ¿No tienes ensayo?- le pregunto confusa.
Salió hace media hora diciendo que tenía ensayo.
-La verdad es que...- comienza a relatar lanzándose a la cama y observando cada movimiento que hago- estaba en la mitad del camino y me dije a mí mismo "¿debería dejar esta mierda por un segundo y pasar más tiempo con la gente que quiero antes de emprender esa locura llamada gira?" y pues aquí estoy.
Lo miro a los ojos y me asusta como de a poco crece más mi amor hacia él, aún que bueno, lo que más me asusta es que cada día pueda amarlo más.
-¿De verdad?- pregunto aún viendo en sus ojos la sinceridad pura.
-De verdad- confirma y tira de mi brazo haciendome caer sobre su cuerpo- Johnny se esta encargando de reunir a todos para hacer algo.
La verdad es que no tengo nada de ganas de salir de casa, me encantaría que nos quedemos a comer hasta morir y ver peliculas todo el día pero veo en sus ojos las ganas de pasar un rato con sus amigos y eso es lo único que necesito para que me den ganas de recorrer el mundo con él.
-Entonces deberiamos llamar a Johnny para saber si ya está todo listo- respondo besando con mucha ternura la punta de su nariz.
Sonríe como un niño pequeño y sus ojos se llenan de brillo.
-Adoro cuando haces eso- murmura apretandome más contra su cuerpo.
Me acurruco en sus brazos acomodando mi cabeza entre su cuello y respiro su aroma lentamente callendo en una relajación extrema. Justin acaricia mi espalda con un ritmo tranquilo y escucho las teclas de su teléfono sonar, debe de estar llamando a Johnny.
-Justin- la voz de Johnny suena en la habitación atreves del teléfono.
-Hola- responde Justin- alguna novedad.
-Justo iba a llamarte por eso- responde y se a la perfección que Justin a puesto los ojos en blanco después de escuchar eso.
Odia cuando alguien le dice eso, y su respuesta al por que de eso es "jamás llaman si tu no los llamas".
-Te escucho- responde algo cortante y debo de darle un suave golpe en el pecho para que se calme- ¿qué dijeron los demás?- añade tras mi llamado de atención silencioso.
-Quieren ir al parque Watson a pasar el día- responde.
¿Justin en un parque con sus amigos y conmigo después de todo lo que a pasado?
Lo pienso por un segundo aún que de nada me sirve, si Justin decide ir, yo también iré como la persona enamorada que soy pero no puedo negar que me da algo de miedo que nos vean juntos en un lugar público.
Desde que volvimos de México las cosas se han puesto locas y ahora no me siguen los típicos dos o tres fotógrafos que eran habituales, ahora estamos hablando de más de diez cámaras siguiendo cada paso que doy y es todo por buscar una respuesta a la típica pregunta de "¿son Bieber y tu pareja oficialmente?".
Justin se mueve rápidamente sin avisar y hace caer mi cuerpo sobre la cama para levantarse.
-Debo hablar con Hailey, te llamo en un rato- le dice a Johnny y cuelga.
-Sabes...- busco las palabras exactas para dirigirme a él- creo que necesitas aprender a controlar tus cambios tan bruscos de humor, porque quizás yo o Johnny podamos soportarlo al conocerte pero vas a toparte con gente que no siempre te va a aceptar como eres.
Me mira inmóvil apoyado en la pared que da al balcón.
-¿A que viene ese tema ahora?- intenta hacerlo pasar desapercibido.
-Ya sabes que para mi los temas no tienen tiempo ni lugar, los digo cuando los creo adecuados.
-A mi no me importa que la gente no quiera tratar conmigo, soy yo quien decido si tratar con ellos- regresa al tema de conversación.
Sus ojos no miran los míos por que sabe que lo que acaba de decir va a molestarme y lo que más me molesta es que no dice nada para mejorar esas palabras estúpidas y frías que aveces le fluyen sin más.
Me levanto de la cama y recojo mi teléfono de la mesilla que tengo cerca.
