CapítuloVeintiuno|Pérdida de sangre|

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Kara estaba confundida y no sabía qué hacer. Noah respiraba con dificultad y se encontraba lleno de sangre. Rápidamente, buscó entre los bolsillos de su ropa su móvil para llamar a emergencias. No pudo dar detalles de lo sucedido, puesto que no tenía la menor idea de por qué estaba así.

Siete minutos después, llegaron los paramédicos. Lo bajaron hasta la ambulancia y se subió con él. Mientras lo atendía, observaba la rapidez de éstos en cortar la ropa y se horrizó al ver la herida sangrante.

En la sala de espera, no podía dejar de dar vueltas. Estaba nerviosa y no podía dejar de imaginarse lo peor que podría pasarle. Era obvio que había perdido demasiada sangre, y esperaba que eso no afectara el éxito de la operación.

Quería que todo saliera bien, él no podía irse de esa manera.

Una hora y media después, Noah se encontraba totalmente estabilizado. El doctor que lo había operado estaba frente a ella explicándole lo que le habían hecho.

—Perdió demasiada sangre, pero estará bien.

—¿Salió algún órgano afectado?

—El arma blanca casi perfora su riñón derecho. Creemos que estuvo algunas horas soportando el dolor de las puñaladas, más el sangrado.

—¿Por qué haría eso?

—Eso tendrá que preguntárselo cuando despierte.

—¿Puedo pasar a verlo?

—Claro.

Ambos se dirigieron hasta la habitación 308. Los nervios de ella se habían calmado con tan sólo oír que ya estaba bien. Un nudo se formó en su garganta cuando lo vio. Pálido, ojeroso y con varios cables alrededor. En ése momento recordó a Mary y Mike. No les había informado de la condición de Noah. Vio en la mesa a un lado de la camilla, el móvil de él. Lo tomó y comenzó a buscar el número de Mike. Cuando encontró el número que se suponía que era el de su hermano, llamó.

Tres pitidos después, Mike respondió.

—¿Qué quieres, Degenerado?

—... Mike, soy Kara.

—¿Kara? ¿Qué haces con el móvil de Noah a estas horas de la noche?

—Él... él tuvo un accidente.

—¿Qué?

—Ven a la Clínica Andrews, estamos en la habitación 308.

—Iré para allá.

Kara se acercó a la camilla y acarició el rostro de Noah. Dejó el móvil en la mesa nuevamente y se sentó en el mueble a un lado de la cama. Realmente, nunca se había puesto a pensar cómo sería su vida si él nunca hubiese aparecido en ella. Aún estuviera soportando los maltratos de su familia y quizá ya se habría casado con Marcus.

Noah era su superhéroe. La había salvado siempre que lo necesitó a pesar de que nunca pidió su ayuda y, a pesar de que no sabía qué era lo que sentía por él, no quería que nada le pasara. Él era la persona más importante en su vida en ésos momentos y quizá lo seguiría siendo por mucho tiempo más. No quería que él la dejara. Se había acostumbrado a tenerlo cerca todo el tiempo a pesar de su comportamiento tajante. Lo apreciaba de una manera que no podía explicarlo. Gracias a él ella estaba ahí, lejos del peligro que era estar cerca de su madre y hermanastro.

Aunque ahora tenía que darle la cara a nuevos problemas, no le importaría seguir soportándolos mientras él estuviera bien.

Mike llegó diez minutos después y comenzó a abordar a Kara con preguntas, las cuales, no pudo responder ni la mayoría. Él se veía nervioso al igual que Mary.

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