Nayeon se permitió llorar un par de minutos por lo sucedido con SinB, al controlarse marco el número.
No el de su mejor amiga Jihyo, se decidió por llamar a Jisoo, también era su amiga pero nunca le respondió por lo que intento con Jennie, con quien tuvo que insistir un poco para que esta respondiera.
-¿Nabongs?
-¿Estas ocupada ahora? Es que necesito verte, es urgente.
-Lo estoy, igual puedo pasar a tu casa más tarde.
-Está bien. —Ahí termino la llamada y se decepciono un poco de no haber podido desahogarse, por lo menos la vería luego, eso era preferible a nada.
Al llegar a su casa lo único que deseaba hacer era llegar a su cuarto y estar sola en este, por desgracia su querido hermano se le apareció para fastidiar.
-Yo lo dije, la dramática iba a volver.
-Aléjate de mí. —Obviamente hizo todo lo contrario como buen hermano.
-¿Qué paso? peleaste con tu novio, porque ella es el hombre de la relación, tú no puedes serlo, eres bastante dramática.
-Vete de mi cuarto. —Se le había metido sin que ella pudiera cerrar la puerta antes.
-Si peleaste con ella estas de suerte, un amigo viene, te lo voy a presentar.
-Soy lesbiana ¿Cuándo te quedara claro Seongwu?
-Le digo que se vista de mujer, no hay problema.
-DÉJAME TRANQUILA.
Su hermano se marchó entre risas, logro lo que quería, hacerla enojar pero la realidad es que Nayeon seguía triste, todo el ataque de SinB permanecía en su mente torturándola.
En el trascurso a casa, Mina le conto cosas básicas de sus amigas a su hermana, la alerto de lo especiales que podían llegar a ser así como lo pervertidas. Le menciono lo importantes que son para ella y un poco de como las conoció.
SinB sabía algo al respecto del par, por las pocas llamadas que tuvo con Mina en todos esos años.
-¿Son las chicas que mamá defendió en tu escuela? —Recibió un si como respuesta.
-Y desde entonces somos mejores amigas.
-Y siguen siendo novias, el amor existe. —Sonrió de medio lado.
-Han tenido sus altibajos pero se aman.
-Como mamá y mamá. ¿Se siguen amando de la misma forma?
-Lo hacen, como siempre y para siempre. —Mina sonrió mientras respondió.
-Quien sabe, dicen que nada es para siempre. —Su pesimismo extrañó un poco.
-Casi llegamos. —Todavía iban en el taxi, ya cerca de la mansión.
-Mamá debe estar maravillada viviendo por aquí. —Las casas en el camino y el camino mismo eran deslumbrantes a la vista de cualquiera.
-Le encanta. Yo sigo prefiriendo nuestra casa en Japón.
El auto se detuvo frente al gran portón, Mina pago el taxi y bajaron de este quedando frente a la casa.
-Lamento que estés pagando todo, es que Mamá me ha cancelado la tarjeta.
-¿Tan rápido y desde el extranjero?
-Ya sabes lo extrema que es.
La menor asintió y se apresuró a poner la clave digital para que la puerta les fuera abierta, al estarlo se hizo a un lado para que la mayor pasara.