-Acabo de volver al pasado, alrededor de un año cuando eras igual que las palabras que acabas de decir, frío y egocéntrico, ¿te acuerdas que era yo quien no quería conocerte y fuiste tu quien insistió? Ojalá no hubieras tomado esa decisión por que no quiero a mi lado alguien que piense de esa forma.
Le doy la espalda y camino fuera de la habitación directamente escaleras abajo y me encierro en el estudio.
Amo a Justin con todas mis fuerzas, de eso no hay duda alguna pero eso no quiere decir que vaya a apoyar todas y cada una de las tonterías que aveces le da por pensar. Una relación no se mide por el apoyo incondicional que le das a tu pareja si no por no dejarlo caer nunca así debas hacerle daño en el intento.
Enciendo el equipo de sonido que esta sobre una mesa blanca de mármol y la suave melodía de la primera canción del nuevo disco de Casey suena alrededor del lugar.
Me siento en el sofá y miro los árboles lejanos que están detrás de la ventana.
-Sabías donde te metias, Baldwin.
Hay esta mi subconsciente de nuevo, listo para atacar.
Ignoro todo y cierro los ojos, es muy temprano para estar de tan mal humor.
A lo lejos escucho la puerta de entrada.
¿Se a ido?
No puedo creerlo, en serio eso me deja helada.
Pensé que esa parte de él ya no estaba, que el hombre que huía de todo los problemas sólo por no saber manejarlos de había ido y ahora había un chico maduro y centrado pero...
Dos toques firmes y fuertes a la puerta me sobresaltan, pero toda esperanza muere al recordar que sólo Robert toca la puerta de esa forma.
-¿Que pasa, Robert?- pregunto inclinandome en el sofá.
-No soy Robert, abre la puerta- su voz es firme, igual que los golpes en la puerta.
El corazón se me detiene por un segundo y vuelve a latir de forma desenfrenada.
No se a ido.
-Está abierta- respondo con ironía.
Entra con algo de duda y me busca en la habitación. Se a cambiado de ropa, lleva pantalones caqui, camiseta blanca unas dos tallas más grandes de la que debería, clásicas vans a cuadros y una gorra con la visera hacia atrás.
Un Adonis en todo su esplendor.
-Lo siento- emite las palabras correctas mientras se acerca, esta incómodo, puedo notarlo por su forma de mirar a todos lados menos a mis ojos.
-¿Que sientes, Justin?- pregunto neutral.
Por fin me mira, sabía que lo haría si decía eso, odia ser desafiado pero su mirada es dulce.
Se saca la gorra cuando está a pocos pasos de mi y la deja sobre el brazo del sofá.
-Siento ser un completo idiota- responde peinando su cabello con la mano.
Como me gustaría ser yo quien lo haga.
Tengo dos opciones, la primera es seguir clavando la aguja y pasar horas discutiendo y la segunda es aceptar sus disculpas y pasar un lindo día.
-Cuando te digo que no quiero que cambies por que me enamoré de ti al segundo de conocerte no me refiero a esto- bromeo acercandome a él.
-Recuerdo sacarte de tus casillas muchas veces- responde acariciando mi cabello.
-Aún lo haces- afirmo.
Agarra mi rostro con ambas manos y me mira directamente a los ojos para después plantar un hermoso y largo beso en mis labios que me obliga a sonreír.
-Mírate, te robas mi corazón sólo con sonreír.
Y ese es Justin Drew Bieber en toda su expresión, una persona que sabe exactamente que decir en el momento adecuado para hacerte sentir la mujer más afortunada de este planeta.
Niego avergonzada escondiendo mi rostro entre su cuello y puedo notar que sonríe feliz de hacerme sentir así.
-Llamé a Johnny y me disculpe con él- me cuenta- ¿aún quieres ir al parque?
-¿Tu quieres?- pregunto.
-Me gustaría- responde.
-Vámonos entonces- me levanto decidida agarrando su mano para arrastralo conmigo.