39

5.5K 258 9
                                    

Lo miro a los ojos esperando a que me diga cual es la propuesta pero me pierdo en su belleza por un instante.
¿Alguna vez al sentido lo que es tocar el cielo?
Pues así es como se siente cuando miras sus ojos.
-Mañana llega mi hermano pequeño, vendra a pasar algun tiempo conmigo y en dos días viajaremos a Canadá a celebrar el cumpleaños de mi hermana...- me explica- me preguntaba... si tú querías venir con nosotros... ya sabes... a Canadá.
¿Me está invitando a Canadá con su familia?
-Si, idiota- responde mi subconciente.
-Sería un placer- respondo sin pensarlo más.
Donde sea pero contigo.
-Genial- responde y creo notar un poco de emoción en su voz.
Con Justin a Canadá, quien lo iba a decir.
La cena es como si nada hubiera pasado, reimos y bromeamos como siempre hemos echo.
-¿Quieres ir a casa?- me pregunta Justin- películas y videojuegos hasta la madrugada- agrega para darle más entusiasmo.
-¿Ansioso por que te derrote?- le pregunto dándole en el orgullo.
-Ya quisieras, Baldwin- responde.
Todo a vuelto a la normalidad y eso me hace completamente feliz, aún que aún necesito comprobar algo, necesito saber si puedo acceder a él sin que nuestra forma de ser caigan en picado.
Salimos del restaurante y entramos al furgón para que nos lleva directamente a casa.
-¿Cuántos años cumple Jazmyn?- pregunto mirándo las calles que dejamos atrás.
-Siete- responde- ya no es tan pequeña- murmura con anhelo.
Mi hermoso ángel, tiene miedo de que su hermana crezca.
-Tendré que pensar en que puedo regalarle- murmuro.
-Quiere ser modelo, así que no será tan dificil.
Perfecto, ¿que esperaba yo que me regalen cuando era pequeña? creo que tendré que preguntarle a papá.
A mi cabeza vuelve el comprobar que todo siga normal aún cuando ponga mi plan en funcionamiento.
Me acerco un poco más a Justin y el como el hombre más experto del mundo se da cuenta y pasa su brazo por mis hombros.
Oh por Dios, podría morir aquí, en sus brazos si quisiera.
Respiro profundo buscando valor de donde no hay y levanto la mirada para toparme con sus ojos y poco a poco me acerco, así como poco a poco mi corazón deja de latir hasta que toco sus labios con los míos y los dejo llevar por un suave beso que el corresponde automáticamente.
Maldición, estoy besando a Justin, sin presiones, sin alcohol, sin preguntas.
Es mío, por esos pocos segundos, lo siento mio y es la mejor sensación del planeta.
-Para o no vamos a llegar a casa- dice aún sobre mis labios provocando que rompa el contacto para reír.
-Que precoz- digo para volver a lo que éramos.
Justin suelta una bonita carcajada que para mis oídos es música.
-No decías eso la noche de año nuevo- responde bromeando con eso después de mucho tiempo.
-Dicen que las mujeres ebrias decimos muchas mentiras.
-Cuando quieras lo comprobamos- responde guiñandome un ojo.
Maejor se encuentra en casa cuando llegamos y junto a él vemos varias películas y les doy varias palizas a la Xbox.
-Mi palanca está estropeada- se escusa Maejor.
Justin y yo reímos.
-Me voy a dormir- dice Maejor rendido- hasta mañana- se despide y sale de la sala.
Justin y yo nos miramos, con los nervios a flor de piel y el deseo en el aire.
-Yo tambien me voy- digo antes de cometer un error.
Justin se levanta, apaga el juego y activa la alarma de casa. Subimos las escaleras y nos detenemos frente a la puerta de mi habitación, Justin me mira y yo lo miro, es una lucha de miradas eterna.
-Buenas noches- rompo el silencio por fin y el sonríe de lado negando suavemente.
-Buenas noches- termina respondiendo después de luchar contra sus demonios, se acerca a mi, roza mis labios con los suyos, me da la espalda y camina hasta su habitación.

