CapítuloCincuenta|Presentación|

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Noah conducía tranquilamente, pensando en lo mucho que había disfrutado aquella conversación con Kara. Sabía que tenía que estar con ella, no con Mell. Debía arreglar las cosas entre ellos, pero primero, debía romper todo compromiso con Melannie. Entró en su calle y observó su inconfundible Ferrari color fucsia estacionado frente a su entrada. 

Siempre odiaría ése color. 

Al llegar, tomó el control de su portón y presionó uno de los botones. La puerta se movió hacia arriba rápidamente y él metió su auto. Al bajarse sintió la presencia de Mell detrás. Giró hacia ella, la cual tenía los brazos cruzados sobre su pecho y una expresión sombría. 

—¿Dónde diablos has estado, Noah?—preguntó acercándose. 

—En la clínica. 

—¿Con quién?

—Con Kara.—respondió sin más. 

 —No tienes por qué estar con ella. Tienes que estar conmigo que soy la que está esperando un hijo tuyo. 

—¿Realmente vas a seguir con eso?

—¿De qué estás hablando?

—Sé que no estás embarazada al igual que yo nunca te pedí matrimonio.  

—¿Cómo me puedes decir eso?—preguntó con tristeza. 

—Se acabó tu juego, Melannie. Hablé con Kara y entendí todo. Tú nunca fuiste, ni seras alguien relevante en mi vida. Me engañaste durante semanas, pero se acabó. 

—Noah, no puedes pensar eso, yo...

—No soy idiota y no me gusta que jueguen conmigo.—caminó hasta ella, tomó su mano izquierda y haló el anillo sacándola con un poco de dificultad—. Tomaré esto para devolverlo a donde pertenece. Quiero que te vayas de mi casa y no vuelvas a parecer frente a mí. 

La tomó del brazo y la sacó de su casa a pesar de sus gritos y pataletas. Entró a su casa y comenzó a recoger los portaretratos que había roto. Tomó las fotos luego de un rato y sonrió. Mirarlas con detenimiento, le hacían acordarse del momento en el que la tomaron.  

Kara era su prometida. Observó el anillo y su infinito, pensando que ahora sí lograba entender su significado. Caminó hasta el jardín trasero y se sentó en una de las sillas flotantes a un costado de la piscina. Estiró sus largas piernas y dejó salir un bostezo mientras seguía con las fotografías en sus manos. Detalló lo arreglado que todo se encontraba y un recuerdo llegó como un flash a su mente.

Estaba él allí, con una caja de terciopelo rojo en sus manos. Estaba emocionado y con una gran sonrisa en su boca. Kara se encontraba frente a él, mirándolo con expectación. Él se arrodilló y abrió la caja. Le dijo unas cuantas palabras y ella asintió a su proposición totalmente emocionada y con lágrimas en sus ojos. Ambos estaban elegantemente vestidos.

Había deslizado el anillo por su dedo anular, le había quedado a la perfección como se lo había imaginado. La besó y la alzó, dando vueltas con ella en sus brazos.

Sería su esposa.

El recuerdo paró y él parpadeo varias veces. Sonrió y apretó el anillo. Se arrepentía totalmente de cómo la había tratado los días anteriores. Recordaba su expresión triste y su corazón dolía por ella. La había hecho sentir mal y lo sabía. También se imaginaba que ella se lo haría pagar. 

Corazón Principiante✔️Where stories live. Discover now