CapítuloDiecinueve|Sucia|

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Kara llegó al jardín aferrándose al saco de Noah. ¿Qué era eso de que podía ser la hija perdida de una pareja que él conocía? Todo era confuso, demasiado y no sabía qué hacer al respecto. Necesitaba ver a Sthephy y que ella misma aclarara sus dudas y que le dijera la verdad de una vez por todas. ¿Cómo lograba ir hasta ella? No tenía dinero suficiente, ni tampoco quién la llevara. Estaba Matías, pero no quería meterlo a él en sus problemas. Él sabía todo lo que había pasado en su vida, sin embargo no debía exponerlo a que le hicieran daño.

Justo en el momento de su vida en el que creía que por fin podría ser libre sin tener que preocuparse por las represalias ¡Bam! Aparece Logan con sus amenazas y maltratos. Luego, escucha una conversación que no debió oír y se entera de que probablemente es la hija perdida tal Erick y Carol Campbell. Quería que todos sus problemas terminaran de una vez. Que se fueran de su vida y que dejaran de atormentarla. ¿Cómo podría afrontar todos esos problemas?

Quizá sí que era una inservible como miles de veces le había dicho su madre cuando era niña.

Tenía miedo y no quería dar la cara a todos esos problemas que cada vez se acumulaban uno tras otro. ¿Cómo lograría soportar a Logan? No podía dejar que él le hiciera daño a Mary y a su bebé. Si él llegaba a hacerle algo a ella o a Mike, no se lo perdonaría jamás pero tampoco pensaba volver a darle una oportunidad de joderla como lo había hecho.

Miraba fijamente las estrellas desde el jardín intentando calmar toda emoción fuerte, cuando sintió unas manos tomándola por la cintura y arrastrándola hacia afuera. Se removió con fuerza e intentó gritar, pero una gran mano se había posado sobre su boca impidiéndoselo. La tomaron de las muñecas luego de ponerle una cinta en la boca y la arrastró fuera de la casa. Un hombre sacó un pañuelo blanco de su chaqueta y la colocó sobre la nariz de Kara, quien de inmediato comenzó a moverse violentamente, para luego caer inconsciente en los brazos del tipo.

—Métanla al auto.

...

—Espero y todo haya quedado claro, Robert.

—Seguiré hasta que entres en sí y te des cuenta de que esa mujer no es la santa que aparenta ser.

—Pierdes tu tiempo.

—Claro.

Noah se levantó y Robert lo imitó. Ambos se dirigieron hacia la puerta principal, caminaron por el extenso jardín delantero y salieron a la calle.

—Ya sabes lo que tienes que hacer.

—¿Mandar a secuestrar a esa mujer para que no se te acerque más?

—¿Me estás jodiendo?

—Quizá.

Ambos hombres se miraron de manera desafiante durante unos segundos. Estrecharon sus manos en modo de despedida.

—Recuerda mis palabras: Ella no es para ti. Pronto te traeré pruebas de que mis palabras son ciertas.

—Como digas.

Noah entró nuevamente a la casa. Caminó lentamente por el jardín delantero observando el ventanal de su habitación con una radiante sonrisa en su rostro. Estaba realmente emocionado, no podía evitar estarlo. Su enojo con Kara había desaparecido casi por completo, siendo reemplazado por un inmenso deseo. De sólo imaginarse que ella estaba ahí, en su habitación, sobre su cama y con su pecho al descubierto, lo excitaba demasiado. Subió las escaleras en un dos por tres imaginándose todo lo que haría esa noche, y quizá toda la mañana. Ésta vez, ella no escaparía de él y nadie los interrumpiría de nuevo.

Corazón Principiante✔️Where stories live. Discover now