-Ve despéjate. —SinB le entrega las llaves de su auto pero Mina niega y no las recibe— Lo necesitas.
-No tengo una licencia de conducir, ni mucha confianza en ir a mi cuenta. —Decisión inteligente de su parte, porque en el estado de ánimo que esta puede ser peligroso, además de que no tiene mucho que aprendió a conducir.
-Entiendo, prefieres regresar a la tu habitación y dormir hasta que tus pensamientos te permitan hacerlo, ve a torturarte, descansa. —Utiliza un nada amable sarcasmo.
-Si tú no me hubieras llamado bastarda o contado a nuestras madres que ya sabemos la verdad, yo no estaría mal, es tu culpa. —Le posa la mirada de hielo.
-Tienes razón ¿Qué puedo hacer para que me perdones? —La ve pensárselo un segundo.
-Conducir tú. —Un paseo fuera de casa no suena mal.
SinB acepta, todo sea porque su hermana la perdone y tener su confianza de siempre, o más bien por sus dobles intenciones.
Empieza a conducir cuando el reloj marca poco después de las once de la noche, se decide por abandonar la zona privada donde se encuentra la mansión, lo que confunde a Mina quien cree que estarían dando vueltas por el área, pero la convence de que es mejor ir por las calles de la cuidad.
Por esas horas de la noche el tránsito es menor, comenzando a volverse casi nulo, las luces nocturnas iluminan él camino y SinB lamenta que Mina no accediera a ir sola.
Eunbi calculaba que si su hermana conducía en el estado de ánimo que actualmente lleva, habría posibilidad de que se accidentara, y el accidente tendría poca probabilidad de ser aparatoso, pero aun siendo leve, sus madres estarían preocupadas, las volvería locas. Por otra parte si Mina volvía intacta, hay su lado bueno, que es el que tendrá confianza de usar el auto en otras oportunidades.
Y todo eso se fue a la basura, que Eunbi vaya conduciendo cambia toda la situación, quizás si la convence de conducir y la distrae en el camino, pero eso la pone en peligro, más bien tiene que bajarse de ese auto y hacer que Mina se marche con el mismo, más enfadada de lo que ya está.
Mina recientemente va mirando por la ventana, lleva el vidrio abajo y el aire pegando contra su rostro es lo único que siente agradable, mientras está en sus propios pensamientos penosos, su hermana ya está haciendo planes.
De repente se acomoda en el asiento y le hace una petición que saca de sus ideas a SinB.
-Me puedes llevar con Nayeon. —Le pide.
-¿Qué estas diciendo?
-Olvídalo. —Baja la mirada a sus manos— ¿Soy estúpida no?
-Lo eres, al estilo de —Antes de que pueda decir Tiffany se ve interrumpida.
-Jessica, al final resulto que me parezco mucho a ella. —SinB entra en cuenta que ahí debe aprovechar para hacerla enfadar— Soy impulsiva, inexpresiva
-Qué va. —La interrumpe— Ya sabemos que no es tu mamá para que te le parezcas. —Se gana la mirada de Mina que puede ver de reojo.
-¿Por qué eres así de cruel?
-Digo las cosas como son, es mi cualidad incomoda.
-Conmigo nunca habías sido así, tiene que ver con que no soy tu hermana.
-Somos hermanas, eso no va a cambiar aunque llegases a odiarme.
-Nunca te podría odiar.
-Ni yo, a ti no.
