-¿Estas lista para morir Kwon Yuri? —La confusión en la morena era enorme quedando incomprendido por el momento aquel comentario tan siniestro.
Sentada sobre el suelo con su espalda pegada a la pared, con un dolor de cabeza y con la molesta luz del lugar impactando en sus ojos negativamente, Yuri veía una imagen borrosa de SinB.
¿Dónde estaba? ¿Cómo llego ahí? ¿Qué hacía con la hija de Jessica? Sus primeras interrogantes.
Viendo borroso todavía, giro su rostro observando el lugar, descubrió una habitación blanca, reluciente, con lámparas rectangulares en el techo de las que venía la molesta luz, sin ventanas y una sola puerta ancha y metálica.
SinB a unos metros acomodada en un sofá individual, con la pierna cruzada al igual que sus brazos y esa inexpresión que causa tanta molestia.
Atrás de ella había una mesa metálica de ruedas donde había una maleta negra, fue que el comentario pasado tuvo sentido.
-¿Vas a matarme? —Pregunto sin estar asustada por la confusión presente, aunque ya comenzaba a entender la situación.
-Asesinar no va conmigo, me refería a si estas preparada para morir, la gente mayor le teme a la muerte.
Yuri se puso de pie y fue que tuvo su primer susto, sentirse mareada, con el cuerpo débil y sin poder recordar cómo es que llego a ahí, eran causa de su miedo.
-Estas aturdida, deberías sentarte un rato. —SinB se levantó cediéndole el sofá.
Yuri negó y sosteniéndose de la pared llego a la puerta, una que no podía abrir.
-¿Cuál es la prisa? Te iras en unas horas, el tiempo exacto dependerá de ti. —Recibió una mirada asesina que no la inmuto.
-Abre esta puerta ahora. —Le exigió denotando su molestia, entendía aquello como el juego de una niña y no estaba para jugar a las muñecas con la hija de Jessica.
-Quieres irte cuando estamos comenzando, aparte de estúpida tienes poca educación. —Su tranquilidad le cayó pésimo a Yuri quien camino en su dirección.
-Me siento mareada y mal y por eso no puedo pensar bien pero como no me saques de aquí pronto, lo vas a lamentar.
-Yo te hice una advertencia antes más dura e hiciste caso omiso, es por eso que llegamos a esta escena. —Tuvo que hacerle el favor de llegar a su lado ya que Yuri daba pasos torpes, una vez lo suficiente cerca la sostuvo y la hizo llegar al sofá lanzándola a este— Ponte cómoda o no la vas a disfrutar.
-¿Qué demonios? —Yuri se dio cuenta que estaba más débil de lo que pensaba cuando se vio en el sofá.
-Horas atrás estuve furiosa, hasta que recordé que el enojo debilita y podía influir en mis planes, unos que me tomo unos cuantos días en preparar por ti, en realidad más que por ti lo hago por mis madres y por mí, no puedes ir arruinando las familias de otros. —Yuri se quedó callada escuchándola, pensando en lo loca que esta y enfureciendo más, si no se sintiera tan débil la golpearía— Como sea, estoy aquí calmada y amablemente te dejare elegir tu destino.
-¿De qué mierda hablas?
-Quiero que renuncies a la firma Lee y nunca te vuelvas a acercar a mi familia ni siquiera a un metro de distancia, puedes hacerlo a voluntad y no saldrás lastimada. Si te resistes vas a provocar mi furia ganándote cosas que lamentaras entre estas un plazo de veinticuatro horas para irte del país. —La inexpresión se rompió por su sonrisa.
-Estas muy dañada. —Le dijo con furia.
-Para que ese es tu papel. Acosas a mi madre, no te resulta tu patética seducción y cambias de táctica dejando de acosarla, mostrándote arrepentida, amigable, quieres ganar su confianza para llegar a cogértela, algo que ya intentaste hace años cuando la drogaste.
