Perdiéndose

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Esa mañana de viernes se vio entrar a aquella temible mujer que por ese día cambio su habitual traje sastre ceñido al cuerpo, por vestimenta práctica, un pantalón y una blusa de botones. Tiffany, bien conocida por esos lugares rápido descubrió su estado emocional pésimo al no saludar a nadie a su paso ni mostrar su sonrisa, avanzando sin detenerse a la oficina de Yubin y siendo interceptada antes de lograr entrar.

-¿A quién se le olvido cerrar las puertas del infierno? —El jefe de policías bromeo al tener desconocimiento de la razón de la presencia de la abogada.

-Más bien las abrió la persona equivocada. —Comento mientras su amiga se aparecía a sus espaldas.

-Las fotos que te envié hace un momento son de su hija. —Dijo Yubin para su jefe quien rápidamente agrando sus ojos.

-Lo siento Tiffany, estamos en contra de esas agresiones, de cualquier delito. Yubin te ayudara en todo lo que desees. —Ante su error desapareció a gran velocidad.

-Es increíble que hasta él te tenga miedo. —Y es que su jefe es un tipo duro.

Sin más entraron a la oficina de Yubin donde esta ofreció café el cual fue aceptado y comenzó a prepararlo.

Horas antes en la madrugada, aprovechando no lograr conciliar el sueño, la abogada contacto a su amiga para darle a conocer los sucesos, desde la agresión a su hija hasta lo que impacto en ella y Jessica, como Yubin se encontraba su oficina y por ser policía investigadora, fácil se hizo parte del caso.

Jinyoung, siendo prácticamente atrapado en la comisión del delito, se hallaba detenido a espera de enfrentarse a un juez apenas y SinB rindiera su declaración. Por ser ex estudiante de Derecho, conoce lo que le depara, entre tanto está tranquilo porque las lesiones son un delito menor del que sabe puede librarse.

-¿Qué es lo quieres que se haga? —La morena le entrego la taza de café y tomo asiento frente a ella, con verla era claro que no durmió, que estaba furiosa y en su modo demonio rojo.

-Quiero hablar con él, después de eso quiero que recibía una golpiza y finalmente, todavía no decido si en la querella apuntare a que se quede en la cárcel unos años o termine en el manicomio.

-La cárcel es lo que merece, ya es la segunda ocasión que agrede a una mujer simplemente no puede quedar en libertad. Podríamos incluso fincarle posesión de drogas. —Se pondría a su disposición ya que además de la amistad le debía favores, Tiffany la había ayudado en distintos casos los últimos años, después de todo fue entrenada con detectives.

-Una arma entre sus pertenencias, una punzo cortante, ponle eso. Me iré por el camino de que trato de asesinarla. —En cualquier país la justicia es manipulable— Debió agredirme a mí. —Tomo el café y lo fue bebiendo para intentar calmarse.

La policía tomo el teléfono de su oficina para hacer un par de llamadas necesarias.

Jinyoung que se mantenía tranquilo en la celda que lo resguardaba temió al ver a dos policías robustos comenzar a abrirla, imaginando lo que podía suceder decidió enfrentarlos.

-Fui estudiante de Derecho, se bien lo que tienen permitido hacer y lo que no. Los acusaría y perderían su empleo.

-Tu palabra contra la nuestra. —Respuesta de uno de ellos ya entrando por él y jalándolo para llevarlo consigo.

-¿Dónde me llevan?

-Cállate. —El otro de los policías lo golpeo en el estómago para hacerlo callar, un golpe preciso y letal con el que Jinyoung perdió el aire y lo recupero hasta que se vio dentro de una habitación donde Tiffany y otra mujer estaban.

My TurnWhere stories live. Discover now