-Nena- escucho una voz celestial muy cerca y jamás en mi vida un sueño había sido tan real.
Alguien agita mi cuerpo y abro los ojos por fin, chocando con lo que toda mujer espera ver cada mañana por el resto de su vida, unos ojos ilegalmente bonitos.
Es Justin y está sentado sobre mi cama sin camiseta.
Creo que he despertado en el paraíso.
-¿Qué ocurre?- pregunto articulando palabra.
-¿Qué haces para verte tan hermosa por la mañana?- pregunta haciéndome sonrojar al instante, me tapo complemente con las sábanas para que no vea mi reacción.
-Callate- bufo aún avergonzada.
-Escuchame- pide y voy apareciendo poco a poco hasta que vuelvo a mirarlo- tengo que ir al aeropuerto a por mi hermano, ¿quieres ir o me esperas aquí?- pregunta.
-¿Me da tiempo a ir?- pregunto y el asiente- entonces voy.
-Ok- responde y se levanta dándome una vista perfecta de su espléndido cuerpo.
-¿No tienes camisetas?- pregunto sonriendo.
-Así ando en mi casa- responde- ¿es mucha tentación para ti?
-No tienes tanta suerte- miento pero me gano una sonrisa de su parte antes de que salga de la habitación.
Si, definitivamente quiero que esto siga así.
Me doy una ducha rápida, me cambio y antes de salir me miro al espejo, tengo un brillo extraño en los ojos y hoy me apetece verme más bonita así que aplicó algo de maquillaje a mi rostro.
Justin está sentado en la mesa de la cocina con Hugo y Patrick que me saludan cuando me ven.
-¿Ya?- me pregunta Justin y asiento.
Hugo y Patrick salen dejándome con Justin dentro de la casa, que camina hasta donde estoy parada y agarra mi mano para que salgamos juntos.
El corazón no responde cuando siente ese gesto, se queda paralizado y emocionado al igual que yo, jamás había sentido su mano sobre la mía de esa forma, tan normal y sencilla y a la vez con tanto significado.
-¿Qué quieres desayunar?- me pregunta como si nada estuviera pasando.
-Cualquier cosa- respondo suplicando que no se me corte la voz por los nervios.
-Pararemos en algún sitios antes del aeropuerto para que comas algo.
-¿Y si mejor esperamos a tu hermano para desayunar?- pregunto ganandome la sonrisa más hermosa de Justin.
-Buena idea- responde y salimos de casa agarrados de la mano.
Vamos en el furgón viendo una serie en silencio, hasta que mi teléfono suena en mi bolso.
Es Robert.
-Dime- respondo.
-¿Dónde estas?
-De camino al aeropuerto- respondo
-¿Para?
-Llega el hermano de Justin y vamos a recogerlo
Robert guarda silencio por un momento al escuchar eso
-¿Pasaste la noche con él?
-Si pero no como tu piensas- respondo antes de que le de un ataque.
-¿Cuándo volverás a casa?
-Hoy, pero mañana me voy a Canadá.
-¿A Canadá?
-Hablamos esta tarde- le ruego.
No quiero tener la mirada de Justin encima mientras discuto con mi mejor amigo por él.
Robert cuelga y vuelvo a guardar el teléfono.
-Ya no es novedad que me odia- murmura mirándome.
-Odia la parte de ti que todos conocen- respondo.
-¿A que te refieres?
-A que cuando una persona se da el lujo de conocerte jamás va a poder odiarte, sin embargo la gente que conoce sólo a Justin Bieber la estrella del pop pueden pensar lo que quieran por que no te conocen de verdad.
-¿Y que es lo que Robert odia de mi que todos conocen?- pregunta interesado.
-Que eres un mujeriego principalmente- digo y el ríe.
-Yo no voy a hacerte da...- comienza a decir y le pido que pare.
-Si hay algo que voy a pedirte para que esto siga así es que nunca me mientas, se sincero conmigo siempre por favor- le pido- y con eso me refiero a que no digas cosas que no vas a poder cumplir.
-Pero es la verdad, yo no quiero hacerte daño.
-Lo se, pero una cosas es lo que tu quieres y otra es lo que haces sin saber.

NARRA JUSTIN.

