Nueve en punto de la mañana y la menor de las Jung-Hwang estaba despierta, arreglada y mirando a través de su ventana. Su juventud le permitía estar como si nada aun después de dormir de madrugada y apenas unas cuantas horas.
Muchos pensamientos cruzaban su mente, de lo sucedido el día anterior principalmente hasta que fue sacada de los mismos cuando escucho entrar a alguien.
Pensando que era su energética novia se giró dejando ver su inexpresión característica.
-Hija. —Para sorpresa se trataba de Jessica igualmente arreglada y con sus peculiares lentes oscuros probablemente para disimular las ojeras, la resaca o ambas.
-Es muy temprano para ti. —La hacia durmiendo con un despertar por mínimo al medio día.
-Tú madre que me tiro de la cama por accidente, despertó exaltada según ella porque tenía una pesadilla donde un conejo rabioso asechaba a un pobre pingüino bebe desamparado.
-Su imaginación es impresionante. —Observo a la doctora sentarse en la cama manteniéndole el rostro en su dirección.
-Y que lo digas, gracias a ello consiguió su primer empleo entre otras cosas. —Expuso su sonrisa, Mina en cambio se intrigo.
-Estas aquí para buscar al conejo rabioso. —Prefirió centrarse en ese tema— Nayeon durmió lejos de mí y nada que prohibieran ocurrió.
-Déjalo, confió en sus palabras, lo mínimo que tú madre y yo debemos hacer es fiarnos.
-¿Por qué mamá esta tan obsesionada con el tema de mentir? —Buena oportunidad de preguntarlo.
-Tengo que ver en ello, ya sabes.
-No, no lo sé. —Y la escucho suspirar con pesadez— Jessica.
-Las promesas que rompí, de cuando tenía que verlas, pasar tiempo con ustedes o era mi día para ayudar a cuidar de ti y Eunbi.
-Eso no es todo. —Mina es lista y sabe que hay más.
-Pregúntaselo a ella, es su historia. —La forma sencilla de evasión.
-Cuéntame tú la tuya. ¿En todos estos años nunca te atrajo otra persona? ¿Te enamoraste de alguien más aparte de mamá?
-Mentiría si lo niego. —Causo que la menor agrandara levemente sus ojos y decidió que explicarse convenía— Doctores que me parecían muy guapos, es lo único y te prometo que nunca le he sido infiel a tu madre.
-¿Y Mujeres? Te juro que no le diré a mamá nada de esto. —Dijo para que tuviera confianza de contarle.
-No me gustan las mujeres aunque tu madre opine diferente y diga que nuestra relación nos hace lesbianas. —La doctora nunca se definió en ninguna categoría ni pudo pensar en ello porque desde temprana edad se enamoró de Tiffany y fue lo único que le importo.
-¿Es eso posible o solo nos asusta pensar que puede haber otra aparte de la que amamos? —Mina lo pregunto apenas audible y mirando al vacío.
-Buena pregunta a la que no le quiero dar vueltas. Ven aquí. —Palmeo a su lado en la cama— Quiero hablarte de algo.
-¿Conversación incomoda? —Pregunto esperando una respuesta negativa.
-Necesaria. —Para desgracia de ambas y la menor se vio obligada a sentarse a su lado— Estas lejos de que te permitamos tener intimidad aquí con tu novia.
-¿Qué hay de malo?
-No es que sea malo, debes respetar esta casa.
-¿Qué exactamente? —Empezando a frustrarse.