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Ya han pasado varios días desde que llegamos de Miami y todo va de maravilla.
No a habido un sólo día en el que no he pasado con Justin, ya sea en su casa jugando videojuegos, en mi casa viendo películas, cenando con nuestros amigos o simplemente conduciendo horas por la carretera cantando canciones a todo pulmón.
Hace dos días nos subimos a mi coche y conducimos hasta las afueras de Malibu, donde estacionamos en un mirador abandonado que encontramos y observamos la playa por horas, allí, en ese lugar lejano e íntimo hablamos de muchas cosas.

-Es decir que nunca has tenido el corazón roto- me dice después de que me a preguntado si me he enamorado alguna vez y mi respuesta a sido que no.
-No creo que una persona con la que tienes una relación sentimental sea la única capaz de romperte el corazón- murmuro- he tenido el corazón roto y se que es la peor sensación del mundo y a mi no me lo rompió un ex novio, fue una amiga.
Recuerdo eso, cuando tenía quince años y pensaba que ella sería mi amiga para toda la vida después de varios años de amistad, pero no fue así, me traicionó de la peor forma.
-¿Qué pasó?- me pregunta Justin observandome.
No quiero recordarlo, duele mucho.
-¿Podemos dejar esa historia para otra ocasión?
-¿Es muy difícil?
-Bastante- respondo sintiendo como todos los recuerdos vuelan a mi mente.
Bajo la mirada y observo mis dedos intentando alejar todo.
-Hey, cariño- me llama su dulce voz- eso ya pasó.
Suspiro para recobrar la compostura.
-¿Puedes cantar para mi?- le pido, es algo que se a vuelto habitual.
Él sonríe y mira el mar por la ventana, pensando en la canción con la que me deleitara en esta ocasión.
No necesita mucho tiempo para ponerse a entonar las notas de "You Rock My World" del rey del pop.
Cierro los ojos disrutando de su maravillosa voz a capella y me siento la mujer más suertuda del mundo.
Cuando termina lo observo totalmente feliz, y ya no me importa que me descubra observandolo, amo hacerlo, amo tener el placer de mirar su rostro el tiempo que me plazca.
-Gracias- susurro y él se acerca a besar mis labios.
-Acostumbrate- responde aún en el beso- no se que diablos estas haciendo conmigo, pero me encanta.
Maldición, amo a este hombre el triple de lo que lo amaba al principio y se que eso es malo, muy malo, pero no me importa, quiero seguir disfrutando de lo que tengo de él hasta cuando sea posible, y se que saldré con el corazón herido o aún peor, sin corazón pero que más da, prefiero mil paraísos con él y recibir el infierno sola sabiendo que lo tuve, sólo para mi.


Los recuerdos se desvanecen cuando llego a su casa y espero a que las puertas se abran lentamente, una vez estacionado el coche delante del furgón que ya conozco tan bien salgo del auto y entro en casa.
-¿Hola?- grito desde la entrada pero no recibo ninguna respuesta.
Entró a la sala, en la que Maejor esta sentado en una de las doce sillas del comedor principal con su Mac encima de la mesa.
Golpeo su cabeza con suavidad haciéndolo asustar, tenía puesto los audífonos por eso no escucho mi grito.
-Hola- dice al darse cuenta de que soy yo.
Beso su cabeza y me siento en la silla de al lado mirando que hace, estaba leyendo algunos artículos.
-¿Y Justin?- pregunto impaciente por verlo.
-En el estudio- responde- pidió que no lo molestaramos pero supongo que tu siempre serás un excepción- murmura con una sonrisa.
-¿Sabes algo que yo no?- pregunto.
Maejor es la voz de los sentimientos de Justin, él y Johnny son las únicas personas con las que mi ángel se abre complemente y aún que me duele no ser una de ellas, lo entiendo, no puede hablar de amor con la chica que lo ama.
-Se lo que todos ven a simple vista- responde- un Justin totalmente feliz y estable.
-No creo ser la única culpable de eso- murmuro melancólica.
Maejor rueda los ojos.
-Deja de infravalorarte, Hailey- me dice molesto- si tu no te lo crees nadie lo va a hacer por ti.
Lo se, Maejor, me lo has dicho muchas veces.
-Pues hazle caso- se queja tambien mi subconiente.
-Lo siento- susurro arrepentida.
Maejor sonríe y acaricia cariñosamente mi mano que permanece encima de la mesa.
-Ve a verlo, anda- me anima.
Me levanto después de sonreirle y camino hasta la puerta del estudio, la cual abro sin llamar rogando por que no se enfade.
Esta sentado sobre la mesa de madera escribiendo sobre un pequeño cuaderno con un lápiz, lleva puesta una gorra que lo hace ver más joven y está completamente guapo.

© 《Acostúmbrate It ©Where stories live. Discover now