La miro a los ojos, a vuelto a teñir su cabello de rubia y se ve malditamente hermosa.
¿Qué está haciendo esta chica conmigo?
-Prometeme una cosa, Hailey- le pido después de meditar conmigo mismo.
-Dime- responde su delicada voz.
-Si hago cosas que te lastiman me lo tienes que decir- murmuro y me parece ver un brillo especial en sus ojos.
-Trato echo- responde y extiende su mano para sellar la promesa, no puedo evitar reír y en lugar de tomar su mano la acerco a mi y beso sus labios.
-No te quiero dejar ir- pienso pero no lo digo.
Tengo muchas cosas en mente, lanzar mi disco, comenzar con las apariciones de prensa, aceptar todas las críticas que vendrán con mi regreso, preparar la gira y todo eso se va a llevar mi tiempo, tiempo que Hailey va a querer y yo no voy a poder darle.
Desde que mi relación con Selena terminó nadie me había echo sentir tan especial como lo hace la hermosa rubia que tengo en brazos, he conocido y estado con chicas pero nada a sido tan profundo y no voy a negar que tengo miedo, tengo miedo de volverme aferrar a alguien.

-No vas a estar sólo toda la vida- dice Maejor después de confesarle mis peores miedos.
-Ya lo se- respondo- pero quizás es muy pronto.
-Te voy a decir algo, bro- dice mirándome a los ojos- yo creo que en los sentimientos no manda nadie, las cosas van a terminar pasando, lo quieras o no.
Tiene razón.
-¿Y tu quieres?- termina preguntando.
-Yo quiero estar tranquilo, feliz sin problemas.
-¿Y piensas que una relación no te va a permitir eso?
-Las mujeres son muy complicadas, bro
-Tu problema no son las mujeres, tu problema es que sabes que si te das el tiempo te enamoras de ella.
Sonrió, quizás tenga razón, si existe alguna chica que ahora misma puede robarme el corazón es ella.
-Y no tengas miedo por esas cosas tontas, Hailey no es como todas y todos lo sabemos.
Bueno si, ella es sencilla, no se queja, no es intensa, es natural.
-No lo se, bro no lo se- murmuro sacando un cigarrillo y poniéndolo en mi boca.
-No lo pienses tanto, Bizzle- responde Maejor- deja que todo salga como tenga que salir.
Y eso fue lo que decidí hacer, aún que sigo midiendo mis palabras y mis actos para que todo vaya con calma, no quiero volver a cometer los mismo errores que cometí en el pasado, tengo que aprender a actuar de forma distinta para que todo vaya bien. Si mi relación con Selena terminó fue por los errores, por precipitarme, por dar todo sin importarme nada y no voy a permitir eso de nuevo.

Regreso al presente en el que Hailey sigue entre mis brazos, si no fuera por sus pestañas bajando y subiendo cada cierto tiempo pensaría que se a quedado dormida.
-¿Eres celosa?- le pregunto entrando en un punto clave para todo esto.
-Lamento decir que si- responde removiendose en mis brazos pero no permito que se aparte.
Mierda, eso no es bueno, se los ataques de celos que pueden llegar a tener las mujeres.
-No lo pienses mucho, Justin- dice- tu y yo no nos debemos nada.
-¿A que te refieres?- pregunto conmocionado por sus palabras.
-A los celos- responde como si fuera obvio- no somos nada, no debemos explicaciones a nadie.
¿No somos nada? Debo confesar que escuchar eso duele.
-Eso quiere decir que estas conociendo a alguien más?- pregunto cambiando de humor notoriamente.
-Mmm- pronuncia y se que lo hace a propósito- quizás.
Maldición, los celos me consumen desde dentro y eso no es bueno.
Miro su rostro por el reflejo de la televisión, una sonrisa traviesa sale de su boca.
-No jueges conmigo- susurro y me acerco a su cuello.
-¡JUSTIN!- grita retorciendose por las cosquillas- ¡para!
Este es tu castigo, Baldwin.
Hugo abre la puerta sorprendiendonos con nuestro juego y enseguida recuperamos la compostura.
-Hemos llegado- dice Hugo con un sonrisa que desaparece cuando lo miro estrictamente.
Creo que le sorprende por que nunca me han pillado jugando de esa forma con alguien que no sean mis hermanos o Esther.
-Te espero aquí- dice Hailey y regreso a mirarla automaticamente.
-¿Por qué?
-Tengo que responder algunos correos- dice mostrandome su teléfono.
No digo nada, bajo del auto donde dos que tres fotógrafos comienzan a hacer fotos y entro al aeropuerto a por mi pequeño demonio.

© 《Acostúmbrate It ©Where stories live. Discover now