—¿Me extrañaste hermana?
La aparición repentina de Krystal Jung con aquellos aires frescos no eran anormales para nadie, menos para Jessica, pero demoraba en su respuesta por la repentina llegada de su única hermana.
Tiffany y Mina, quienes ya estaban en casa se hallaban sorprendidas. Mina más que nada, ya que se preguntaba porque SinB no le aviso sobre la llegada de su tía.
-Moría de ganas por verte. —Jessica dio respuesta en un semblante duro.
El reencuentro de las hermanas Jung que se daba, no era como si llevaran años sin verse, apenas unos meses, pero dada la situación actual provocaba un ambiente hasta cierto punto pesado.
-No puedes vivir sin mí. —Krystal mostro su sonrisa sabiendo como fastidiar a su hermana.
-Tiene mucho que preguntarte. —Para desgracia ahí estaba Tiffany para recordar que no había nada por lo que sonreír.
-¿Sigues enojada conmigo Stephanie?
-En absoluto, bienvenida.
-Tía Krystal. —Menciono Mina algo tímida para luego observar a su hermana— ¿Por qué me mentiste?
-Quería que fuera sorpresa, lo siento.
-Y yo le pedí que lo mantuviera en secreto. —Krystal salió en defensa, como vio a Mina tímida decidió tomar la iniciativa— Dame un abrazo.
Lo que la menor necesitaba escuchar para hacerlo.
-Yo si te he extrañado. —Le comento en medio del abrazo.
-Igual que yo a ti.
Luego de ese pequeño y casi frio recibimiento, Tiffany hizo que pasaran al comedor, donde la mesa ya se encontraba puesta mientras Jessica se dedica a servir lo que había cocinado.
Aunque la Jung mayor nunca se distinguió por habilidades culinarias, en los últimos años, con el tiempo libre aprendió un par de cosas y se podía decir que ya no era una inexperta ni ningún desastre.
-Jessi preparo la comida. —Tiffany aviso para Krystal, para la quien si era novedad.
-¿Y si no quiero ser parte de este suicidio colectivo? —Se había quedado donde su hermana no sabía absolutamente nada de cocinar.
-Mamá ya sabe cocinar. —Mina dio respuesta en plan Jung, el típico tono frio y agresivo con el que sorprendió a su tía.
Jessica sonrió por la manera inusual en que fue defendida y tomó lugar al lado de su esposa.
-Entendido, no decir nada de mamá Jessica o Mina será la que me asesine.
-Y si lo haces de Tiffany, seré yo. —SinB bromeo.
-Así es como están divididas. Que miedo.
-Provecho. —Expreso Jessica terminando la charla para que comieran de una vez.
Krystal observo el patillo ¿Qué podía tener de nocivo una pasta con camarones preparada por su hermana? Tal vez nada, se veía antójale pero podía ser engañoso. Cuando levanto su vista se dio cuenta que nadie comenzaba, ni siquiera Jessica y se llenó de dudas, luego entendió que no era por el platillo en sí.
-¿Te sirvo vino? —Tiffany ofreció a su esposa recibiendo un si como respuesta, luego le ofreció a su cuñada que también asintió.
La incertidumbre se debía por el tema de SinB y esta empezaba a sentirse culpable.
