CapítuloDiecisiete|Desesperación|

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Noah no podía sacarse de la mente el mal presentimiento que llevaba consigo desde hacía horas. ¿Que significaba? Detuvo su auto a un lado de la carretera y no pudo evitar morderse la uña del dedo anular. Estaba terriblemente nervioso. Miró su reloj, eran las siete y media de la noche, aún faltaba para reunirse con Mike.

Kara.

¿Será por ella que se sentía tan agobiado?

Recordaba perfectamente las palabras del hombre que tenía vigilando a los dos Animales. Según, que el Animal Dos no regresaba desde hacía meses al pueblo. Lo cual, era extremadamente preocupante. Él había visitado a Kara en la clínica mientras no estaba, así que, ¿por qué no lo intentaría nuevamente estando ella sola?

—¡Maldición!

Aceleró y se dirigió lo más rápido que pudo hacia el departamento de Kara. Se maldijo a sí mismo más de una vez al recordar lo que ella le había dicho. Lo había visto varias veces y él no se había acordado del peligro que corría estando sola.

Si alguien le estaba haciendo daño, haría que ésa persona se tragara su propia lengua.


Kara abrió sus ojos y cayó nuevamente en sí. No podía dejar que él ganara así de fácil, sin siquiera darle pelea. Lucharía hasta el último momento así el estuviera golpeándole y ella se hallara escupiendo sangre. Tenía que ser fuerte por lo que se había jurado a sí misma el día que huyó de Marcus. Mordió con fuerza el brazo de Logan y aferró como pudo sus manos al cabello de éste y haló con fuerza. Éste chilló y suavizó el agarre de sus manos. Otra bofetada impactó contra su rostro y luego un puñetazo en el estómago.

—Yo no quería. No quería ser así contigo, preciosa. Tú me obligaste, lo hiciste.

Logan sacó la camisa de Kara dejando al descubierto su brassiere. Apreció sus pechos con ojos brillosos sobre la tela. Mordió su labio inferior y llevó sus manos hasta éstos.

—Te amarraría, pero es más excitante cuando te resistes.—deslizó su pantalón, dejándola simidesnuda ante sus ojos—. ¡Mierda!

Comenzó a besarla desde su cuello hasta el borde de sus bragas.

—¡Déjame!—gritó Kara al borde de la desesperación.

No quería. No quería que él la tocara. Pero no podía hacer nada para defenderse de su atacante. No tenía la fuerza. No podía gritar, puesto que cada grito era un nuevo golpe que la dejaba sin aire durante varios segundos. Se estaba quedando sin fuerzas.

—¿Por qué me haces esto?—habló.

—¿Que no es obvio? Siempre te deseé. Desde el primer momento que te vi, supe que serías mía.

—¡Pero yo no quiero ser tuya!

—¿Crees que me importa? En cuanto te haga mía, luego me pedirás que vuelva a hacértelo.

Kara se removió debajo de él e intentó golpearlo nuevamente, pero no podía por el dolor tan fuerte que sentía en su torso. Logan la despojó de sus últimas prendas. Observó el cuerpo desnudo de Kara durante aproximadamente tres minutos antes de sacar su endurecido miembro de su pantalón. Abrió las piernas de Kara y su excitación aumentó aún más. Estiró su brazo hacia la mesita de noche y rebuscó entre los cajones un condón, pero no encontró. En su búsqueda, hizo que la lámpara que había sobre la mesa, cayera haciéndose añicos al caer al suelo.

—Pensé que tendrías algunos. Pero bueno, mejor para mí si te embarazas. Así serás por completo mía.

La observó maravillado durante unos segundos mientras apretaba sus senos y pellizcaba con fuerza los doloridos pezones. Había deseado durante tanto tiempo hacerla suya que, ahora que ella misma le había servido en bandeja de plata la oportunidad de hacerlo, no pensaba desaprovecharla

Corazón Principiante✔️Where stories live. Discover now