Desaparición Dolorosa

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Tiffany de forma escandalosa, típico en ella, entro a la habitación con las cosas que había comprado, hablando sobre lo desagradecida de Nayeon al no dejarse comprar algo y que no le perdonaría ser rechazada así.

Jessica estaba en su propio mundo, las confesiones de Krystal de momentos atrás.

-Jessi, amor. ¿Me estas poniendo atención? —Dejo todo de lado para sentarse cerca de esta.

Jessica no podía mentir por lo que mejor se quedó en silencio, su expresión era difícil de describir, un estado de shock al tiempo que parecía muy enfadada.

-¿Estas bien?

Se cuestionó si debía contarlo, a Tiffany no le tenía secretos pero este no era su secreto.

-Está claro que no lo estas, ya te ves pálida lo que significa que te hicieron enfadar. ¿Quién fue?

-Krystal.

-¿Qué te hizo? —Lo tomaba con calma pues pensaba que se trataba del típico fastidio entre hermanas— Jessi si no me dices, nada puedo hacer al respecto.

-Ella...

En otra habitación, la diva menor se sentía en gran esplendor, jugaba con el pequeño conejo y le hablaba como si este la entendiera, escena tierna que aun así no convencía a una Mina que seguía siendo desplazada.

-Y la bruja termino hecha cenizas por la diosa esplendorosa y glamorosa. —Al parecer le contaba la historia de su combate con SinB, en clave claro, así Mina ni se enteraba— Es una historia fascinante. ¿Verdad Usagi?

-¿Cuándo será que me pongas atención? —Dijo Mina desde el costado de la habitación.

-Usagi tu otra mami es bastante celosa, no nos deja tener momentos juntas.

-Juntos. Usagi no es niña. —Era un conejo macho y Nayeon solía referírsele como si fuera hembra.

-No, es una coneja. —Ahí insistiendo.

-Es un conejo.

-Se siente coneja, me lo ha dicho. ¿Acaso no piensas aceptar a nuestra hija? —Nayeon es demasiado en momentos.

-¿Por qué estás tan extraña? ¿Mamá te compro algo tan lujoso como para que estés tan feliz?

-¡Minari! Yo no soy una interesa, no le deje que me comprara nada.

-Perdón, ya veo que solo es tu forma normal de ser.

-¿Estas enojada? Me da la ligera impresión que sí y no me importa, yo estoy bien feliz.

-Jamás pero quiero un poco de ti. —Enojada no pero en actitud Jung sí.

-Black swan. —Mostro una expresión sugerente— Pues ven a mí.

Ya que Nayeon estaba en el suelo, Mina se agacho y gateo hasta ella con su inexpresión, el acto inesperado hizo que la mayor ni tuviera tiempo de pronunciar palabra, los labios de Mina chocaron contra los suyos.

Mientras Nayeon enredaba sus manos en el cuello de Mina, las manos de esta fueron más traviesas metiéndose bajo su blusa.

-Mina-ri. —Se separó con la respiración entre cortada— ¿Usagi?

-Salió corriendo, debe estar en algún rincón de la habitación. ¿Ya podemos continuar?

-¿Y si tu mamá entra? —Extrañamente fue la intimidada, cuando Mina actuaba posesiva le provocaba perder toda confianza.

-Tienes razón. —Resoplo poniéndose de pie y extendiendo su mano para ayudarla a levantar— ¿Qué fue lo que compro?

-Un bolso, me ofreció comprarme uno y la rechace. ¿Se cree que puede llamarme pobre y luego solucionarlo con un bolso? Yo se la devuelvo. —Las venganzas la traían mal.

My TurnWhere stories live. Discover now